ESPECTáCULOS › XEITO NOVO ENCABEZA EL FESTIVAL “GALIZA SEMPRE 2002”

“Somos gallegos pero de acá”

El grupo, que lleva dieciocho años de actividad y acaba de editar un disco que abre sus caminos musicales, será esta noche el número central de un espectáculo multitudinario en el Teatro Astral.

 Por Karina Micheletto

Desde hace dieciocho años, el grupo Xeito Novo se dedica a rescatar la tradición musical de la rama céltica mayoritaria en la Argentina: la gallega. Lo suyo, aclaran, no es simplemente recrear la música que originalmente se hacía en las aldeas de Galicia. Con una formación de músicos provenientes de distintas corrientes (música tradicional gallega, pero también clásica, jazz, rock, tango y folklore argentino), Xeito Novo eligió reafirmar las raíces gallegas desde su situación de hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes, agregando a su música elementos propios de esa realidad. Por eso a los instrumentos tradicionales (gaitas, tin whistle, bodrham, laúd, acordeones, entre otros) incorporaron sintetizadores, guitarras, flautas traveseras, violín, batería, bajo. Y por eso el color fuertemente celta que identifica a Xeito Novo se tiñe con ritmos como la polka y el pasodoble, o se fusiona con ensambles de percusión. A modo de ejemplo puede decirse que en el último disco del grupo, Luz de invierno, participan músicos que tienen poco y nada que ver con la movida celta, como León Gieco, Lito Vitale, Chango Spasiuk y Rodolfo García (Almendra, Aquelarre).
Esta noche, el grupo encarará una nueva edición del tradicional espectáculo de música folk celta y de bailes tradicionales Galiza Sempre 2002, que vienen realizando desde hace quince años, sin interrupción, todos los meses de noviembre. Se trata de un encuentro dividido en dos partes, que se completa con una serie de bailes tradicionales, a cargo del Grupo de Danzas Populares Gallegas, compuesto por más de cincuenta bailarines y “cantareiras”. Será a las 21 en el teatro Astral, con el bajista Marcelo Torres como invitado los dos días y el acordeonista Chango Spasiuk el sábado. Esta edición, por otra parte, está dedicada al líder de la Patagonia Trágica, el gallego Antonio Soto (personificado en la adaptación fílmica de la obra de Osvaldo Bayer por Luis Brandoni).
Además de ser pioneros de la movida celta en la Argentina, Xeito Novo funciona como una fundación cultural, en el segundo piso de Chacabuco 955, en el barrio de San Telmo. Allí se dictan cursos de idioma, baile e instrumentos tradicionales, cocina gallega y exposiciones plásticas, entre otras actividades abiertas a toda la comunidad. La relación del grupo con Galicia puede definirse como la inversa de la de cientos de argentinos descendientes de gallegos que están desandando el camino familiar, con rumbo a Europa. “Queremos expresar nuestra galleguitud y nuestra argentinidad, el sentimiento de los hijos de inmigrantes que echaron raíces acá, pero que conservan las raíces heredadas”, apunta Carlos Fernández, encargado de las gaitas y del tin whistle (un tipo de silbato celta), y uno de los fundadores del grupo.
Hijo de gallegos, Fernández vivió un tiempo en Galicia, el suficiente para mamar la explosión cultural gallega que sobrevino a la caída del franquismo. Una vez instalado definitivamente en la Argentina, trasladó esa vivencia al grupo y a la fundación. Virgina Alvarez, la violinista del grupo, es nieta de gallegos, pero en su caso la música celta no es una herencia familiar, y su ingreso al grupo es bastante azaroso: alguien la vio pasar con su instrumento por la puerta de la fundación y la invitó a participar. “En mi casa no se escuchaba este tipo de música, y en mi formación musical yo agarré para el lado clásico. Pero cuando empecé a escuchar todo esto, sentí que de alguna manera me identificaba plenamente”, cuenta Alvarez. El caso del guitarrista Tony Ingiula, con un apellido italianísimo que delata su origen, tiene más que ver con lo aprehendido que con lo heredado. Conoció a Marcelo Fernández, el flautista del grupo, en el servicio militar. De allí a empaparse de la música celta, empezar a investigar sus raíces y quedar definitivamente unido el grupo, fue cuestión de pocos meses.
–¿Cuáles fueron los cambios en el grupo en todos estos años?
Virginia Alvarez: –Al principio, nuestra música era casi como un cover de los grupos gallegos, eran las melodías tradicionales más en crudo. Con el tiempo fuimos incorporando cosas que sentíamos que nos identificaban, que tenían que ver con el lugar del que cada uno venía, y actualmente en los arreglos del grupo confluyen varios estilos.
Carlos Fernández: –Hay color gallego, pero se nota que está hecho en la Argentina. En definitiva, somos gallegos de acá, y rescatamos la figura del hijo del inmigrante. Eso se notó también en el público: primero el movimiento era en las fiestas de la colectividad, hoy se extendió tanto que viene a vernos todo tipo de gente.
–¿Cuál es el próximo paso que quieren dar?
Tony Ingiula: –Ya mantener el grupo es un gran logro para nosotros. Todos trabajamos de otra cosa, así que es un gran esfuerzo. Sería bárbaro poder profesionalizarlos también en lo económico.
V. A.: –En abril estamos invitados a un festival en Galicia, va a ser una oportunidad para poner un pie en Europa, y ver qué pasa. Ya fuimos en 1989 y nos fue bárbaro, tanto que se quedaron varios integrantes con propuestas de trabajo. El gaitero, el pandereteiro y el tecladista, que es mi hermano.
–¿Y esta vez no se quedará alguno?
V. A.: –¡Nooo! Nosotros ya hicimos todo este lío acá... ¡No nos vamos a ir ahora!

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Los integrantes de Xeito Novo apuntan que lo suyo no es una simple recreación de la cultura celta.
 
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