ESPECTáCULOS

Tres hermanas, dos novios y toda clase de equívocos

La holandesa Paula van der Oest presenta una abigarrada trama familiar, que entra en conflicto por una disputa sobre herencias. La resolución explica por qué la directora triunfa en Hollywood.

 Por Horacio Bernades

Paula van der Oest –directora y guionista de 3 hermanas y dos novios– dice haber encontrado la inspiración para su película en la obra de Chejov Las tres hermanas. Sin embargo, no da la impresión de que las vinculaciones entre una y otra excedan lo meramente numérico. Mientras el autor ruso inspeccionó la dinámica de la hermandad, desplegando al mismo tiempo un generoso abanico femenino, la realizadora holandesa parece menos interesada en esa clase de honduras que en explotar las posibilidades de comedia sexual que le brindaban ciertos cruces, equívocos y combinaciones familiares más o menos heterodoxas. En sintonía con ello, la propuesta de Van der Oest parecería reducirse a redondear un entretenimiento moderno, ameno y llevadero. Que lo logró, atravesando las barreras de su país, queda demostrado por partida triple: Zus & Zo resultó nominada al Oscar al Mejor Film Extranjero, Van der Oest ya filmó una primera película en inglés y Hollywood prepara su propia remake de 3 hermanas y dos novios. Bingo.
Lo que reúne a Michelle, Wanda y Sonja es la noticia más inesperada del mundo: su hermano Nino, que toda su vida fue gay, se habría comprometido en matrimonio con una mujer. Más allá de la sorpresa, las tres hermanas (que ya pasaron la treintena) tienen algo para defender. De acuerdo con lo que estipula la herencia paterna, si Nino se casa tendrá derecho a quedarse con el bello hotel playero de Estoril, Portugal, donde toda la familia pasó siempre sus vacaciones. Y el muchacho piensa hacerlo plata. Así que allí van las tres intrigantes, decididas a impedir el matrimonio de Nino, aunque para ello deban recurrir a la presión, la mentira o el chantaje. El problema es que la bonita y muy simpática Bo, futura esposa de Nino, derrocha tanta seguridad en sí misma, que ni la noticia de que el gran amor de su futuro esposo fue un popular cocinero de televisión parecería hacerle mella.
Van der Oest parece no decidirse del todo entre la comedia brillante y la comedia dramática. Durante largos pasajes, la película no resulta lo suficientemente graciosa para cumplir con el primero de los requerimientos, ni lo suficientemente comprometida con su material para satisfacer la segunda expectativa. Parecidas indefiniciones aquejan a los personajes, que aparecen pintados con rasgos que tienden a diluirse. Lo que se sabe es que para la hermana mayor, el matrimonio es puro deber y ningún placer; a la del medio, que es artista plástica, sólo parece interesarle su actividad creativa, mientras que la menor es periodista y no perdona a la anterior cierta infidelidad matrimonial. El marido de una de ellas es buen cocinero pero no muy buena persona, y hay otro esposo que (a pesar de su escaso atractivo físico) es un seductor incurable, que podría haber contraído una venérea o algo peor.
Lo que podría ser una rica galería de personajes no termina de redondear perfiles definidos, tal vez porque a Van der Oest se le dé mejor el brochazo ocasional que la pintura a fondo. Así parecería confirmarlo cierta simpática y abrupta confesión que el administrador del hotel hace a una de las hermanas, referida a sus sentimientos hacia la mater familiae. Finalmente, Van der Oest opta por un doble final feliz, acudiendo a lo que podría denominarse chef ex macchina. Por obra y gracia del guión (y del afán de complacer al público) de pronto todos consuman sus deseos, hasta los más reprimidos. Y hay boda, cambio de sexo y nacimiento, todo junto. Parece más producto del cálculo que de la convicción una resolución tan poco rigurosa, que hasta la novia a la que acaban de dejar sin ceremonia de bodas –y con el vestido puesto– termina festejando. Nominaciones al Oscar, contratos y remakes demuestran que no le salieron mal las cuentas a la realizadora, que tal vez tenga un futuro venturoso por delante.

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Sonja es una de las mujeres que no quiere ver a su hermano casado.
 
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