ESPECTáCULOS › EL SHOW “COMICO” SE AGRANDO: AHORA ESTA EN EL COMPLEJO LA PLAZA

“Hay una gran necesidad de reírse”

Martín Rocco y Diego Reinhold explican cómo pasaron de los lugares pequeños a La Plaza, cultivando un género que fue sumando adeptos de a poco. “Estados Unidos no inventó el stand up”, sostienen.

 Por Silvina Friera

El fenómeno Cómico fue creciendo al compás de las carcajadas contagiosas y aglutinantes que generó en los bares de Palermo. En abril de 2002, Martín Rocco, Diego Reinhold, Damián Dreizik y, posteriormente, Gustavo Garzón y Peto Menahem empezaron a exponer una galería de monólogos, personajes, situaciones y estilos humorísticos descarnadamente argentinos, que provocaban la risa relajada, sin necesidad de apelar a la vapuleada realidad política del país. La propuesta, que sólo requería de recursos tan minimalistas como un micrófono de pie y un haz de luz blanca, pegó el primer gran salto de La Matriz a Niceto, gracias a la habilidad de un puñado de monologuistas dispuestos a sorprender al espectador. Hoy a las 24, en La Plaza (Corrientes 1660), se repone Cómico, espectáculo de stand up que, entre las novedades, incorpora como actriz invitada a Florencia Peña. “El humor político está saturado, porque en este momento resulta muy duro tratar de hacer reír con esa temática”, dice Reinhold en la entrevista con Página/12.
En la sala Pablo Picasso se podrá comprobar así la frescura de estos humoristas que se animan a enfrentar a la platea sólo con el micrófono en la mano. Si la risa es el efecto que proviene de la transformación repentina de una expectativa muy tensa que no desemboca en nada, Garzón, Reinhold, Dreizik, Rocco, Menahem y Peña se encargarán de asociar lo cómico con acciones que son desplazadas de su lugar acostumbrado. “Lo que hace reír es la necesidad urgente de reírnos. La gente prefiere ver espectáculos humorísticos para relajarse”, explica Rocco. “A los que escribían humor político les facilitaba mucho tomar elementos de la realidad, pero este material se puede transformar en un arma de doble filo. Existen temas como las tragedias aéreas o lo de las Torres Gemelas, que hay que dejarlos decantar hasta poder hacer un chiste.”
Rocco (ex publicista, que se inició en el género hace 9 años con una variedad de monólogos desopilantes a la gorra, en el Bululú) asegura que el secreto del humor reside en la identificación. “Los espectadores necesitan sentir que uno, sobre el escenario, es igual a ellos. Por eso no se enganchan cuando te plantás desde una perspectiva alejada (‘lo que pasa es que a los argentinos...’ o ‘la gente piensa que...’), como si fueras de otro lugar, cuando sos argentino y gente. La comunicación se logra manejando un mismo código con el público.” Tal vez por este manejo de lo comunicacional, Rocco sedujo hasta el paroxismo con su monólogo antiheroico: un auténtico perdedor de Munro donde su departamento, su novia, mascota y hasta las pizzerías cargan con el estigma de la segunda selección.
La rutina del stand up, importado de EE.UU. (con representantes televisivos y teatrales que van de Jerry Seinfeld a Robin Williams), aunque adaptado a las peculiaridades de la idiosincrasia local, es sencilla. Un presentador (Reinhold), vestido de gala, irrumpe sobre el escenario no bien estalla una música rimbombante, y prepara el terreno para que los cómicos hagan lo suyo. Sin embargo, este formato tropieza con ciertos condicionamientos: los monologuistas tienen poco más de diez minutos para desarrollar cada historia, lo que implica que deben estar alertas a la actitud del público, ser veloces y precisos. “Hubo una consolidación impactante del espectáculo. Hay musicales nuevos, grabados con instrumentos originales. Además, ahora los números que interpreto están cantados en vivo. Antes era una performance con playback”, cuenta Reinhold, un talento joven de la comedia musical argentina, que se formó durante 15 años de la mano del maestro Hugo Midón.
Rocco sostiene que, a pesar de la parafernalia estadounidense, en el siglo XVII, a partir de la Comedia del Arte, se puede rastrear el origen de este género con los sketches que se utilizaban para separar los cuadros de los comediantes. “Pero nuestros capocómicos como Pepe Arias, DringeFarías, Olinda Bozán, Niní Marshall y Marrone ya incursionaban en el género antes de que en Estados Unidos, como es su costumbre, lo patentaran como descubrimiento propio”, precisa. En este sentido, apunta Reinhold, es fundamental el papel que tuvo y tiene la TV por cable –”Seinfeld”, por caso– para comprender las causas de la proliferación y el número de adeptos que suscita el stand up en la Argentina. “No había tenido mucho acercamiento a este tipo de espectáculos y cuando empecé a hacerlo, me di cuenta de que por todos lados se estaban dando comedias stand up. Cuando algo nuevo aparece todos corren detrás de ese fenómeno, toman cursos y se ponen a montar espectáculos humorísticos de pie. Una de las peores miserias que tenemos los argentinos es ser víctimas de las modas.”
Aunque el humor femenino estará presente con Peña y su monólogo sobre el embarazo, Rocco y Reinhold señalan que el hombre tiene una mirada distinta sobre lo absurdo. “Las mujeres que me hacen reír cultivan un humor que, por el timing, está emparentado con el de los hombres. Pero Niní era un monstruo; Sandrini no le podía ni servir el café”, aclara Rocco. “Hay algo de la energía masculina que es más directa que la femenina. Siempre es más dominante el hombre haciendo humor, porque es más fuerte y frontal”, opina Reinhold, que en marzo regresará con Huesito Caracú en el Alvear. La estética particular de Cómico, precisa Reinhold, se resume en tres requisitos esenciales: no tocar el humor político ni la realidad del país, y tampoco abusar del uso de las malas palabras. “Tratamos que el espectáculo sea fino, porque queremos que la gente pueda imaginar. No nos gusta ser explícitos.” Rocco coincide con este planteo, al optar por la sutileza de la risa. “El mejor chiste es el que genera una imagen. El público tiene que ver lo que uno le va contando, porque al despertarle una imagen interna fuerte conseguís que la gente se zambulla inmediatamente dentro de la historia.”

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Dreizik, Rocco y Reinhold, tres de los participantes del show.
Para el reestreno se suma Florencia Peña como actriz invitada.
 
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