SOCIEDAD › EL FISCAL PIDIó DIEZ AñOS DE PRISIóN PARA EL CUSTODIO QUE MATó A MARTíN CASTELLUCCI

El patovica de la mano dura

El crimen ocurrió en diciembre de 2006, cuando el custodio, un ex boxeador, golpeó duramente al joven en la puerta del boliche La Casona, en Lanús. La lucha de la familia Castellucci desembocó en la sanción de la ley que regula a los patovicas.

Tanto para la fiscalía como para los abogados querellantes, el ex encargado de control de ingreso al boliche La Casona, de Lanús, José Lienqueo Catalán, golpeó dos veces a Martín Castellucci “con intención de matarlo”, la madrugada del 3 de diciembre de 2006 en la puerta del local bailable. La voluntad del acusado fue el elemento central en los tres alegatos que oyó el Tribunal Oral Criminal Nº 5 de Lomas de Zamora ayer por la tarde. Por un lado, fue la base de los pedidos de condena a 10 años de prisión, por parte de la Fiscalía, que consideró el hecho como un homicidio simple, y de 18 años por parte de los abogados de la familia Castellucci, para los que se trató de un homicidio simple y lesiones gravísimas calificadas por alevosía. Por el contrario, la defensa consideró que “no hubo intención”, motivo suficiente como para solicitar la recalificación del hecho como homicidio preterintencional, es decir, una muerte provocada “sin querer”. La sentencia se conocerá el martes 14 a las 11 de la mañana.

El fiscal Jorge Sensoni sostuvo que “no caben dudas de que la acción de Lienqueo Catalán ha sido dolosa, pues sabía lo que hacía”, concluyó. Se basó en los testimonios de los tres jóvenes que aseguraron haber visto al acusado golpear a Martín desde la fila en la que esperaban por ingresar al boliche; en el informe del perito médico Francisco Famá; en el testimonio del dueño del gimnasio donde se entrenaba el acusado y en lo relatado por el experto de boxeo Oscar Garzón Funes.

En su alegato, el fiscal analizó la actuación del ex patovica dentro “de un sistema discriminador” imperante en el boliche La Casona: “Martín Castellucci fue asesinado por oponerse a un acto de discriminación del que fue víctima su amigo Nahuel Arroyo, llevado a cabo por una organización poderosa, dirigida por Atilio Amado (dueño del local), que actuaba con total impunidad y en connivencia con la policía”, puntualizó.

Los alegatos de los abogados de la familia Castellucci coincidieron en casi todo lo expuesto por Sensoni. “Los testigos coincidieron absolutamente en cuanto a que hubo dos golpes, en cuanto a la violencia de los mismos y en cuanto a los efectos de cada uno”, afirmó Carlos Espinosa, uno de los letrados. Además, remarcó que Lienqueo Catalán “mintió en varias oportunidades, pero más mintió respecto a sus habilidades como boxeador amateur, corroboradas en su testimonio por Acuña”, el dueño del gimnasio donde trabajaba el acusado.

De esta manera, describió que el adolescente de 20 años recibió, en primer lugar, un golpe en la zona submentoniana de abajo hacia arriba “mejor conocido en la jerga del boxeo como el golpe ‘uppercut’, que según Garzón Funes es fulminante y que le generó un estado de inconsciencia” y luego “con dolo homicida aplicó un segundo golpe aprovechando el estado en que la víctima había quedado luego del primer impacto, que lo hizo caer y golpear la cabeza contra la vereda del local, provocándole lesiones idóneas para producir la muerte”, que ocurrió tres días después del hecho, el 6 de diciembre, mientras estaba internado en el hospital Evita.

Más allá de la diferencia en las penas solicitadas, ambos alegatos hicieron hincapié en desestimar la calificación de homicidio preterintencional, en referencia a la actuación de Lienqueo Catalán, figura por la que solicitó la recalificación el abogado defensor: “Ni el fiscal ni el particular damnificado encontraron el motivo por el que actuó mi defendido. No porque no lo buscaran. Simplemente porque no lo hubo. No existió dolo homicida (intención de matar)” en el comportamiento del ex patovica de La Casona, según el entendimiento de su abogado, Germán Senn.

Además, y para asegurar el pedido de recalificación, el letrado desestimó la pertinencia del testimonio de varios testigos citados por la fiscalía y el particular damnificado, en especial el de la joven Romina Villalba, que sostuvo haber visto lo ocurrido desde la fila, y el del experto en boxeo.

Lienqueo Catalán fue el último en hablar ayer delante del tribunal. “Pido que se haga justicia. Siento el dolor de los padres y les pido disculpas si piensan que fui yo” el que mató al joven estudiante de Veterinaria, esgrimió. No asumió la culpa. Antes de la argumentación de su defensor, Castellucci padre habló en nombre de toda la familia “para recuperar la dimensión humana de Martín, un chico solidario y sensible”, y abogó por “una sentencia justa, reparación mínima y simbólica” para la familia de la víctima.

Informe: Ailín Bullentini.

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José Lienqueo Catalán con su abogado, quien alegó que no tuvo la intención de matar.
Imagen: Gustavo Mujica
 
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