Rubén Alberto Camaño, un remisero de 64 años, fue ejecutado de un balazo en la cabeza por dos delincuentes que lo asaltaron cuando salía de su casa del barrio de Mataderos para ir a trabajar. El hecho ocurrió a las 2.30 del miércoles en Cosquín 2372, entre Tandil y la avenida Directorio. Al parecer, Camaño se había resistido al robo, por lo cual los ladrones lo golpearon, lo tiraron al piso, lo ultimaron con un balazo y escaparon sin llegar a robarle.

Los voceros policiales explicaron que el remisero salía de su casa para ir a buscar el auto con el que trabajaba desde hacía dos años y que tenía estacionado en un garaje, a unas seis cuadras. Al abrir la puerta, Camaño se despidió de su hermana, como lo hacía todos los días, pero en la misma vereda de su domicilio fue sorprendido por dos jóvenes armados, quienes pretendían robarle sus pertenencias.

Tras la pelea y el disparo, que fueron reconstruidos por investigadores de la División Homicidios y de la comisaría 42, los asaltantes se fugaron corriendo. Mientras tanto, la víctima fue auxiliada por su hermana y luego llevada de urgencia al hospital Santojanni, donde falleció. “Los delincuentes estarían drogados. No sé por qué lo mataron. No les pude ver las caras pero tenían muy mal aspecto. Quiero justicia, que es lo único que puedo pedir ahora, porque a mi hermano ya no lo tengo. Vivíamos los dos solos. Era lo único que tenía”, dijo Esther ayer, quien estima que a su hermano “le pegaron un balazo sin ningún motivo”.

Anoche, los investigadores intentaban localizar a testigos que pudieran haber visto a los delincuentes. Sin embargo, a la hora en que ocurrió el homicidio no había transeúntes ni vecinos en la cuadra.