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“Ser independiente no es solamente hacer películas sobre tu barrio”

En una entrevista que se verá hoy por Film&Arts, el director Richard Linklater da explicaciones sobre sus métodos de trabajo.

 Por Emanuel Respighi

Caso extraño el del cineasta Richard Linklater. Después de haber dado sus primeros pasos en el cine con películas experimentales en cuanto a lo narrativo y de escaso presupuesto –Slacker, Dazed and confused, Suburbia–, la crítica especializada no dudó en describirlo como uno de los grandes “directores alternativos”, al mismo nivel de Steven Soderbergh (Sexo, mentiras y video, Kafka) o Darren Aronofsky (Pi, Réquiem para un sueño). Su figura se consolidó inmediatamente como un referente del llamado cine independiente, aun cuando muchas de sus películas fueron financiadas por los grandes estudios de cine estadounidense. Linklater se rehúsa a aceptar el sello-moda del siglo XXI. “Yo soy en el fondo como todos los demás directores de cine: dependiente. Porque todos los cineastas dependen de que alguien crea bastante en ellos para poder tener dinero y hacer una película. La diferencia, el dilema que se les presenta a los cineastas, es luchar por hacer tu propia película o por hacer la película de otro. Algo que yo nunca hice”, se jacta Linklater en la entrevista que Film&Arts emitirá hoy a las 21.30.
La defensa del director oriundo de Texas no es en vano. En reiteradas ocasiones la prensa le reprochó haberse olvidado de sus raíces. No por el lenguaje cinematográfico que utilizó en sus películas –siempre innovador–, sino más bien por haber entablado relación con los más importantes estudios de cine. “Hice mi primera película con 3 mil dólares. Luego hice Slacker con mi propio dinero, tarjetas de crédito y pidiendo prestado dinero para hacer el film. Desde entonces siempre consigo dinero para hacer películas, ya sea a través de Universal, Castle rock, Warner o la Fox. Para hacer una película acepto dinero de cualquiera. Todas mis películas las terminé en mi propio estudio. Financie quien las financie, todas mis películas tienen el mismo espíritu”, aclara, enérgico.
Linklater es un acérrimo crítico de lo que ahora se conoce como cine independiente. No comparte esa idea de que el cine independiente debe ser necesariamente de bajo presupuesto. “Pueden llamarlos independientes o de estudio, pero para mí todos mis films son iguales. Aunque el presupuesto sea mayor. Muchos creen que la verdadera definición de independiente es que los films se autofinancien. Algo así como no aceptar dinero de la industria, porque ya sea que aceptes 500 mil dólares o 60 millones se construye una relación con el financista. Para mí la clave para ser independiente es el tipo de relación que se construya”, subraya el director. Y agrega con ironía: “Con esa idea economicista, entonces, lo único verdaderamente independiente sería la pornografía, que se autofinancia y se distribuye de manera independiente”.
Para entender un poco su pensamiento, Linklater se refiere en un pasaje de la entrevista a su experiencia en La pandilla Newton (1998), el film que dirigió con un presupuesto millonario y que no satisfizo las expectativas de Universal, el estudio que la financió. “La única diferencia que sentí con las demás películas era que tenía un presupuesto de 27 millones. Era demasiado para mí. Mi mayor presupuesto anterior había sido de 6 millones para Dazed and confused. Esa fue la mayor y única discrepancia entre lo que tenía y lo que realmente necesitaba”, apunta el director, a quien la millonaria producción no le cambió su forma de filmar. “Todas mis películas son autobiográficas”, declara el director, autor de las experimentales Antes del amanecer y Despertando a la vida.
“La disputa entre cine independiente o comercial es en el fondo una tontería”, analiza. “Cuando veo una obra de Martin Scorsese veo allí el espíritu independiente porque hace su propia película, la que pensó en la preproducción. Lo mismo con Oliver Stone en Titanic, ya que es la película del director. Otra cosa muy diferente es hacer películas de género o de bajo presupuesto. Ser independiente tampoco es hacer solamente películas de tu barrio o sobre cuestiones personales”, señala. Sobre el final, Linklater sintetiza su manera de hacer cine. “No me gusta volver a filmarnada, ninguna escena ni cuadro. Nunca lo hice ni lo haré. No digo que no lo haría si veo que algo no funciona en la película. Pero no me dejo influenciar por los estudios.”

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“La pandilla Newton”, un film que Linklater dirigió en 1998.
 
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