SOCIEDAD › UN DISPARO DE ORIGEN DESCONOCIDO MATó A UN AGENTE QUE HACíA GUARDIA EN EL LLAMADO “FUERTE APACHE”

El misterio del gendarme fusilado

El tiro atravesó la pared de la garita donde estaba el gendarme y fue disparado desde unos 40 metros. Hipótesis y dudas.

El disparo se escuchó cerca de la una de la madrugada de ayer en el complejo Ejército de los Andes, en Ciudadela, estigmatizado como “Fuerte Apache” por las crónicas policiales. No hubo tiroteo, ni robo, ni persecución policial. Sólo un disparo aislado, al parecer sin motivo alguno, que atravesó la delgada pared metálica del puesto de vigilancia número 15, para “prevención del delito”, que la Gendarmería tiene instalado en el lugar desde hace más de tres años. La bala, disparada al parecer “sin ton ni son”, como admitió una fuente de la Gendarmería consultada por PáginaI12, o “por pura diversión”, como dijo ante las cámaras de la TV un joven que luego estuvo detenido unas horas, mató al gendarme Roberto Omar Centeno, de 28 años, padre de dos chicos. El balazo lo sorprendió cuando estaba llenando un parte administrativo. Cerca del gendarme muerto estaba otro suboficial que pensó que el disparo había sido efectuado desde un coche que pasó en ese momento. Después se aseguró que la bala 9 milímetros recorrió no menos de 40 metros y que la pistola habría sido accionada desde uno de los edificios del complejo.

El jefe de la región Campo de Mayo de Gendarmería, Jorge William Nieto, confirmó que el proyectil recorrió “entre 40 y 50 metros” antes de hacer impacto en el oído de Centeno, quien se encontraba sentado. Nieto calificó al hecho como “una agresión salvaje, artera”, cometida por alguien a quien calificó de “loco o loco cobarde”. El puesto de vigilancia 15 está sobre el cruce de las calles Riccheri y San Ignacio. En el barrio viven cerca de 40 mil personas, en 3777 departamentos. El caso es investigado por el fiscal de San Martín Rubén Moreno. El principal testigo es el otro gendarme, quien se encontraba fuera de la garita, en tareas de vigilancia activa. Sólo vio pasar a un auto de color gris, al parecer un Fiat Duna.

El cabo Centeno cayó al piso, donde lo encontró tirado su compañero. El balazo entró por el oído. Nieto confirmó que las primeras pericias habrían determinado que el balazo partió “desde un punto fijo” y no de un coche en movimiento. Se habla, en principio, de un proyectil calibre 9 milímetros o calibre 380. Se puso en la mira a las torres 31 o 30 “E” del complejo, aunque es sólo una primera hipótesis.

Los investigadores hallaron una vaina servida 9 milímetros y el fiscal Moreno ordenó un peritaje para determinar si es del mismo proyectil que le extrajeron al cabo asesinado. Hubo un importante operativo en el barrio, pero no se produjeron resultados positivos en la búsqueda del autor del hecho. Por la mañana, frente a las cámaras de televisión, fue detenido con muy malos modos un joven apodado “Checho”, que hizo declaraciones a la prensa sobre el episodio que terminó con la vida de Centeno.

“Yo creo que esto lo hizo un pibito por pura diversión. Se escucharon los disparos, pero nadie sabe nada. Yo creo que el que lo hizo fue para tener fama para entrar a un determinado grupo que hay dentro del barrio que le decimos ‘La Isla’. Hay entre 50 o 60 bandas de pibes que se portan mal. Para entrar tenés que robar y hasta matar”, aseguró “Checho” ante los periodistas, sin dar ningún dato que lo avalara. Lo llevaron detenido a la comisaría sexta, de Ciudadela Norte, por supuesta “resistencia a la autoridad”. Las cámaras mostraron que no se resistió. Por el contrario, los gendarmes se lo llevaron por la fuerza, aplicándole varios golpes.

“Checho” tenía grabadas, en su celular, imágenes suyas haciendo alarde con un revólver calibre 38. “Era un bocón. Le tomaron una declaración, pero no sabemos si los datos que aportó son para tener en cuenta”, admitió una fuente de la Gendarmería. El comandante Nieto dijo que en al menos tres oportunidades hubo ataques similares contra los puestos de la fuerza en el barrio Ejército de los Andes. “Tuvimos personal herido de bala en estos puestos por disparos que se efectúan desde el sector del complejo. Ha ocurrido en reiteradas oportunidades. Este año hubo un herido de bala y el año pasado otro.” Los restos de Centeno fueron velados en el edificio Centinela, sede de la fuerza. El director general de Gendarmería, Héctor Schenone, opinó que lo ocurrido “no tiene explicación desde el punto de vista lógico. Parece la acción de un loco o de un loco cobarde”. Sobre el gendarme fallecido, dijo: “Perdimos a un hombre joven, con poco tiempo de casado. Su segundo hijo no lo ha conocido porque su esposa dio a luz hace un mes” y vive en Salta, donde había nacido Centeno.

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El joven gendarme, que tenía 28 años, murió sentado en el interior de la garita de seguridad.
Imagen: DyN
 
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