SOCIEDAD

El paro de colectivos al final fue de media hora

A las 20 se había puesto en marcha el paro de transporte, pero una gestión del Gobierno de último momento juntó a la Fatap con la UTA, que acordaron una recomposición salarial de 180 pesos.

Viejos micros escolares, combis, taxis y remises pretendían anoche, en Plaza Constitución, suplir la falta de transporte público que generaría el paro de cuatro horas de colectivos de corta y media distancia anunciado por la UTA para las 20. Pero cuando la medida llevaba media hora de cumplimiento, la intervención del Gobierno determinó un acuerdo de último momento entre el gremio y los empresarios nucleados en la Fatap. La patronal otorgará a los choferes una recomposición salarial de 180 pesos, que se efectivizará en cuatro cuotas de 45, durante los meses de octubre y enero del 2004.
La empresa de transportes Plaza S.A. firmó el acuerdo en la noche de ayer, en tanto que hoy lo harán el resto de las firmas que componen la Fatap. El gremio consiguió además un aumento de 100 pesos en los viáticos de sus afiliados.
Largas filas de personas se habían formado en las paradas habituales con la esperanza de alcanzar el último colectivo antes de que se iniciara la medida de fuerza. Con resignación, la mayoría se preparaba para retornar a sus hogares bien entrada la noche. Remiseros, taxistas y choferes de micros truchos deambulaban por la plaza con la intención de captar la mayor cantidad posible de pasajeros.
Los improvisados micros cobraban entre uno y dos pesos para cubrir distintos destinos en el sur del Gran Buenos Aires. “Hoy vamos a tener mucho trabajo, calculamos que vamos a hacer como seis o siete viajes de ida y vuelta entre Constitución y la rotonda de Alpargatas”, en el partido Florencio Varela, se ilusionó ante Página/12 un chofer de estos servicios que pidió no ser identificado.
Alberto, un empleado de 47 años que aguardaba su turno para tomar un viejo colectivo que lo llevaría hasta su hogar, en Quilmes, aseguró que “viajar de esta forma no me convence. Estos micros no tienen ningún tipo de verificación o control por parte de las autoridades. Pero la verdad es que otra no me queda si quiero volver a mi casa lo antes posible”.
Quienes buscaban un poco más de seguridad optaban, en cambio, por abordar un taxi. Por cuatro pesos cada vehículo transportaba a cuatro pasajeros, que debían viajar en su mayoría hasta Quilmes, Solano o Berazategui. La tarifa incluía el paso por la autopista Buenos Aires-La Plata. Ariel, de 27 años, confió que prefería tomar un taxi “porque era mucho más seguro, ya que me deja en la puerta de mi casa. Si tomo un trucho, me deja a diez cuadras y caminar de noche por el barrio donde vivo es un poco peligroso”.
Las negociaciones entre la UTA y la Fatap debían reanudarse el martes a las 16. Si fracasaban, el sindicato tenía previsto, en ese mismo día, un paro entre las 18 y las 24. En declaraciones radiales, el secretario general del sindicato de colectiveros, Juan Manuel Palacios, había anticipado que las negociaciones estaban “en un punto muerto debido a la intransigencia empresarial”. Pero el gobierno nacional, a través del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, inició gestiones de último momento para acercar a las partes. Media hora después de iniciada la huelga, la Fatap cedió y otorgó una recomposición salarial de 180 pesos, más un viático de cien, que se pagará en cuatro cuotas de 25. Al caer la noche, el servicio de transportes comenzaba a normalizarse lentamente.
Informe: Leonardo Castillo.

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A las ocho de la noche se empezó a notar la merma de colectivos en la Capital Federal.
Media hora después comenzaron a circular nuevamente, con lo que el regreso no fue caótico.
 
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