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Los amigos neoyorquinos vuelven a despedirse, pero por poco tiempo

Warner Channel emite hoy el capítulo doble con
que termina la octava temporada de la más vista
de todas las series estadounidenses, “Friends”.

 Por Roque Casciero

A principios de este año, los directivos de la NBC Entertainment se agarraban la cabeza, porque la actriz Jennifer Aniston dudaba mucho sobre prolongar su actuación en “Friends” durante un año más. En medio de las negociaciones con la estrella, trascendió que los guionistas ya habían decidido echar mano a un recurso remanido: como Rachel, su personaje, estaba embarazada, iba a morir mientras daba a luz. Hasta ese punto llegó la cosa para asegurar la nueva temporada del programa, que fue el más visto durante 2001/2002. Finalmente, la ex esposa de Brad Pitt estampó su firma y todos quedaron contentos. Por ese motivo, Rachel no muere en el capítulo doble que despide la octava temporada de “Friends”, que Warner Channel emite hoy a las 20. Los seguidores de la serie, aliviados: la pequeña Emma tendrá a su mamá para criarla... al menos por un año.
Muy lejos de los 900 mil dólares que los seis protagonistas se llevaron por el primer año de “Friends”, durante la próxima temporada facturarán 150 millones, lo que implica que cada capítulo costará unos 7 millones. Si se tiene en cuenta que los envíos duran unos 22 minutos, se puede concluir que la NBC paga más de 5 mil dólares cada segundo de “Friends”. Caro, pero el mejor: durante su octavo año, la serie capturó la atención de 25 millones de estadounidenses.
Antes de hablar del capítulo de esta noche, hay que recordar que Rachel y Ross (David Schwimmer) están a punto de ser padres. La pareja no es tal, aunque lo fue muchos años antes. Simplemente, volvieron a las andadas por una vez y ¡bingo! Sin embargo, hoy quedará claro que todavía hay algunas brasitas encendidas de aquel fuego de antaño. Pero no hay que olvidar que durante el embarazo Rachel rechazó una propuesta matrimonial de Joey (Matt LeBlanc).
El capítulo final de la octava temporada de “Friends” comienza cuando Rachel y Ross llegan al hospital donde ella va a dar a luz. Por supuesto, las cosas no salen como lo soñaban los futuros padres: los mandan a una habitación compartida, por la que pasan cuatro parturientas (y se van con sus bebés) mientras Rachel, que se muere de dolor por las contracciones, debe esperar a tener la dilatación necesaria. Encima, las compañeras de cuarto son insufribles, al menos para Rachel. La primera va por su tercer hijo y ya está de vuelta, al punto que le propone a Ross que compare (con los dedos) la dilatación de ambas damas. La segunda tiene contracciones apenas dolorosas y la tercera es una celosa enfermiza. Pero la peor es la cuarta: Janice, ex novia de Chandler (Matthew Perry) y breve amorío de Ross, que habla hasta por los codos y a un volumen difícil de soportar.
Mientras, se desarrollan un par de historias paralelas en el mismo hospital. Chandler y Mónica (Courtney Cox Arquette), que se casaron en el capítulo final del año anterior, deciden que es buen momento para tener un hijo y se dedican a buscar habitaciones vacías para intentar engendrarlo. La delirante Phoebe (Lisa Kudrow) conoce a un joven con la pierna enyesada y le pide a Joey (Matt LeBlanc) que se haga pasar por médico para interrogarlo. Las preguntas no son precisamente lo más adecuado para que inquiera un neurólogo (como actor, Joey había encarnado a uno en televisión, allá por los comienzos de “Friends”): la rubia quiere saber si su potencial candidato tiene temor al compromiso y si le gustan las chanchaditas en el sexo.
Como corresponde, aquí no se adelantará el gancho final del capítulo, aunque vale aclarar que realmente mantendrá en vilo a los seguidores de la serie hasta el comienzo de la nueva temporada. Como pista, se puede decir que habrá una confusión (con un anillo de compromiso de por medio) y una suerte de triángulo amoroso, por llamarlo de algún modo. Durante todos estos años, los seis amigos neoyorquinos han crecido (aunque no en la proporción de los contratos de sus protagonistas) y la prueba irrefrutable es que ahora hay vástagos de por medio. Y los directivos de la NBC ya están más tranquilos: si la próxima temporada de “Friends” es definitivamente la última, ¿por qué no intentar una nueva serie con loshijos de los amigos originales? Total, peores engendros se han visto y se ven.

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“Friends” fue vista este año por 25 millones de estadounidenses.
 
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