ESPECTáCULOS › LOS PREMIOS GARDEL

La argentinidad al palo, pero de oro

La Bersuit se llevó el premio mayor, pero Vicentico tuvo lo suyo: cuatro Gardeles.

Por K. M.

“Brindo por la victoria, por el empate y por el fracaso...”: la frase no vino nada mal para el arranque de una típica noche de premios, con estatuillas, ganadores sonrientes y perdedores con cara de circunstancia. La declaración de principios de Salud, dinero y amor, clásico de Los Rodríguez circa Sin documentos, encontró además dos intérpretes de lujo, Vicentico y Kevin Johansen, primeras figuras sobre el escenario del Gran Rex en la séptima entrega de los Premios Gardel que otorga Capif, la cámara que agrupa a las compañías discográficas de la Argentina. Conducida con su habitual estilo zumbón por Roberto Pettinato, la ceremonia premió lo mejor de la producción musical 2004, definido por el voto de profesionales de la industria (en un rango que, desde el año pasado, excluye sabiamente a los ejecutivos de los sellos).
Y al cabo, la Bersuit tuvo su noche de gloria: aunque solo se llevó dos de los siete premios a los que estaba nominada, la banda liderada por Gustavo Cordera se alzó con los que más importaban, el “Album grupo de rock” y “Album del año” que le significó el Gardel de Oro. En tren de merecimientos, de todos modos, Vicentico fue el verdadero protagonista, al triunfar en tres rubros, “Videoclip”, “Canción del año” (ambos por Los caminos de la vida, de Omar Antonio Geles Suárez), “Album artista de rock” (por Los rayos), y por la estatuilla a Alejandro Ros, diseñador de este diario, por la tapa del mismo disco. Diego Torres, en tanto, se llevó dos figuras del Zorzal, por “Album artista masculino pop” (MTV Unplugged) y “Realización” (en rigor, para el productor Afo Verde). La velada tuvo espacio también para un par de distinciones especiales, como la que recibió Horacio Guarany a la trayectoria o el Gardel Solidario a León Gieco y Esteban Morgado por el disco Las estrellas no solo brillan en el cielo, editado por Página/12 a beneficio de la Casa del Teatro. Entre premio y premio, el escenario fue ocupado por artistas como Diego Torres y Pedro Aznar, Soledad, Javier Malosetti y el Bahiano (en un homenaje a Pappo) y el Chaqueño Palavecino, protagonizando raros cruces con viejas canciones del rock argentino, en señal de celebración por sus cuarenta años de vida: por esa misma efeméride, marcada por la grabación de Los gatos salvajes en 1965, Litto Nebbia recibió otro premio especial. Además, los directivos de Capif remarcaban que la mitad de los premios fueron para artistas y producciones de compañías discográficas independientes.
Desde temprano, los nominados empezaron a cruzar una alfombra roja preparada para hacerlos visibles a la prensa y los fans, pero la lluvia contribuyó a deslucir una escena que de por sí lucía poco glamorosa: los movileros se arremolinaban con el mismo entusiasmo frente a un panorama variopinto de personajes que incluía a Pipo Cipolatti, Malosetti, Benjamín (ex Rebelde Way), Fernando (Operación Triunfo), Sandra Mihanovich, Leo García o Emme. Para subir la apuesta, los integrantes de Miranda! y de Airbag llegaron en sendas limusinas. Otros, como Raly Barrionuevo y el dúo Orozco-Barrientos, eligieron un perfil más bajo, por fuera de la alfombra: en las escalinatas del teatro, las fans establecieron su propio ranking de los famosos, según el volumen de los chillidos.

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La Bersuit obtuvo el premio mayor: el Gardel de Oro.
 
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