SOCIEDAD › LA TERRIBLE HISTORIA DEL VIOLADOR SERIAL DE LA ZONA SUR

El terror que duró un año

El hombre cometió al menos 40 violaciones, la mayoría a niñas y adolescentes, en distintas localidades de Almirante Brown. Ya lo identificaron 19 víctimas. Los detalles de su detención.

 Por Mariana Carbajal

Con el terror de verle la cara nuevamente, apenas separados por un vidrio espejado y algunos metros, otras seis chicas de 14 a 19 años y un nene de 10 identificaron ayer, en una rueda de reconocimiento, al violador serial detenido dos semanas atrás en Almirante Brown. De esta forma, ya son 19 las víctimas que lo reconocieron –la menor tiene 9 años–, aunque se calcula que podrían llegar a ser alrededor de cuarenta. Página/12 pudo reconstruir cómo el hombre, de 35 años, que venía sembrando terror en distintos barrios de ese partido bonaerense desde hace más de un año pudo ser apresado. Aunque estuvo a punto de escabullirse: gracias a su excelente estado físico, el imputado corrió 14 cuadras seguido por cuatro policías que tuvieron que pedir la ayuda de un patrullero para poder alcanzarlo. Ante la abrumadora prueba en su contra, el fiscal Domingo Ferrari, titular de la UFI 8 de Lomas de Zamora, pedirá en los próximos días que se le dicte prisión preventiva.
El cerco sobre el violador serial que elegía a sus víctimas en Adrogué, Calzada y Claypole, se cerró el 8 de octubre, cuando cometió el último ataque. La víctima, una chica de 12 años, fue interceptada por el agresor poco después del mediodía cuando regresaba de llevar a un hermanito menor a la escuela, en las cercanías de la cancha de fútbol del club San Martín de Burzaco. Como hizo con las anteriores víctimas, Juan Marcos Juncos le advirtió a la nena que acababa de matar a un policía, que lo venían siguiendo y que tenía que irse con él. “Las intimidaba dejando ver que tenía un arma de fuego entre sus ropas, las abrazaba y se las llevaba a un descampado donde las violaba. En algunos casos, después las acompañaba a un lugar más cercano para que la víctima se ubicara y pudiera regresar a su casa”, confió a Página/12 uno de los investigadores que le siguió los pasos.
La última víctima denunció el hecho en la comisaría 2º de Burzaco y tomó intervención la UFI 8. Cuatro días antes, una joven de veintipico había realizado una presentación similar en la misma seccional. La descripción física del agresor coincidía: andaba con una remera color amarillo flúo y un pantalón de gimnasia negro. Tenía un tatuaje con forma de estrella en el antebrazo y otro con forma de cruz en el hombro. El 9 de octubre, un día después de la violación de la pequeña de 12 años, cuatro agentes de la comisaría 2ª de Burzaco vestidos de civil merodearon la zona donde se había cometido el ataque. Y lo detectaron a la tarde. Juncos sospechó la presencia policial y empezó a correr. Corrió y corrió. “Si no teníamos un coche no lo alcanzábamos”, admitió uno de los uniformados que participó del operativo. Al parecer, el excelente estado físico es producto de su última actividad: según pudo determinar la policía, hasta el año pasado Juncos corría al lado de un camión de basura de la empresa 9 de Julio, a cargo de la recolección de residuos en el partido de Almirante Brown. En la corrida, el hombre dejó caer un arma de fuego calibre 32.
A partir de estos dos casos, la Fiscalía General de Lomas de Zamora ubicó a través del sistema informático todas las causas penales de violación recibidas en el departamento judicial y encontró que en 39 casos las características físicas del agresor coincidían con las de Juncos. Pero no se descarta que sean más. “Todos los días aparecen nuevos sumarios coincidentes”, apuntó una fuente judicial.
El martes, el fiscal Ferrari –a cargo de la investigación– ordenó el allanamiento a la vivienda del imputado, una casa precaria en el barrio San José, de Almirante Brown, donde se secuestraron prendas coincidentes con las que él había despojado a algunas víctimas: una remera y un pantalón que Juncos le había regalado a su esposa y un par de zapatillas. También un par de botas amarillas que según declararon algunas víctimas tenía al momento de abordarlas. La mujer de Juncos tiene unos 20 años y habrían iniciado la relación cuando ella tenía cerca de 14. Juncos tienevarios hijos menores, pero la esposa no expresó tener quejas hacia él sobre su conducta con los chicos, comentó la fuente judicial.
El viernes, la UFI 8 realizó la primera rueda de reconocimiento. Catorce menores víctimas de violaciones tuvieron que pasar el trance de intentar identificar a su agresor y 12 no dudaron en afirmar que había sido él. Algunas lo señalaron entre lágrimas, visiblemente perturbadas. Ayer, les tocó el turno a otras 10 víctimas. Siete lo reconocieron: 6 chicas de 14 a 19 años y un nene de 10, el único varón que hasta ahora se conoce como víctima de Juncos. Para resguardar la identidad de los menores y hacerles menos doloroso ese momento, el procedimiento no se realizó en la Alcaidía como ocurre habitualmente, donde suelen estar rodeados de personal policial, sino en una cámara Gesell, acompañados por sus padres, y con la presencia de la asesora de incapaces Mónica Schuster o la jueza de menores Isabel Ación, “para garantizar que en el acto no se violentara la intimidad de las víctimas”, destacó una fuente de la fiscalía. En algunos casos, las víctimas pidieron que el imputado hablara porque podían reconocerlo por la voz. En los próximos días serán citadas para identificarlo otras chicas atacadas sexualmente y el fiscal Ferrari solicitará al juez de Garantías Javier Maffuci More que le dicte prisión preventiva. Mientras tanto, Juncos permanece tras las rejas en una celda de la comisaría de barrio San José.

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