ESPECTáCULOS

Durante dos días, la fantasía logró estar algo más cerca de la realidad

El ciclo “El cine es una fiesta”, con entradas a 3 pesos, reunió a 400 mil espectadores que aportaron así a planes de ayuda social.

 Por Mariano Blejman

La idea del proyecto era poner a la ficción más cerca de la realidad. El programa solidario El cine es una fiesta dispuso de la compleja y lucrativa industria del cine en su totalidad para fortalecer proyectos sociales salidos del área de Desarrollo Social de la Nación, bajo el amparo de Alicia Kirchner. El domingo y el lunes pasado, el proyecto cumplió la primera etapa de su cometido: miles de personas fueron al cine, que tenía un costo de tres pesos, uno de los cuales estaba destinado a la ayuda social. Las salas estuvieron llenas y las compañías distribuidoras podrán, ahora, sacar chapa de solidarias. Las cifras son elocuentes: 400.993 espectadores, según la consultora AC Nielsen, concurrieron al cine, repartidos en las 940 pantallas de todo el país. Un aumento significativo si se toma en cuenta que los días domingo y lunes anteriores (14 y 15) sumaron 178.146 espectadores.
Durante el fin de semana, los cines siguieron con su programación habitual. Pero la propuesta tuvo el apoyo expreso de la industria del cine: la película Un hijo genial, dirigida por José Luis Mazza, con la actuación de Julián Weich y Sebastián Francini, producida por Telefé, fue especialmente estrenada el domingo para la ocasión. La película fue vista por 55 mil personas el domingo y lunes. A su vez, Tierra de osos, de la Disney Co., consolidó su primer lugar en la taquilla, con 64.000 espectadores. “Es la primera vez que toda la industria del cine (productores, distribuidores, realizadores, el Estado) se une a una acción solidaria de esta envergadura. Antes, hubo algunos intentos de exhibidores o dueños de salas, pero esta vez se sumaron a la idea tanto las grandes cadenas internacionales como la última sala del último pueblo argentino”, comentó Fernando Gray, secretario de Comunicación Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
La industria cinematográfica en general acompañó la iniciativa del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) que propuso bajar el precio de las entradas, aún en los cines más exclusivos, que suelen tener valores hasta tres veces superiores. El beneficio se ofreció en todas las salas, en todas las funciones y en todas las películas.
De lo recaudado, uno de cada tres pesos irán a las arcas de los programas de Desarrollo Social que maneja la hermana del presidente Kirchner: “Nosotros vamos recorriendo el país con un tren solidario, detectando los problemas más graves que hay en las pequeñas localidades. Con este dinero vamos a comprar ambulancias, equipos de diagnósticos, de rayos equis y de mamografías”, cuenta Gray. Es, de algún modo, la historia de cómo la ficción a veces le ayuda a la realidad. Después de la iniciativa, tanto desde el área de Desarrollo Social como desde el Incaa, dirigido por Jorge Coscia, piensan en hacer nuevas acciones solidarias.
Lo que más sorprendió al área de Desarrollo Social fue “la sensibilidad de la industria del cine, que nos enorgulleció ser reconocidos como institución”. Junto a Coscia y Jorge Alvarez armaron el proyecto de cinemóvil social, con la idea de llevar cine a los institutos de menores. “El cinemóvil social tiene una pantalla de cine que va recorriendo los hogares infantiles y los institutos de menores. Muchos de los chicos que están allí nunca vieron cine. Y uno de esos cines móviles lo tenemos subido al Tren de Desarrollo, que recorre el ramal norte. Entonces, cuando llegamos a alguna plaza convocamos a la comunidad y les proyectamos cine argentino.” El tren ya pasó por Ranchillo, Chaupi Pozo, Forres y el pueblo de Beltrán.

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“Tierra de osos”, de Disney, fue uno de los films más vistos.
 
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