SOCIEDAD

Murió el hombre que contrató al jardinero para matar a su mujer

El marido encargó su asesinato porque lo engañaba con una mujer. Ayer murió por un paro cerebrovascular mientras estaba preso.

El vendedor de autos acusado de haber encargado el asesinato de su esposa porque lo engañaba con una mujer murió en la madrugada de ayer en el Hospital de Vicente López, tras sufrir un paro cerebrovascular en la celda en la que estaba detenido, en la DDI de Vicente López. Llevaba veinte días preso, desde que los investigadores no creyeron en su versión del robo que terminó en asesinato en la casa del country de Pilar y cuando el jardinero lo acusó de haberle pagado dos mil pesos y dos armas para matar a la profesora de inglés de 38 años. Aunque aún se esperan los resultados de la autopsia realizada ayer, todo apunta a que el accidente cerebrovascular de Aníbal Manent, de 50 años, “puede ser consecuencia de la situación que atravesaba, de la tensión que vivía desde que estaba detenido”, como explicó el médico que lo atendió, Carlos Martínez.
Sin embargo, la muerte sorpresiva del hombre deja algunos agujeros negros en la investigación, ya que tras haber negado los cargos en su primera declaración, Manent había pedido volver a declarar mañana para decir su verdad sobre el asesinato de su esposa, Lidia Rocca, pero esta vez con la presencia del juez de Garantías Diego Martínez.
Aunque ayer los investigadores no querían descartar hipótesis, todos coincidieron en que las primeras pericias determinaron que la muerte del vendedor de autos fue “natural”. Así, allegados al fiscal de San Isidro, Mario Kohan, dijeron a Página/12 que “si bien no se puede asegurar nada antes de tener el resultado de la autopsia, no hay ningún indicio que apunte a un crimen”. Por su parte, el fiscal que investiga la muerte de la profesora de inglés, Enrique Ferrari, aseguró que Manent no habría sufrido en su lugar de detención ninguna agresión “ni física ni moral. No se trata de un suicidio, y los presos que estaban cuando se descompuso relataron no haber visto nada extraño”, agregó.
Según informó un jefe policial de la DDI donde el vendedor de autos permanecía detenido desde el pasado 12 de marzo, dos días después del asesinato de su esposa, el hombre se desmayó antenoche cerca de las 20.30 en el pabellón B y ya no volvió a recuperar el conocimiento. Allí lo atendió personal del equipo sanitario de emergencias, pero ante la falta de reacción, el fiscal Kohan ordenó el traslado al Hospital de Vicente López, donde murió cerca de la 1 de ayer.
Manent, dedicado a la compraventa de automotores, estaba imputado por la presunta instigación del homicidio de su esposa, que murió asesinada de 20 puñaladas el pasado 10 de marzo en la vivienda que el matrimonio ocupaba en un country de Pilar. El cuerpo fue hallado por su marido, según él mismo aseguró en su primera declaración cuando planteó que se había tratado de un robo.
Sin embargo, el relato del seguidor del caso María Marta García Belsunce –tal como él mismo declaró– no convenció a los investigadores que analizaban el escenario en el que, entre otras cosas, había dos perros que nunca ladraron, dinero arriba de un mueble que el supuesto ladrón no se llevó y una relación sentimental de Rocca con otra mujer, sobre la que Manent se habría enterado en los días previos y por la que su mujer iba a separarse de él.
Así lo confirmó la pareja de Rocca, quien también declaró en la causa y confirmó la relación sentimental que la unía con la mujer, que ambas estaban ahorrando plata en un plazo fijo conjunto y que Lidia iba a separarse de Manent en abril.
Las primeras sospechas, entonces, se confirmaron cuando fue citado a declarar el jardinero de la casa, Rubén Schrettels, de 27 años. El hombre se quebró y confesó ante el fiscal haber cometido el crimen por encargo de Manent a cambio de dos mil pesos y dos armas que luego vendió a un comerciante de la zona.
Ahora, con la muerte de Manent, Schrettels queda como el único imputado en el crimen. Ayer, el fiscal Ferrari señaló que “Manent es inocente en cuanto no ha sido condenado por un tribunal”. Y agregó, respecto de laforma en que murió el hombre: “Me tranquiliza, me hubiese preocupado si hubiese sido un suicido en el interior de una sede policial”, afirmó.

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Aníbal Horacio Manent, cuando fue trasladado para declarar.
 
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