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A Nacho Goano se lo nota contento. Dice que está haciendo realidad el “sueño del pibe”: conducir un programa del club de sus amores, River Plate. Pero no se anda con chiquitas: Edición limitada-River Plate (desde hoy a las 12, por América) será el primer programa de un club de fútbol que se emitirá por TV abierta. “Lo que pasa es que River es demasiado grande como para limitarse a la TV por cable”, dice, mientras en su rostro se le dibuja una sonrisa que revela una intencionada ironía relacionada con Boca TV, el canal de cable del archienemigo futbolístico. Pero esa no fue la única referencia a Boca que hizo el columnista deportivo de Caiga quien caiga: anteriormente ya había discutido sobre fútbol –con chicanas y gastadas de por medio– con el fotógrafo de Página/12, confeso xeneize. “Pero es parte del folklore: todo es con buena onda”, dirá después, una vez concluida la producción fotográfica, en uno de los pocos momentos en que el fanatismo por River le cedió lugar al periodista deportivo.
Como se desprende del título, el ciclo apuntará a acaparar la atención de los hinchas riverplatenses. El programa, que Goano prefiere definir como “institucional” más que “partidario”, tendrá reportajes exclusivos, informes de viejas glorias futbolísticas e información sobre las actividades del club. Además, como el ciclo se emitirá en vivo desde la misma concentración que River posee en su estadio, el ciclo será el único medio que tendrá cámaras en el interior de la concentración del plantel, momentos antes del comienzo de cada partido. “La particularidad es que vamos a estar pared de por medio de la concentración. Habrá una manga donde van a aparecer los jugadores. Vamos a mostrar la manera en que el plantel vela las horas previas a un cotejo”, dice quien pasó de ser productor a columnista de CQC y ahora debutará en la conducción. “Sé que me voy a comer alguna que otra puteada”, reconoce en la entrevista con Página/12.
–El ciclo estará en la misma condición que la de un director técnico. Su continuidad o no depende de los resultados del equipo de fútbol...
–No va a ser un programa que dependa de los resultados. Sin duda, tendrá una mayor o menor estridencia según cómo le vaya al equipo. Pero respecto del ánimo del plantel para participar del ciclo, creo que eso dependerá de mí más que de los resultados. River no necesita de la Copa Libertadores para ser grande; ya lo es. River es la Casa Blanca del fútbol argentino.
–Me imagino que los jugadores serán la vedette del ciclo.
–Los jugadores de fútbol, en la última época, se han transformado en “rock stars”. Me parece que hay una gama de deportistas que merecen ser tratados como rock stars, por todo lo que generan en la gente y por la imagen que los medios transmiten de ellos. Hoy, los jugadores de fútbol son personajes mediáticos. Y River ya es de por sí una estrella gigante.
–¿Edición limitada... tendrá un lenguaje de vestuario y barrio para atraer a las figuras a su intimidad?
–Lo que quiero hacer es un programa amigo del jugador. Pero no para negar todo lo malo que puede estar haciendo ese jugador, sino “amigo” en el sentido de que cuando los jugadores vengan al ciclo se sientan bien, cómodos. Que sepan que todo se hace de buena fe. Igualmente, el programa va a tener un fuerte componente futbolístico, pero también será una especie de mirador de la institución. Lo que pasa es que River tiene una connotación futbolística innegable, que supera otros aspectos.
–¿En qué lugar se va a posicionar el ciclo tomando los antecedentes extremos del programa partidiario de cable y el documental institucional?
–En ambos casos las ideas son las mismas, la diferencia es el costo de producción. En el programa se va a ver las actividades de River con sus “artistas” y también se va a recordar las leyendas que pasaron por River. El cúmulo de ideas es el mismo: rescatar el espíritu riverplatense. Pero con un pensamiento de punta: hay que recuperar la fiesta del fútbol, no perder el folklore, pero entender que hay rivales y no enemigos.
–¿Qué define, a su juicio, el espíritu del hincha de River?
–Lo más distintivo es que tenemos un paladar difícil de conformar. El hincha de River quiere gustar, golear y ganar. Hasta me atrevería a decir que se da en ese orden. Claro que los partidos chivos hay que ganarlos, pero con los llamados equipos chicos también hay que jugar bien. No alcanza con ganar y nada más. Además, el ojo del hincha de River permite apreciar a los buenos jugadores independientemente de los colores que visten. Y yo no sé si los demás hinchas son así. Creo que eso es patrimonio exclusivo de River.