PSICOLOGíA
Erotismo y ternura entre los géneros
Por I. M.
En la sexualidad de las segundas uniones encontramos a menudo lo que ya constituye un lugar común: la pasión erótica es valorizada de modo diferente por varones y mujeres. Mientras que para ellos el placer sexual aparece como el bien supremo de la relación de pareja y adquiere el significado de ser amados, para ellas sólo se despliega sobre la base de una confirmación de que el compañero las reconoce, comprende y protege de algún modo.
Esta diferencia por género en lo que se refiere a la prioridad otorgada al amor tierno y al erotismo es tan insistente que podríamos pensar que, más que una diferencia genérica, es parte integral de la diferencia sexual. Sin embargo, podremos rescatarnos del naturalismo si recordamos la historia social de las relaciones entre mujeres y varones. El varón, sujeto social hegemónico, ha sido entrenado para luchar por su vida y por la de aquellos que dependieron de él: mujeres, niños y ancianos. En la sexualidad encontró su mayor recompensa y un espacio donde la regresión y el amparo están de algún modo permitidos, tal como lo sugiere la metáfora de “el reposo del guerrero”. Las mujeres se encontraron ubicadas en una jerarquía intragénero que en las sociedades tradicionales no dependió, como ocurre con los varones, de sus obras y de su esfuerzo personal, sino de la elección amorosa de la que han sido objeto. “La legítima”, “la otra” o “una más” fueron los estamentos que se abrieron como opciones para las incluidas en el sistema de dominación sexual. En los márgenes quedaría la que nunca tuvo novio. Sabemos que las representaciones colectivas subsisten con cierta inercia respecto de las transformaciones sociales y económicas. Por lo tanto, todavía hoy muchas mujeres reclaman reaseguros: acostumbradas a ser desconocidas, habitadas por fantasmas de abuso o violencia, reclaman que él demuestre que las ama, las respeta, las reconoce, antes de permitirse desplegar el deseo erótico. Siempre está latente la amenaza de un conflicto entre el deseo amoroso de las mujeres y su deseo de ser.