SOCIEDAD › DESPUES DE UN MES, SE ENDURECE LA PROTESTA VILLERA

Si no hay respuestas, se encadenan

La carpa villera montada frente al Obelisco cumplió ayer 30 días en reclamo de un compromiso por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de iniciar un proceso de urbanización de las villas porteñas. En una conferencia de prensa, la Corriente Villera Independiente (CVI), que nuclea a los habitantes de 17 de estos barrios, anunció que continuarán con la huelga de hambre, y que si siguen sin ser convocados al diálogo, endurecerán las medidas de fuerza encadenándose en las rejas del Obelisco.

“En un mes solo vinieron tres personas relacionadas al gobierno de Macri: dos paramédicos, porque se descompusieron unos compañeros, y un policía de la Metropolitana, que como vive en una villa firmó el petitorio y dijo que estaba con la causa”, comenta con ironía Dora Macoviak, de la Villa 31 bis. “Para ellos, nosotros no existimos porque somos villeros”, agregó. El balance de la mayoría de los hombres y mujeres que participan de la protesta que el 21 de abril los llevó a instalarse en el epicentro de la ciudad es unánime: “No hay respuestas”, dicen. Un representante de La Poderosa, la organización de la Villa 31, afirmó: “En ningún momento nadie del gobierno se acercó para ver cómo estábamos o ni siquiera para sacarnos”.

Sin embargo, los que participan de la protesta dicen estar fuertes para dar la pelea. “Entre los barrios estamos más fortalecidos que nunca, se nota en la contención que uno recibe cuando le toca hacer la huelga de hambre. De acá no nos vamos sin una respuesta”, dice Jorge, de la Villa 1-11-14, y agrega que desde que pusieron la carpa sintió muchos gestos de solidaridad de la gente.

La problemática de la urbanización de las villas tiene más de 50 años, comentó Malvina, delegada de la Villa 31 bis, pero “el último mes logramos que se visibilice, se discuta, que la gente entienda que hay un problema de vivienda y con las tierras en la ciudad”.

Por su parte, Juliana, militante de la CVI, aseguró que la instalación de la carpa y la huelga de hambre en grupos de 7 personas que rota cada 5 días fue una idea que responde a una situación de extrema emergencia en las villas. “El verano para los barrios fue desesperante. En el medio de la ola de calor no había agua. Los camiones que nos enviaron tenían agua verde y roja que no servía ni siquiera para lavar la ropa. Después de eso vino una semana de mucha lluvia y teníamos que correr a los camiones pidiendo por favor que saquen el agua. La necesidad supero todo.” Además, señaló que ahora “uno de los barrios trajo la propuesta de encadenarnos en el Obelisco en huelga de hambre, y las distintas asambleas acordaron. Le estamos dando tiempo hasta el lunes al Gobierno de la Ciudad para que nos convoque a un diálogo”.

“Habiendo instalado la temática de la urbanización, evaluamos que hay una clara falta de voluntad política. Solamente nos vamos a ir de acá con un compromiso firmado por el gobierno”, aseveró Juliana.

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La Corriente Villera lleva un mes de protesta en el Obelisco.
Imagen: Alejandro Leiva
 
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