SOCIEDAD › PROCESAN A MARIO SEGOVIA POR CONTRABANDO AGRAVADO DE ESA SUSTANCIA

Un gran exportador de efedrina

El hombre que hacía ostentación con un Rolls Royce y dos camionetas Hummer, en Fisherton, fue procesado por el juez Aguinsky. Se comprobó que fue el proveedor de 525 kilos de efedrina que iba a ser exportada a México, mezclada con azúcar.

Mario Segovia, el hombre de Fisherton al que se le encontraron un Rolls Royce, dos supercamionetas Hummer, lingotes de oro, euros, dólares y armas, fue procesado ayer por contrabando agravado de efedrina. El juez Marcelo Aguinsky consideró que Segovia, quien se movía con el falso nombre de Héctor Germán Benítez, fue el proveedor de los 294 kilos de efedrina que salieron hacia México en noviembre de 2007, mezclados en 1200 kilos de azúcar, y también proveyó los 525 kilos que estaban disimulados en otros 1200 kilos de azúcar que fueron encontrados en un depósito del barrio de Barracas. El texto de Aguinsky demuestra la relación de Segovia con los dueños de Sadocks, el depósito fiscal de Barracas y con todos los involucrados en la exportación ilegal de efedrina. Al mismo tiempo queda claro el escaso control de la Sedronar sobre los movimientos de efedrina, ya que esa secretaría le certificó al juez que Segovia, alias “Benítez”, compró cinco toneladas del precursor químico y nunca dijo qué uso les dio.

El magistrado consideró que semejante cantidad de ninguna manera iba a ser usada en el mercado interno ni para fines legales, por lo cual queda tácito que el destino era la exportación como precursor químico. En los últimos meses, distintos jueces han avanzado en la investigación de la ruta de la efedrina, pero en forma paralela parece no prosperar la pesquisa por el triple crimen de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.

El expediente sobre el que se pronunció Aguinsky se inició a raíz del descubrimiento en México de un embarque de efedrina, disimulada en azúcar. Sobre esa base, el magistrado allanó South American Docks (Sadocks), un depósito fiscal ubicado en Barracas y en el que encontró 525 kilos de efedrina, también disimulados en azúcar comprada al supermercado Makro. Por esa investigación terminaron procesados los dueños del depósito, los despachantes y dos funcionarios aduaneros que, según el juez, eran cómplices del negocio ilegal. Sumado el envío detectado en México y el encontrado en Sadocks, se trata de la mayor exportación de efedrina descubierta hasta el momento. Lo que hasta ayer no estaba claro es quién fue el proveedor de la efedrina y podría deducirse también –aunque esto no lo concluye Aguinsky todavía– que ese proveedor es el dueño de toda la operación, o sea el verdadero narco.

En el procesamiento, el juez demuestra la relación entre Segovia, la efedrina de Barracas y los dueños de Sadocks. Tal como anticipó en exclusiva Página/12, Aguinsky encontró una tarjeta American Express corporativa de Sadocks, con una extensión a nombre de Segovia. También hay llamadas entre el millonario dueño de los autos de lujo y los titulares del depósito, usaron el mismo despachante de aduanas, registran una sociedad en común y, sobre todo, Segovia, con el nombre de Benítez, aparece comprando, entre 2007 y 2008, más de cinco mil kilos de efedrina. Que Segovia haya usado un nombre falso para comprar el precursor ya es un indicio del destino ilegal que pretendía darle. Aguinsky debió recurrir a peritajes, huellas dactilares y comparación de escrituras para certificar que Segovia es Benítez.

“El gran nivel de acaparamiento de efedrina permite presumir que dichas adquisiciones se efectuaron con el evidente designio de comercializarlas en un mercado diferente al nacional y por una ruta no legal –señala Aguinsky–, ya que Segovia no estaba habilitado para importar o exportar este tipo de sustancia. Coincidentemente con ese cuadro, la Sedronar ignora el destino dado a la efedrina adquirida por Segovia, cuando de acuerdo a lo establecido por la ley, resulta obligatorio para los operadores de la sustancia brindar un informe trimestral sobre los movimientos de dichas partidas.” Con el fallo de ayer quedó enhebrada la relación del nuevo rico de Fisherton con el mayor envío de efedrina. Falta saber si Segovia tiene un patrón.

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El Rolls Royce de Segovia, quien nunca intentó disimular su riqueza.
 
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