SOCIEDAD › UNA DROGA REVOLUCIONA LA TERAPIA DEL CANCER DE MAMA

La batalla contra el tumor

Un estudio en EE.UU. verificó la efectividad de una droga para evitar que reaparezca el tumor después de haber sido extirpado. Advierten que los controles deben comenzar a partir de los 40.

 Por Pedro Lipcovich

Se abre “una nueva etapa” en el tratamiento del cáncer de mama, según anunció el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Un estudio clínico sobre más de 5000 mujeres que habían padecido la enfermedad verificó la efectividad de una nueva droga para impedir la reaparición de los tumores extirpados, aun cinco años después del primer diagnóstico. El avance se anota en una serie de perfeccionamientos en fármacos y en cirugía, pero todos ellos están supeditados a que el cáncer se detecte precozmente: “Las chances de curación del cáncer de mama llegan al 98 por ciento, pero a condición de que el diagnóstico se haga a tiempo”, advirtió el titular de patología mamaria del Hospital de Clínicas. El diagnóstico se hace mediante la mamografía periódica, que las mujeres sanas deben hacerse a partir de los 40 años; las que tengan antecedentes familiares deben examinarse desde los 35 años. El 30 de octubre será el Día Mundial del Cáncer Mamari y Lalcec presentará en la Ciudad de Buenos Aires su hospital móvil, que salvó la vida de 220 mujeres en los últimos cinco años.
El ensayo clínico con la droga “letrozole” comprendió a 5187 mujeres posmenopáusicas en distintos lugares del mundo y fue interrumpido antes de tiempo debido a sus resultados positivos: así, las mujeres que recibían el fármaco continuarán tomándolo y las que recibían sólo un placebo también podrán pasar a la medicación. “Los investigadores encontraron que el letrozole, tomado después de cinco años de tratamiento con tamoxifeno (droga de uso habitual para evitar las recidivas de cáncer de mama), incrementa sustancialmente las probabilidades de permanecer libre de cáncer”, anunció el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI).
El letrozole disminuyó el riesgo de recurrencia un 43 por ciento. “También las muertes se redujeron: 17 mujeres que tomaban el placebo murieron por cáncer de pecho, en comparación con nueve que tomaban letrozole”, según la institución oficial norteamericana. La conclusión del ensayo clínico es oportuna porque “si bien el tamoxifeno es ampliamente utilizado para prevenir la recurrencia de cáncer de pecho en mujeres posmenopáusicas, deja de ser efectivo después de cinco años; los investigadores estiman que es porque los tumores se tornan resistentes a esta droga”, explicó el comunicado oficial del NCI, y recordó que “en más de la mitad de las mujeres que desarrollan cáncer de mama recurrente, esto sucede cinco años después del diagnóstico original”.
Según Florentino Sanguinetti, jefe de patología mamaria en Lalcec y profesor de cirugía en la UBA, el nuevo hallazgo podría inscribirse en “la aparición de distintas drogas novedosas, poco tóxicas y de gran eficacia en la lucha contra el cáncer de mama”. A esto se agregan “las grandes novedades que se produjeron en cirugía: las operaciones son cada vez más cosméticas y menos molestas”.
Continúan satisfactoriamente los ensayos clínicos sobre grandes poblaciones con el “ganglio centinela” en cirugía, técnica quirúrgica que –como detalló Página/12 en junio de 2001– permite operar extirpando sólo uno de los ganglios de la axila. Falta poco más de un año para que, si todo sigue bien, el procedimiento quede oficialmente aprobado.
Pero, para que estos recursos puedan ser eficaces, es imprescindible que la enfermedad sea detectada a tiempo: “El tamaño de los tumores de mama se duplica cada tres meses: un tumor que hoy tiene un centímetro, dentro de tres meses tendrá dos y a los seis meses, cuatro”, advirtió Sanguinetti. “Hay que recurrir a la mamografía, que permite detectar tumores menores a un milímetro.”
Jorge Itala, jefe de patología mamaria en el Hospital de Clínicas, insistió en que “las mujeres sanas deben hacerse mamografías periódicas a partir de los 40 años”. En los últimos días, algunos medios de prensa de la Argentina informaron, erróneamente, que este examen debía iniciarse a los 50. Según las recomendaciones internacionales, para las mujeres sanas de entre 40 y 50 es admisible una mamografía cada dos años; desde los 50, el examen debe ser anual. Sin embargo, “aunque esa indicación es razonable para planificaciones de salud pública, para cada mujer que pueda hacerlo es altamente recomendable que la mamografía sea todos los años desde los 40”.
El especialista señaló que “la incidencia de cáncer de mama en menores de 50 ha aumentado en los últimos años”, y señaló que, en mujeres con antecedentes de cáncer de mama en la familia materna, la mamografía anual debe iniciarse a los 35.

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La incidencia de cáncer de mama en mujeres menores de 50 años aumentó en los últimos años.
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