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Mientras siga el suspenso para ellos, los jueces de la Corte Suprema contestan con la misma política de indefinición utilizando causas que inquietan al Gobierno. Y de paso, al advertir ciertos gestos de sectores del PJ para salvarlos, siguen haciendo tiempo. En su reunión plenaria de ayer los supremos hablaron de un posible fallo que ordenaría redolarizar un depósito, pero no resolvieron nada. La excusa de la nueva postergación fue un planteo del ministro Antonio Boggiano, quien consideró que no tiene mucho sentido definir ese tema ahora e impidió, de ese modo, que hubiera mayoría contra la pesificación. “Por hoy cerramos la puerta, la semana que viene veremos”, dijeron funcionarios del tribunal.
Desde hace algo más de quince días los ministros de la Corte vienen amagando con sacar una resolución que invalidaría la pesificación en una causa en que el ahorrista Miguel Acerbo reclama mantener en moneda original el depósito de un millón de dólares que tiene en el Banco de Chubut. Es la manera de los jueces de seguir presionando en tanto pasan los días y el juicio político en su contra sigue sin desenlace. En algunas vocalías del máximo tribunal no ocultan la irritación que tienen. “Estamos hartos de tanto manoseo”, suelen repetir los ministros más menemistas.
Si la Corte llegara a habilitar, efectivamente, la redolarización de un depósito, miles de ahorristas correrán a pedir lo mismo, lo que podría causar un descalabro económico. Y esa sola posibilidad tiene en vilo al Gobierno. Si ayer los supremos no resolvieron el tema es, en parte, porque prefirieron calmar los ánimos, seguir dialogando con emisarios del Ejecutivo y legisladores, y esperar a verificar si el justicialismo sostiene los intentos por derribar el enjuiciamiento.
Lo que oficialmente sirvió para volver a postergar la firma de una acordada sobre el caso chubutense fue un planteo de Boggiano que, además, impidió que hubiera mayoría. Ese juez sostuvo en un memo de pocas líneas que es “inoficioso” tratar el caso de Acerbo –quien no reclama retirar la plata ahora– porque a su entender no cambiaría nada que en el banco el dinero quede asentado en pesos o en dólares, de manera que el alto tribunal no tendría ninguna obligación de pronunciarse sobre cómo la entidad debería guardarlo. Un argumento conexo mencionado aludía a que la Corte sólo debería intervenir cuando la demora en la devolución de un depósito podría tener consecuencias serias como, por ejemplo, ante la urgencia de una operación.
Según una versión, en realidad hasta el miércoles a la noche Boggiano le había expresado a la presidencia del tribunal que se encolumnaría contra la pesificación. Sin embargo ayer hizo otra cosa. En aquella postura quedaron comprendidos el riojano Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor, Guillermo López y Adolfo Vázquez. Augusto Belluscio, al parecer, se pronunciaría en contra, mientras que Carlos Fayt, Enrique Petracchi y Gustavo Bossert no votarían. Ayer Vázquez planteó la posibilidad de convocar a dos conjueces para desempatar, algo que quedó en veremos.
En el grupo de los cuatro ministros de la histórica mayoría automática, especulan con que el fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo que declaró el miércoles la inconstitucionalidad del corralito y todas las medidas ligadas a él –incluso la pesificación–, impulse a algún supremo a cambiar de idea y lograr nuevamente una mayoría “anticorralito”. Varios ministros ya están analizando el texto de los camaristas, que señalaron que las necesidades de los bancos deberían subordinarse a las de las necesidades básicas de la población y que las restricciones bancarias atentan contra la seguridad jurídica, el derecho de propiedad e incluso contra el sistema republicano. Además, ese expediente llegará a la Corte probablemente muy pronto por la apelación del Gobierno y los bancos.