SOCIEDAD › MARCHAS EN TUCUMáN Y EN BUENOS AIRES A DIEZ AñOS DE LA DESAPARICIóN DE MARITA VERóN A MANOS DE UNA RED DE TRATA

“No permitiremos que se lleven a nuestras hijas”

Susana Trimarco encabezó la columna en Tucumán, que inició su marcha después de una nueva jornada en el juicio. En Buenos Aires hubo una concentración frente al Congreso. “Que la Justicia haga Justicia”, fue el reclamo.

“¡Devuélvanme a mi hija!”, gritó Susana Trimarco ante los tribunales de Tucumán al caer la noche. Ante ella, cientos de personas esperaban el fin de la audiencia para marchar hacia la plaza Independencia y pedir por Marita Verón, la joven de cuyo secuestro, por redes de trata, ayer se cumplieron diez años. Poco antes, en Buenos Aires, unas quinientas personas, en su mayoría mujeres, marcharon alrededor del Congreso de la Nación, reclamando lo mismo, portando fotos de otras catorce mujeres secuestradas por redes de trata para explotación sexual, respondiendo “¡Presente!” a cada “¡Marita Verón!”. Minutos antes de las diez de la noche, en Tucumán, Trimarco volvía a decir que no tiene miedo, que espera “que la Justicia haga Justicia”. La flanqueaban mujeres icónicas de la lucha por los derechos humanos, como la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit, y la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida. Con ellas se abrazó al terminar de hablar. Con ellas y otras luchadoras como Rosa Schonfeld de Bru, madre del estudiante Miguel Bru; la ex diputada Vilma Ripoll y la diputada María Luisa Storani, había pasado otra jornada en el juicio por su hija (ver aparte).

Diez años atrás, Marita Verón tenía 22 años, una hija de tres y una pareja, David Catalán, que era padre de la niña. Salió de su casa para ir a ponerse un DIU a la maternidad y nunca más volvió. “Recordar ese momento de desesperación, de amargura, de llanto, de angustia, es terrible para mí”, dijo Trimarco cuando caía la noche y acababa de terminar la audiencia judicial. Del juicio que se está llevando a cabo, dijo, “algo va a salir”. “Ojalá estos delincuentes, que ya están condenados por la sociedad argentina, vayan a la cárcel y paguen por lo que hicieron, porque poco a poco se les va terminando la impunidad que tenían.” A Marita, como a los cientos de chicas secuestradas y traficadas por redes de trata, es posible rescatarlas, pero no, como sucede en algunos casos, en que “buscan a las víctimas un mes o dos y después se olvidan de ellas como si fueran un perro”. “Hay que seguir buscando hasta que se las encuentre porque no podemos permitir que hagan desaparecer a nuestras hijas y se las lleven”, agregó, y recordó el gran movimiento de dinero que presuponen estas redes. “Así como yo no tengo paz, no la van a tener ellos, porque les voy a destruir los negocios y van a tener que ir a trabajar con una pala, estos vagos atorrantes que sólo saben explotar mujeres”.

La marcha en Tucumán dio comienzo cerca de las ocho de la noche, poco después de que, en Buenos Aires, finalizara la manifestación alrededor del Congreso Nacional. Desde las seis, en la esquina de Rivadavia y Entre Ríos, por convocatoria de la ONG La Casa del Encuentro, unas 500 personas, entre activistas del movimiento de mujeres y políticas como las diputadas Margarita Stolbizer, Victoria Donda, Fernanda Gil Lozano (MC) y las legisladoras porteñas María Elena Naddeo y María José Lubertino acompañaban el reclamo de Justicia. También Lorena Martins, la mujer que denunció a su padre, ex agente de inteligencia, como activo integrante de una red de trata de mujeres para explotación sexual.

“Este reclamo nos debe unir a todos por igual, sin distinción de banderas políticas. Por eso estamos acá. Las estamos buscando, las queremos con vida. No están perdidas sino desaparecidas para ser prostituidas”, dijo Fabiana Túñez, de La Casa del Encuentro, sirviéndose de un megáfono cuando la concurrencia empezaba una sentada. A su alrededor, las pancartas recordaban que, además de Marita Verón, siguen secuestradas y desaparecidas, presumiblemente a manos de redes de trata con fines de explotación sexual, Andrea López, Florencia Sire, Fernanda Aguirre, Florencia Pennachi, María Victoria González Ríos, María Auxiliadora Figueredo, Peli Mercado, María Elena Moreno, María Luz Galarza, María Cristina Quevedo, Mirta Aguirre.

“Susana Trimarco investigó el caso de una chica que había estado en un prostíbulo de Mendoza al que mi papá mandaba chicas. Por eso la conozco, tenemos contacto”, explicaba a este diario Lorena Martins, mientras, a su lado, un señor sostenía un cartel para reclamar el Premio Nobel de la Paz para la madre de Marita Verón. “Todavía hay mucho trabajo que hacer con la sociedad. Mucha gente dice todavía ‘¿te parece que pasa eso? No puede ser’”, señalaba la diputada (MC) Fernanda Gil Lozano, quien también cree que resta sensibilización acerca de las diferencias entre “prostitución, explotación y ser víctima”, porque “de hecho todavía mucha gente habla de trata de blancas”. “Hay que perseguir a los proxenetas, a los que viven de la explotación de otra persona. Y hay que reformar la Ley de Trata”, agregó. En la mañana, el senador Aníbal Fernández había planteado la necesidad de contar con “penas más duras” para quienes se dedican a la trata de personas. Por su parte, la legisladora porteña María Elena Naddeo recordó que cerca de 600 chicas y mujeres se encuentran “desaparecidas en democracia” porque “el negocio de la prostitución mueve cifras millonarias. El afán de lucro de quienes mercantilizan el sexo lleva a la perversión de múltiples delitos”.

En tanto, en la legislatura tucumana, ayer mismo la diputada provincial Silvia Elías de Pérez presentó un proyecto de ley para declarar el 3 de abril como “Día de lucha contra la trata de personas”.

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En Rivadavia y Entre Ríos, por convocatoria de la ONG La Casa del Encuentro, unas quinientas personas acompañaron el reclamo de justicia.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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