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Sherlock Holmes se convirtió ayer en el primer personaje de ficción honrado con una condecoración universitaria, por su utilización de la química para resolver casos criminales. Un miembro de la muy seria Sociedad Real de Química de Gran Bretaña depositó la condecoración en la estatua erigida en honor del detective inglés, durante una ceremonia en la estación de metro de Baker Street, en Londres, donde vivía el héroe de Arthur Conan Doyle. La condecoración fue entregada por un homónimo del compañero de Holmes, el doctor John Watson, miembro de la Sociedad Real de Química. Holmes “estaba muy adelantado a su época –declaró Watson–. Hace muchos años, se servía de lo que se convertiría después en la ciencia de la medicina forense”.