ESPECTáCULOS › TEATRO POR LA IDENTIDAD PRESENTO SU NUEVA TEMPORADA

“Este país todavía tiene memoria”

Enrique Pinti, La Banda de la Risa y el Grupo Catalinas Sur le dieron brillo al lanzamiento de la tercera temporada del ciclo, que presentará 21 nuevas obras relacionadas con la identidad.

 Por Silvina Friera

No es casual que compartan el mismo escenario el grupo Catalinas Sur, Enrique Pinti y La Banda de la Risa. Las escenas de El fulgor argentino, Candombe Nacional y El Pelele, representadas para el lanzamiento del ciclo 2002 de Teatro por la identidad, mostraron la imperiosa necesidad de reflexionar sobre la vapuleada historia del país, construida a partir del aniquilamiento, la mentira y la exclusión. En la entrada del teatro Lorange, más de 500 personas, entre ellas la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, ovacionaron el singular despliegue de los artistas del barrio de la Boca, dirigidos por Adhemar Bianchi, que transformaron el espacio en una especie de Plaza de Mayo convulsionada.
Las mujeres reclamaron trabajo para sus maridos y proclamaron que siempre lucharán en la olla popular para revertir esta injusticia: “Tenemos sueños y esperanza para apostar. Nos quieren convencer de la derrota pero nuestra utopía está presente sumando gente de aquí y de allá”.
Los cimientos de la mentira empezaron a resquebrajarse gracias al trabajo de concientización que las Abuelas de Plaza de Mayo están realizando para desenmascarar el entramado de la apropiación de menores y sus consecuencias presentes y futuras, con la colaboración de los actores, dramaturgos, directores, escenógrafos, iluminadores y vestuaristas. Valentina Bassi leyó un texto escrito por Daniel Fanego, uno de los creadores de este movimiento: “Nos han robado todo. Treinta mil mujeres y hombres fueron robados de sus casas con vida y desaparecieron para siempre. Muchas veces sus hijos fueron robados con ellos y otras fueron arrancados del vientre de sus madres al nacer, para luego cambiarles sus identidades. Después, nos robaron la esperanza y la fe en la democracia poniéndoles punto final y obediencia debida al reclamo de toda una sociedad. (...) Nos robaron la cultura, el teatro, el cine, los libros, la salud y, finalmente, se llevaron lo que algunos tenían en sus cajas de ahorro”.
En el texto, Fanego resumió la continuidad del plan sistemático urdido por la dictadura para el destino del país. “Lo que no se pudo hacer por mano militar, se consolidó en democracia de la mano de dirigentes cómplices del silencio, del ocultamiento de las pruebas, que sabían de los chicos apropiados por la dictadura y también de hombres de las fuerzas armadas y de seguridad responsables de estos hechos, que sabían donde estaban y quiénes los tenían”. Cuando Pinti irrumpió con uno de los cuadros de Candombe Nacional, la propuesta de “resistir y movilizarse” celebraba la metamorfosis de una sociedad que está despertando del prolongado letargo en el que estuvo sumergida. En la canción, los responsables de las calamidades que azotaron al país, los militares con Martínez de Hoz a la cabeza, Alfonsín, Menem, Cavallo y De la Rúa, son condenados por unanimidad a “que se vayan a la mierda y que no vuelvan nunca más”.
“Todos al venir acá me confirman que se puede llenar algo más que las pelotas en este país. Por ejemplo un teatro donde la gente viene a expresar su necesidad de no olvidar. Que ustedes estén acá quiere decir que el país todavía tiene memoria”, señaló Pinti. Ciertamente, como precisó Fanego en el texto que leyó Bassi, “detrás de cada chico apropiado están buena parte de los significados que hacen comprensible la derrota que hoy sufrimos todos los argentinos. Cada chico apropiado es un agujero en la trama de nuestra memoria, que no nos deja comprender lo que está ocurriendo y lo que vendrá. El delito consumado por algunos tiñe a toda una sociedad y la compromete a su reparación o a la complicidad”.
Las 21 obras del ciclo 2002 se presentarán a partir del próximo lunes a las 20.30 con entrada libre y gratuita en el IFT, La Fábrica, La Máscara, La Carbonera, el Centro Cultural San Martín, Lorange, Teatro Del Pueblo y el Centro Cultural Recoleta. En cada una de las salas, hasta el 21 de octubre, además se representarán monólogos testimoniales (Una estirpe de petisas, Quisiera saber si le gustaban las sardinas, Cuando ves pasar el tren, Manos grandes, Mi pelo es rojo y el conmovedor Dame el tenedor, entre otros) elaborados por los alumnos del taller de dramaturgia de Patricia Zangaro, autora de A propósito de la duda, pieza que fue el puntapié inicial de Teatro por la identidad. Finalmente, La banda de la risa, comandada por Claudio Gallardou, convirtió la canción de El Pelele (esa que afirma que “hay tanto chanta que te asesina las esperanzas del corazón”) en un nuevo himno.
Carlotto, con la voz entrecortada por la emoción, subrayó la felicidad de poder seguir luchando. “Muchísimos chicos vinieron a nuestra sede a buscar su historia y su origen. Es cierto que nos han robado todo, pero no nos han robado el amor, la generosidad, la solidaridad, la unidad, la esperanza. No nos han robado el corazón ni la sangre. Estamos como pueblo latiendo y luchando para que las cosas cambien. Aunque las Abuelas estamos apuradas porque no tenemos tiempo, vamos a seguir luchando hasta el último aliento de nuestra vida mientras tengamos con nosotras a esta maravillosa gente de teatro.”

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Pinti hizo reír y reflexionar a todos con su “Candombe Nacional”.
 
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