SOCIEDAD

Un aparato ahora permite a los que oyen poco disfrutar del Colón

El Colón inaugura un sistema de sonido para hipoacúsicos: es un equipo que convierte señales sonoras en ondas magnéticas, que son captadas por los audífonos. Lo donó una mutual.

 Por Eduardo Videla

Tener dificultades auditivas no será desde ahora un obstáculo para disfrutar de un concierto en el Teatro Colón. Esa sala porteña inaugura este lunes un sistema de sonido para hipoacúsicos y se suma así a los pocos escenarios del país que cuentan con esta tecnología. La escasez de equipamiento no es tanto un problema de costos: en el caso del Colón, su valor no supera los 1000 dólares, con lo que su instalación, más que un privilegio, debería ser un derecho de la gente con discapacidad auditiva, condenada a perderse los contenidos de obras teatrales, películas argentinas y recitales varios. La provincia de Buenos Aires es el único distrito que cuenta con una ley que obliga a las salas teatrales a instalar equipos de sonido para hipoacúsicos, pero la norma no se cumple.
El sistema que se inaugura el lunes en el Teatro Colón se denomina aro magnético y funciona de la siguiente manera: un conjunto de micrófonos captan el sonido del escenario y lo transmiten hasta un amplificador especial, que convierte las señales sonoras en ondas magnéticas. Estas ondas, en lugar de salir por un parlante, son conducidas hacia un cable que rodea todo el perímetro de la sala, el aro magnético propiamente dicho. Desde allí se emiten las señales que son captadas por los audífonos de los hipoacúsicos.
El único requisito es que los hipoacúsicos sean usuarios de audífono con bobina telefónica. Por lo tanto, el sistema no resulta útil para las personas con sordera profunda, quienes habitualmente no utilizan accesorios porque su audición no está disminuida sino que es nula.
“Aunque no hay estadísticas exactas, se estima que en el país hay unas 2,5 millones de personas con algún grado de pérdida auditiva”, dijo a Página/12 el ingeniero Horacio Cristiani, gerente técnico de la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos, entidad que donó el equipo instalado en el Colón.
La misma mutual donó los pocos equipos que hay instalados en el país: en el Teatro Maipo, las salas del Paseo La Plaza, el Planetario porteño, el Coliseo Podestá de La Plata y el Teatro Independencia de Mendoza. También hay aros magnéticos en las salas del complejo Village Recoleta, en este caso, instalados por la empresa que administra los cines.
“Cada vez que iba al teatro o al cine terminaba discutiendo con mi esposa, porque a cada rato tenía que preguntarle qué dijeron, y ella se perdía la obra o la película. Al final, opté por no ir más: solo voy a ver cine extranjero”, cuenta Héctor Pantusa, presidente de la mutualidad e hipoacúsico desde que sufrió un trauma auditivo por una explosión, cuando tenía 18 años.
Su caso es similar al de miles de personas que quedan marginadas de los espectáculos públicos por falta de estos equipos, “que no son caros para una sala comercial importante”, dice Pantusa. Según el titular de la mutualidad, en países donde la integración de las personas está entre las prioridades, como en Suecia o Dinamarca, la instalación de aros magnéticos es obligatoria para todas las salas de espectáculos.
No se trata en realidad de una tecnología novedosa y, en pequeña escala, los hipoacúsicos lo pueden instalar en su casa, para ver televisión o escuchar música en una sala. Tampoco es demasiado costoso: el equipo que instaló Pantusa en su casa cuesta 120 pesos y consta de un amplificador de 10 centímetros por 10 y un cable delgado como el del teléfono, apenas visible, que rodea la habitación.
“Con este sistema podemos escuchar los sonidos más sutiles, que a veces no pueden escuchar personas con una audición normal”, explica Pantusa. “Las ondas electromagnéticas generadas por el aro sólo son percibidas por las personas con audífono. El resto del público no nota ninguna diferencia”, aclara Guillermo Elazar, jefe de Gabinete del Teatro Colón. La inauguración oficial será el lunes, en el concierto de la Banda Sinfónica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en el marco del ciclo “El Colón por dos pesos”. En esta ocasión, los hipoacúsicos que concurran con la credencial de la mutualidad o con un certificado de discapacidad auditiva tendrán acceso gratuito a la función por la entrada principal de Libertad 621, mientras que sus acompañantes podrán adquirir las entradas a 2 pesos.

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El equipo es sencillo: el amplificador convierte las señales y las conduce a un aro magnético.
 
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