EL PAíS › MIGUEL ANGEL TOMA, JEFE DE LA SIDE

“Ordené que hubiera una investigación interna”

El nuevo titular del espionaje civil asegura que no tiene indicios serios para sostener que pueda producirse un magnicidio. Que llamó a Rodríguez Saá y a Kirchner, quien dijo ser sujeto de un seguimiento de la SIDE, y que no le contestaron los llamados. Dice que pedirá a los organismos de derechos humanos información sobre represores para evitar que aniden en su secretaría.

 Por Sergio Moreno

Ex secretario de Seguridad de Carlos Menem, Miguel Angel Toma desembarcó en la SIDE en un momento en que Adolfo Rodríguez Saá denunció que podrían cometer un magnicidio contra él o Néstor Kirchner, y Kirchner denunció que la SIDE lo está espiando quién sabe con qué fines. El nuevo Señor 5, amigo de José Luis Manzano y Enrique “Coti” Nosiglia –de quienes destaca su fe democrática– asegura que va a garantizar que los espías no interfieran en la campaña electoral, que así se lo pidió Eduardo Duhalde, que está dispuesto a sancionar a cualquier agente que no cumpla con esto. Sostiene que no cuenta con elementos para determinar si hay chances de que se produzca un magnicidio, y que ni “el Adolfo” ni el santacruceño devolvieron sus llamados. Toma, además, dijo estar dispuesto a que los organismos de derechos humanos le aporten la información que tengan sobre la represión para echar de la secretaría a los agentes que hayan cometido hechos aberrantes. “Si apareciera alguien que tuviera este tipo de antecedentes, en el acto se va de acá”, se comprometió en este reportaje. –¿Puede producirse un magnicidio en la Argentina?
–No hay absolutamente ningún indicio que diga que estamos frente a una amenaza de ese tipo. Yo intenté comunicarme con Adolfo Rodríguez Saá, lo rastreé por todos lados. No me devolvió los llamados. Al otro día me llamó la gobernadora de San Luis (Alicia Leme) y me puse a disposición de él para todo lo que pudiese ser de utilidad, o darme elementos para trabajar en una situación de este tipo. Nosotros no tenemos ningún elemento serio.
–Rodríguez Saá sostiene que si se produce un atentado debe preguntársele a Eduardo Duhalde o a Carlos Menem. Incluso nombra el episodio donde Menem habría dicho “a este hay que matarlo”.
–Por eso reaccioné rápidamente, para pedirle que me pase elementos concretos. Usted piense que un hecho de semejante magnitud puede poner en riesgo el sistema democrático. Si hubiese elementos suficientes pasaría a ser la hipótesis central de trabajo de la inteligencia del país. El hecho de que ni me respondiera me dejó preocupado. Yo hablé con Duhalde antes de asumir y uno de los temas centrales que me planteó fue la absoluta prescindencia de la estructura de la SIDE en cualquier tipo de situación de naturaleza política y electoral. Yo, además, garantizo que esto sea así. Y está toda esta estructura a disposición de los candidatos de todos los partidos políticos. Es más, en otra charla que mantuve con Duhalde acordamos que yo tomara contacto con la totalidad de los candidatos para ponernos a su disposición ante cualquier duda, sospecha o amenaza.
–Néstor Kirchner denunció que la SIDE le ha hecho un seguimiento.
–Ya ordené una investigación interna sobre eso; pero personalmente hice una evaluación, por lo que me parece que la denuncia no tiene solidez.
–¿Dice que es una maniobra electoral de Kirchner?
–O no. Por ahí le han dado estos elementos y no lo han chequeado lo suficiente antes de hacerlo público. Yo no voy a cometer el mismo pecado de acusar sin tener los elementos en la mano. Creo que el compromiso central de una estructura de inteligencia en un sistema democrático es garantizar la transparencia. Ese es mi compromiso.
–Carlos Reutemann decidió no ser precandidato supuestamente por la feroz interna entre Menem y Duhalde, donde él se veía entrampado. Meses atrás, sus operadores acusaron a la SIDE de ser autora intelectual de aquel episodio donde un grupo de excluidos faenaron vacas a las puertas de Rosario.
–A veces se producen fenómenos de demonización. Para revertir esa imagen estoy planteando varios ejes de acción. Pedí que constituyeran la bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia, que es el cuerpo que debe controlar, sobre la Ley de Inteligencia, el desarrollo del plan de inteligencia. Voy a mandar una ley al Congreso, inspirada en la Freedon of Information Act de los Estados Unidos, para desclasificar los informes secretos. Hasta que no salga la ley no puedo desclasificar los informes porque la norma vigente impone el secreto. La demonización delorganismo es absolutamente comprensible: en la Argentina hay una experiencia autoritaria de la cual mi generación ha sido la más damnificada. Por eso corresponde una actitud democrática y hacer todo lo necesario para transparentarla. Otro tema será la incorporación de la materia Derechos Humanos a la Escuela Nacional de Inteligencia, que es donde se forman o perfeccionan los agentes. El armado curricular de la materia y la designación de los profesores los vamos a hacer con los organismos de derechos humanos. Vamos a demostrar en los hechos que no son incompatibles estructuras de inteligencia con el sistema democrático.
–En la SIDE, hasta hace dos o tres años, revistaban orgánica o inorgánicamente represores probados: por citar algunos, Raúl Guglielminetti, Pascual Guerrieri, que fue responsable del campo de concentración Quinta de Funes, en Rosario, o el coronel Rubén Visuara, ex jefe operativo del campo Automotores Orletti, el cual durante la dictadura fue el centro del Plan Cóndor en Buenos Aires. Sus prontuarios constan en el informe de la CONADEP. ¿Estos sujetos están en la SIDE?
–No me consta en absoluto. Pero voy a profundizar en este sentido y si aparecen este tipo de cuestiones será uno de los temas en los que necesitaré ayuda del Congreso para resolverlo. Si apareciera alguien que tuviera este tipo de antecedentes, en el acto se va de acá.
–Para dejarlo claro: usted no tendría en la SIDE a nadie con antecedentes de violaciones a los derechos humanos.
–A nadie. Por eso también es tan importante la acción mancomunada con los organismos de derechos humanos. En el Congreso nos encontramos con muchos nombres que actuaron en la dictadura militar y que gracias a los organismos se hicieron públicos. Si pudiera contar antes con la información de los organismos seguramente en la evaluación de las cualidades morales se podría actuar preventivamente con más eficacia.
–Pero los nombramientos de los agentes de la SIDE no pasan por el Congreso.
–Pero los nombramientos pasan por esta secretaría. Si hay elementos, que nos los den. Sería bueno que los organismos nos hicieran llegar la información que tienen. Si esto fuera así, mi compromiso inmediato es de evaluar cada situación.
–¿Va a pedirle a los organismos la información sobre los represores?
–Primero vamos a trabajar en el aspecto curricular, que me parece central, y segundo me voy a poner a disposición de los organismos para recibir inmediatamente la información sobre todo lo vinculado a violaciones a los derechos humanos. De todos modos, en los últimos tiempos, desde el 2000, se ha modificado la situación que me señalaba.
–Su antecesor, Carlos Soria, blandió en el gabinete un informe sobre piqueteros, sobre el cual se pergeñó la teoría del complot nacional contra el Gobierno. Dicho informe se hizo en la SIDE, espiando a los piqueteros.
–No me consta que se haya producido eso que usted dice. La Ley de Inteligencia no contempla que se pueda hacer inteligencia sobre grupos sociales, religiosos, sindicales o políticos. La inteligencia solo deviene a partir de que exista algún interés estratégico que se vea amenazado, la paz social, por ejemplo, o ante la posibilidad de la comisión de un delito o acto de violencia. Ahí se ingresa al campo de la inteligencia criminal, que sí está contemplada en la Ley de Inteligencia.
–Si el Gobierno considerara que el accionar piquetero pone en riesgo la paz social, entonces ustedes espiarían a los piqueteros...
–Más que una consideración subjetiva es si aparecen datos objetivos: actos de violencia, por ejemplo. En una manifestación donde hay actos de violencia es obligación de cualquier estructura de inteligencia tratar de identificar a quienes los están cometiendo. Porque el acto de violencia como tal constituye un delito. No es un delito la legítima protesta, esa es la diferencia que hay que establecer.
–Pero al analizar la masacre de Avellaneda surge claramente que hubo un clima previo, construido por el Gobierno, que preparaba el escenario parala violencia. Y si el periodismo no hubiese establecido que fue la Bonaerense la que cometió los asesinatos, hubiera quedado en la sociedad que los piqueteros fueron los violentos. Esto da cuenta de que los hechos de violencia se pueden atribuir a uno o a otro según la decisión política, de no mediar contralor.
–En lo personal, creo que la idea de complot es equivocada. Esa idea de que la protesta de la gente es parte de un complot es una visión conspirativa, que no comparto. Sí creo que cuando se produce una serie de hechos concatenados con un objetivo determinado hay que hacer un análisis profundo para descartar algún riesgo para la democracia o la paz social. Pero de tener una hipótesis de trabajo a decir que se ha comprobado algún complot, hay un largo trecho.
–Usted tiene un número dos que es Oscar Rodríguez, ex intendente de Presidente Perón, marido de la senadora Mabel Müller, nombrado a pedido de Duhalde. Se ha escrito que su misión es operar sobre el Conurbano y que ha ingresado a la SIDE con un grupo de “batatas”, o matones.
–En la semana que tengo acá me llevé una grata sorpresa con Rodríguez, por su equilibrio y el conocimiento que adquirió en estos seis meses. Con respecto a su pregunta, taxativamente no hay “batatas” en la SIDE.
–Su amistad con José Luis Manzano y, por ende, con Enrique “Coti” Nosiglia, de histórica influencia en la SIDE, ¿no genera más resquemores sobre la acción de la secretaría en esta enrarecida etapa electoral?
–De Manzano y Nosiglia se han dicho y se pueden decir muchas cosas. Lo único que no se puede decir bajo ningún punto de vista es que no tienen un profundo compromiso democrático. Me parece que esto no se puede mezclar con lo que es la tarea de este organismo del Estado.
–Lo planteo especialmente por la campaña electoral.
–Este es mi desafío, es un compromiso personal: sacar cualquier tipo de injerencia de la SIDE en la política partidaria y electoral. Si alguno en esta secretaría tiene la malhadada idea de meterse en esos temas, yo lo echo.

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