SOCIEDAD › TODOS LOS PACIENTES DE OBRAS SOCIALES DEBERAN HACERSE UN EXAMEN CARDIACO

En busca del millón de hipertensos

Los mayores de 18 años que se atiendan por cualquier obra social serán sometidos a un cuestionario y un chequeo para ver si tienen problemas cardíacos. En el país hay dos millones de personas con hipertensión arterial, pero la mitad desconoce su dolencia. Y apenas 150 mil se tratan adecuadamente.

 Por Pedro Lipcovich

Todos los pacientes mayores de 18 años que se atiendan por obras sociales serán sometidos a un cuestionario médico y un chequeo para detectar si tienen problemas cardíacos: la encuesta será efectuada por el Ministerio de Salud y monitoreada por la Sociedad Argentina de Cardiología, y se anota en un esfuerzo para enfrentar el hecho de que “técnicamente, las enfermedades cardiovasculares han adquirido contornos de epidemia en el país”, según afirmó uno de los directivos de la Sociedad. Se calcula que hay en la Argentina dos millones de personas con hipertensión arterial, de las cuales sólo un millón tiene detectado el problema; de este millón más de 850.000 no reciben tratamiento adecuado, por causas que van desde “la mala información de los médicos que los atienden” hasta “el abandono de tratamientos por problemas económicos”, según el representante de los cardiólogos.
La encuesta se efectuará sobre la base de “una ficha en cuya elaboración participará la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y que será de aplicación obligatoria para los médicos que atiendan pacientes de obras sociales dependientes de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación”, precisó Justo Carbajales, secretario de la SAC. “La encuesta masiva será aplicada a todos los pacientes mayores de 18 años y se complementará con un control clínico”, agregó.
Para mostrar la eficacia de este tipo de programas, Carbajales destacó que “en Estados Unidos, el promedio de vida de los habitantes aumentó seis años en el período entre 1970 y 2000: cuatro de esos seis años de mayor sobrevida se atribuyen a la eficacia de los programas de prevención de enfermedades cardiovasculares”.
Estos programas se basan en cuatro pilares: “El primero es el control de la diabetes, que entre otras consecuencias acarrea problemas cardiovasculares; el segundo consiste en prevenir la hipertensión arterial; el tercero procura bajar el tabaquismo y el cuarto se centra en controlar el colesterol”, precisó Carbajales. Contempladas estas cuatro variables, “la mayor expectativa de vida se explica por la caída en la incidencia de infarto y accidente cerebrovascular”.
Según graficó Carbajales, “en el marco de la grave situación de la salud en la Argentina, desatada a partir de la crisis social, las enfermedades cardiovasculares han tomado, técnicamente, ribetes de epidemia”. El especialista señaló que constituyen “la principal causa de mortalidad: nada menos que el 30 por ciento de las muertes en el país se deben a estas enfermedades”.
Carbajales denunció “el déficit histórico en la detección y prevención de enfermedades cardiovasculares en la Argentina” y afirmó que “especialmente en la última década, el Estado, en lugar de financiar la prevención, se dedicó a financiar la enfermedad. Prácticamente no se generaron programas que se dedicaran eficazmente a la prevención y detección de enfermedades cardiovasculares”.
Según estimaciones de la Sociedad Argentina de Cardiología, hay aproximadamente 2.100.000 hipertensos en el país, es decir, el 15 por ciento de la población total. “De éstos, aproximadamente un millón recibe tratamientos, pero sólo 140 o 145.000 de los que son tratados llegan a tener su presión arterial adecuadamente controlada”, advirtió Carbajales.
Según el secretario de la SAC, la causa de este déficit en los tratamientos consistiría en “la mala información de muchos médicos, particularmente los no especialistas”, y también en “que muchos pacientes con problemas económicos abandonan los tratamientos debido a su costo”.
Una consecuencia posible de esos factores de riesgo es la insuficiencia cardíaca, que según la SAC afecta a unas 700.000 personas y causa 90.000 muertes anuales en la Argentina. Es el cuarto motivo de internación en cifras generales, y el primer motivo para mayores de 65 años. De las 50.000 internaciones anuales con este diagnóstico, se estima que el 70 porciento podrían haberse evitado si los pacientes hubieran seguido los tratamientos indicados.
En cerca de la mitad de las personas con insuficiencia cardíaca, la enfermedad es muda. Poco más de la mitad de las personas con insuficiencia cardíaca tiene síntomas: de aquellos 700.000, más de 200.000 experimentan fatiga y falta de aire en situaciones de esfuerzo; a otros 200.000 les falta el aire por caminar dos cuadras o subir un par de pisos por escalera; 30.000 sienten síntomas aun estando en reposo.
El screening de los pacientes de las obras sociales se efectuará en el contexto del Acuerdo Marco que la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación firmó ayer con la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), cuyo primer paso será desarrollar el Programa de Identificación de Factores de Riego y Prevención Primaria de Enfermedades Cardiovasculares, cuyos fines son “la detección y diagnóstico de factores de riesgo como la hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, hipercolesterolemia y obesidad”.

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El anuncio del control masivo sobre hipertensión fue concretado en el marco del XXX Congreso Argentino de Cardiología.
 
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