SOCIEDAD › CUATRO KILOS DE COCAíNA EN EL FORD DE UN CARDENAL ARGENTINO

Un auto para el confesionario

Dos italianos no vinculados con la Santa Sede fueron detenidos en Chambery, Francia, conduciendo el Ford del cardenal argentino José María Mejía, de 91 años. En el baúl hallaron cuatro kilos de cocaína y 150 gramos de hachís.

La guardia aduanera francesa, en el peaje de la autopista E70, al norte de la ciudad de Chambery, en los Alpes franceses y cercana a la frontera italiana, el domingo pasado pasó por un sobresalto, incluidas miradas al cielo y no se descuenta que alguna oración. Ocurrió cuando los aduaneros decidieron revisar el baúl de un Ford con patente del Vaticano tan alejado de su sede aunque sin motivos valederos ya que se sabe, Dios está en todas partes. El revuelo tenía sus motivos. El vehículo, perteneciente al cardenal argentino José María Mejía, bibliotecario emérito de la Santa Sede, tenía en su baúl una valija en cuyo interior hallaron un paquete con cuatro kilos de cocaína y 150 gramos de hachís listo como quien dice para una fumata. En el auto viajaban dos italianos sin sotana que fueron inmediatamente detenidos. El Vaticano admitió la presencia del auto, pero rechazó cualquier vinculación de los dos italianos con la Santa Sede.

La detención del Ford tuvo lugar en el peaje de Chambery, sobre la E70. Chambery es una ciudad francesa ubicada en los Alpes, al sur de Ginebra y muy cerca de la frontera italiana que accede a la ciudad de Torino. El Ford con patente de la delegación francesa del Vaticano llegaba desde España y se dirigía hacia Italia, presumiblemente hacia Roma, aunque no se informó sobre su ruta de navegación ni sus paradas si es que las tenía programadas.

Precisamente la patente vaticana que aparentemente fue considerada como un escudo de inmunidad fue lo que provocó la curiosidad de los sabuesos franceses. La detención a un costado del peaje derivó en la revisión del baúl, donde hallaron el paquete de cocaína y los 150 gramos de hachís.

Los italianos que conducían el Ford negaron conocer la existencia de la droga. Uno de ellos tiene 41 años y el otro, 30. La comunicación con el Vaticano derivó en una explicación: el auto pertenece al cardenal argentino Mejía, de 91 años, que oficia como bibliotecario emérito de la Santa Sede. En 2013 sufrió un infarto que lo mantiene bastante alejado de la actividad y con una salud precaria.

El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, informó oficialmente que Mejía no utiliza su vehículo sino, habitualmente, su secretario. Este entregó el Ford al taller para hacer una revisión mecánica. Los dos italianos, aparentemente, están vinculados con el taller. Según la sospecha purpurada utilizaron la patente para viajar a España, comprar la droga y trasladarla a Italia. “Confirmo que el coche es del cardenal Mejía y que ha sido interceptado en Francia. No estoy en condiciones de decir cuántas personas estaban a bordo, pero puedo afirmar que no involucra a personas de la Santa Sede, ni obviamente al cardenal. Corresponde a las autoridades policiales proseguir las investigaciones”, declaró ayer Lombardi, después de que la radio francesa RTL filtrara la noticia. “Pero afirmo que no hay implicadas personas de la Santa Sede ni, obviamente, el cardenal Mejía, anciano y enfermo”, agregó Lombardi. “Evidentemente han hecho un mal uso del coche”, concluyó el vocero del Vaticano refiriéndose a los dos italianos detenidos.

Los dos italianos, que no tienen documentación diplomática, insistieron en que la droga no les pertenecía y que únicamente oficiaban de conductores del Ford, quedaron detenidos a disposición de la policía judicial de Lyon, a pocos kilómetros al oeste de Chambery, acusados de tráfico de estupefacientes.

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El cardenal argentino José María Mejía, de 91 años y salud precaria, no viajaba en el vehículo.
Imagen: DyN
 
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