ESPECTáCULOS › 18 MIL PERSONAS EN EL TERCER DIA DEL “QUILMES ROCK”

Al fin, estalló la primavera

Mimi Maura y Pez provocaron momentos de alta intensidad entre un público mucho más entregado al juego. Luis Alberto Spinetta y Divididos se aprestaban a redondear una jornada bien ecléctica.

Y al tercer día, el Quilmes Rock Festival tomó color y fervor. Si la primera fecha del encuentro tuvo un tono pop, y la segunda se consumió entre los interrogantes de por qué el cierre rockero corrió por cuenta de Ratones Paranoicos (hicieron hits como “Enlace”, “Vicio”, “La Nave”, “Ruta 66” y “Rock del gato”, con los aportes de músicos invitados como la cantante Deborah Dixon y el trompetista Gillespi) y no de los afiladísimos Las Pelotas, ayer el estadio auxiliar del Monumental estuvo signado por el eclecticismo, y bien poblado por cerca de 18 mil personas que, al fin, honraron la mística de esta clase de encuentros. Al cierre de esta edición, Luis Alberto Spinetta y su banda les daban curso a sus canciones desde el difícil lugar previo a Divididos (acusaban una lista previa de 23 canciones), esperado cierre de una jornada en la cual hubo para todos los gustos. Y en la cual el primer comentario fue la desaparición del gigantesco globo de Quilmes situado sobre la carpa de prensa, que se fue en andas del viento en la noche del sábado.
La misma composición del público que –alentado por el clima primaveral– se fue acercando a Núñez desde temprano, dio pistas sobre la saludable convivencia artística que se expresaría en los escenarios. Veteranos admiradores de Spinetta y jóvenes seguidores de la Aplanadora de Hurlingham se codeaban sin conflicto, repartiendo el tiempo entre el simple descanso contemplativo, el curioseo por los stands del predio y la atención a las bandas que ocupaban los escenarios menores. Allí abrieron el fuego Oisin y Charlie 3, dos de la cantera impulsada por el ex bajista de Soda Stereo Zeta Bosio, pero las primeras exclamaciones de admiración se produjeron con Pez, grupo liderado por el guitarrista ex Cadillacs Ariel Minimal. Demostrando que se puede cultivar una variante del virtuosisimo que no excluye la garra rockera, el quinteto supo ponerle calor escénico a su inclasificable material, en el que sin embargo pueden apreciarse marcas de Pescado Rabioso, Invisible y King Crimson. Ese ADN cautivó sobre todo a los spinetteanos, que consagraron canciones como “El cantor”, “Respeto” y “Folklore” con cálidas ovaciones que dejaron a Minimal y compañía con la sensación del deber cumplido.
Así como Pez no le hizo ascos a la virulencia eléctrica, los Super Ratones abrieron la actividad en el escenario principal con un set de corte netamente rockero, que tuvo momentos de inmediata respuesta en el público como el hit “Cómo estamos hoy” y “Sube y baja”, de su reciente disco Urgente. Tanto en ese escenario como en los “alternativos”, dos solistas vinieron a expresar una tendencia bien diferente, cada cual a su modo y con su background: la cantante Emme, hija de Lito Vitale, demostró solvencia en el manejo de géneros negros como el funk y el soul, aunque también quedó claro que tiene camino por recorrer en la definición de una identidad propia. Dante Spinetta desconcertó un poco con su tendencia a comunicarse con el público en un tono viejita, pero a la vez volvió a demostrar que esos mismos géneros negros caen de sus dedos con la habilidad del conocedor, tanto como para terminar a todo gas con “El guatemalo” y un largo solo de guitarra a la Carlos Santana que liquidó bien la faena.
Si de faenas exitosas se trata, Mimi Maura cuenta con boletos ganadores: el grupo de Midnerely Acevedo y Sergio Rotman protagonizó uno de los momentos más calientes, desde el arranque con la climática “Soñando despierto” hasta el cierre a pura fiesta con “La huella” (junto al acordeonista Chango Spasiuk), “Jay yo me muero” y “Yo no lloro más”, inmejorables excusas para que entre la gente se instalara un clima de baile y la banda terminara bien arriba, reconfortada por la visión de una masa de público bien seducida. Del otro lado, los españoles Amaral, éxito español con más de 600 mil copias vendidas de su último disco, sorprendían con su mera presencia en plan acústico (más de uno enarboló la pregunta de rigor “Y estos, ¿quiénes son?”), mientras en la carpa deprensa Daniel Melingo ofrecía un show como forma de presentación del sello Pelo Records, del ex Universal Pelo Aprile.
A la hora de los números centrales, Spinetta sorprendió a todos con su aparición en solitario para ofrecer, nada menos, “Aguila de trueno”, comienzo de un show en el que se descontaba la presencia de su hijo Dante para el final con “Post crucifixión”. La producción repetía a quien quisiera escuchar que el cierre de la noche dejaría una perla: la presencia del mismo Spinetta para tocar, junto a Divididos, “Despiértate nena”. Una versión que tanto podría confirmarse como correr el mismo destino que el globo de Quilmes.
Producción: Roque Casciero.

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Dante Spinetta demostró su dominio de los géneros negros, luciéndose especialmente en la guitarra.
 
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