SOCIEDAD › DEBAJO DE OTRAS DOS UÑAS DE ANGELES APARECIO MATERIAL GENETICO DE JORGE MANGERI

Más ADN que compromete al encargado

El nuevo estudio se suma al conocido el lunes y agrava la situación del portero. Los habitantes del edificio de Ravignani 2630 fueron llevados a declarar durante toda la noche a raíz de un supuesto testimonio presentado por un periodista de TN. Nada de lo que decía se corroboró.

 Por Emilio Ruchansky

Otros dos cotejos sobre las uñas de Angeles Rawson indican que el material genético hallado corresponde a Jorge Mangeri, el único detenido por el asesinato de la joven. El lunes pasado se supo que dio positivo este mismo cotejo en otra uña de la víctima, lo que complicó la situación del imputado; dos días después se informó que la junta médica que reevaluó las heridas del encargado del edificio donde vivía Angeles atribuyó parte de éstas a posibles arañazos y determinó que otras fueron autoinfligidas. En la madrugada de ayer, terminaron de declarar los habitantes del edificio de la calle Ravignani 2360. Varios sostuvieron que el imputado les pidió que sacaran la basura a las 17, dos horas antes de lo habitual, y uno de ellos comentó que lo vio “nervioso” el día de crimen.

“Los nuevos cotejos fueron hechos sobre los dedos anular y el dedo medio o mayor de la mano derecha, la misma mano de la muestra que se difundió el lunes pasado, pero sobre el dedo índice”, detalló ayer una fuente judicial.

En la Unidad de Identificación por ADN del Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quedan aún cotejos sobre las sogas que envolvían a la víctima y rastros del auto de Mangeri. “Las muestras de las sogas están contaminadas y hay que hacer nuevos análisis, lo encontrado en el auto no sería de mucha utilidad”, agregó.

El avance en la prueba científica que incrimina al único imputado tuvo su contracara ayer, con una veintena de testimonios de la mayor parte de los vecinos del edificio donde vivía la víctima. El miércoles pasado, por la noche, cincuenta agentes de la División Criminalística y de la Superintendencia de Investigaciones de la Metropolitana fueron hasta ese lugar para trasladar a los tribunales a los vecinos. El motivo fue chequear un extraño audio aportado por el abogado querellante, Pablo Lanusse.

Ayer por la mañana, cuando ya habían terminado de declarar todos, Lanusse aseguró: “Llegó a mi conocimiento una información que, dado el contenido, pese a alguna diferencia que podría tener respecto de los datos conocidos en la causa, consideré que tenía que ponerlo en conocimiento del juez, para que él tomara las medidas necesarias para corroborar o descartar la información”. Luego comentó que la ronda masiva de declaraciones “no ha cambiado el cuadro probatorio respecto al único imputado que hay en la causa”.

El audio refleja la conversación de una señora, quien dice ser vecina de ese edificio, y vuelve a poner en escena a Sergio Opatowski y su pareja, la madre de Angeles, y a la víctima. La mujer afirmó oír los supuestos gritos de una discusión entre los integrantes de esta familia (ver aparte). “Enseguida nos dimos cuenta de que ningún vecino avalaba la versión, que no tenía ningún sentido lo que se estaba denunciando y menos aún la sobrerreacción del juez de instrucción ante esta supuesta prueba”, dijo una fuente judicial consultada por este diario.

El dato llamativo que trascendió tras la ronda es que al menos cuatro vecinos dijeron que el lunes 10 de junio, día en que fue asesinada la joven de 16 años, el encargado les pidió que sacaran la basura a las 17, dos horas antes de lo habitual. La fiscal Paula Asaron, en uno de los comunicados que emitió, había destacado, para imputar a Mangeri, su conocimiento sobre los lugares y horarios de recolección de basura. Este es uno de los indicios que relacionarían al único imputado con la mecánica del crimen: Angeles fue golpeada, atada y tirada en un contenedor y apareció un día después en una planta de separación de residuos en José León Suárez, en el conurbano bonaerense.

La defensa de Mangeri atribuyó el cambio de horario a la supuesta enfermedad que dijo tener el acusado por esos días, por lo que habría pedido ese adelantamiento para poder retirarse a descansar. Por lo demás, algunos vecinos dijeron que el encargado era una persona cumplidora porque hacía los arreglos que se le pedían y otros sostuvieron que siempre les pareció sospechoso. Un testigo dijo que el día del crimen se lo cruzó en la terraza y lo notó extraño, “nervioso”. Los testigos terminaron de hablar alrededor de la 8 y se los notaba bastante molestos por el operativo.

Hasta el próximo martes el juez Javier Ríos tiene tiempo para decidir si procesa o no a Mangeri y bajo qué cargos lo hace. Como aún no se difundieron los motivos que tendría el sospechoso para cometer el crimen, varias fuentes advirtieron que por ahora la imputación sería “homicidio simple”, un delito que prevé penas de 8 a 25 años. Si se tratara de un ataque sexual seguido de un asesinato para encubrir la tentativa de abuso, la imputación podría elevarse a “homicidio calificado”, figura que conlleva la pena de prisión perpetua.

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La Policía Metropolitana fue a llevar al juzgado a los vecinos durante la noche y la madrugada.
 
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