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Un director con 14 hermanos

Nacido hace 53 años en Algeria, hijo de una madre gitana y un padre bereber, Tony Gatlif es el tercero entre catorce hermanos y se crió entre el flamenco y el raí argelino hasta que su familia se instaló en Marsella. Con un tardío aprendizaje (supo leer recién a los catorce años), su destino lo llevó a París con la intención de ser pintor, pero finalmente terminó primero actuando y luego como director de sus propios films. Filmó su debut a los 27 años, en Madrid y Sevilla, y lo tituló Corre gitano (1982). “Era muy joven y muy politizado, así que es una película que no funciona”, dice Gatlif hoy de su ópera prima. Una década más tarde, el nombre de Gatlif entró por la puerta grande al mundo del cine gracias a Latcho Drom (1993), una verdadera proeza fílmica que permite sentir la belleza sensual y el irreprimible disfrute de la vida de la cultura gitana en toda su intensidad. Siempre al límite entre el documental y la ficción, su filmografía prosigue con El extranjero loco (1997) y luego con Vengo (2000). Considerado como el gitano del cine francés, la obra de Gatlif –especialmente la inconseguible Latcho... y El extranjero...– complementa la visión que el cine tiene de esa etnia a través de la filmografía de Emir Kusturica. Vengo, por su parte, viene a representar en la filmografía de Gatlif a su sangre gitana española.

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