Accidente. “Por casualidad –define el diccionario–, cualidad o estado que aparece en algo, sin que sea parte de su esencia o naturaleza.” La costumbre de aplicar el término “accidente” a la seguridad vial hace de la lluvia, el humo, la noche, el árbol, el alcohol y los otros los principales responsables de las responsabilidades del conductor. Hoy, con la intención de modificar esa idea, la Agencia Nacional de Seguridad Vial y la Subsecretaría de Medios lanzan tres spots televisivos que se completarán la semana próxima con otras tres tandas, que se repetirán en radio, cine y gráfica y se mantendrán a lo largo del verano. El lema de la campaña: “Si se puede evitar, no es un accidente”. El objetivo, reducir las 7 mil muertes anuales en rutas y calles. El primer paso consiste en convencer a la sociedad de que esas 7 mil muertes anuales no se producen por accidente, o sea, por casualidad o por responsabilidades ajenas al conductor.

“La palabra accidente lleva a suponer que las causas son un montón de cosas que están ligadas al azar –explicó Daniel Rosso, subsecretario de Comunicación nacional al presentar la campaña–. El objetivo es reducir la siniestralidad.” Según Felipe Rodríguez Laguens, director de la ANSV, “los spots se concentran en las cinco pautas que son las causales de muerte: la velocidad; no usar el cinturón de seguridad; no usar el casco para el caso de los motociclistas; la ingesta de alcohol, y distractivos como el cansancio o el uso de celular”.

Rodríguez Laguens dice que el 52 por ciento de los choques con final fatal se produce en las rutas nacionales; el 25 por ciento en las provinciales; y el 10 por ciento en las calles y autopistas porteñas. Los spots, precisamente, están dirigidos a las cinco causas que los expertos coinciden en ubicar en el origen de un choque. A ellos se agrega un spot general, un poco más extenso, de unos 40 segundos, y los seis son de fuerte impacto. Hoy serán lanzados en tevé los tres primeros, el general, y los que refieren a la velocidad y la ingesta de alcohol.

En el general, se ve a un hombre tendido en una camilla de terapia intensiva mientras una serie de textos va ofreciendo “spa y masajes”, y muestra a los médicos revisando el cuerpo del herido; “circuito de tevé incluido”, y se ve la imagen de un monitor con la línea de frecuencia cardíaca; “pensión completa”, y se muestra el plasma sanguíneo aplicado a la vena del herido; “conocés gente nueva”, y se ve al cuerpo médico; “¿es esto lo que querías para tus vacaciones?”, pregunta.

“¿A dónde querías llegar primero?”, es el título del segundo spot, éste dirigido a la velocidad, la primera como causal de muerte y perfectamente evitable. “La velocidad preventiva es de 80 kilómetros por hora –explica Laguens–. Se ha demostrado que cuando se conduce a 130, por ejemplo, se termina ocupando la misma cantidad de tiempo porque la desaceleración al frenar produce un cuello de botella que produce demoras, mientras que a 80 kilómetros se puede desarrollar una velocidad crucero que permite que el tránsito sea continuo”. En la imagen del spot de la velocidad se ve al conductor que mira el reloj y acelera por una ruta, hasta que la escena se interrumpe cuando el auto se incrusta contra un guardarrail. “Respetá las velocidades máximas”, dice la voz del locutor, mientras la ventanilla del conductor queda manchada con sangre.

El tercer spot que se podrá ver esta semana es el del alcohol. “Cuando manejás tomátelo en serio”, es el título. Un grupo de jóvenes sale en auto, tomando cerveza, el chico que conduce da un sorbo y todo termina. “Si vas a conducir no tomes alcohol”, dice la voz en off mientras la imagen muestra unas botellas rotas sobre el pavimento.

Los otros tres que serán enviados la semana próxima están dirigidos al uso del cinturón de seguridad (una madre que lleva a su nena adelante), al uso de casco (una moto que vuelca) y la distracción (el uso de un celular).

“La idea es que el mensaje entre por diferentes medios y en diferentes momentos, que es la única manera en que se incorpora”, sostiene Daniel Rosso.