SOCIEDAD › EL GRUPO DE SECUESTRADORES PODRIA ESTAR INTEGRADO CON POLICIAS

Una banda súper especializada

La banda que secuestró al empresario Daniel Rebagliati mostró conocimientos técnicos que le permitirían evitar la lupa de los detectives. Los investigadores sospechan que podría estar integrada por policías o especialistas.

El empresario de Martín Coronado que el miércoles pasado fue liberado tras permanecer ocho días secuestrado aseguró ayer encontrarse “bien de salud” y dijo que “lo importante es que sigo vivo”. Se trata de Daniel Rebagliati (53), dueño de la firma Cintra, quien cerca de las 9.20 de ayer llegó a la sede de la Fiscalía Federal de Tres de Febrero, en la calle Manuel Estrada 1592, de Santos Lugares, para declarar ante el fiscal Paul Starc.

“Estoy bien, gracias a Dios estoy vivo”, dijo brevemente el empresario en medio de los periodistas que lo aguardaban en la puerta de la sede judicial. El hombre fue liberado el miércoles a la madrugada en el partido de Almirante Brown tras permanecer cautivo ocho días en manos de secuestradores que cobraron un millón y medio de pesos como rescate.

Según lograron determinar los investigadores, Rebagliati fue secuestrado la mañana del martes 28 de abril cuando llegaba a la empresa de su familia, ubicada en Leandro N. Alem 5925 de Martín Coronado, partido de Tres de Febrero. Rebagliati iba a bordo de una camioneta Ford 3 Ranger blanca ploteada con datos de la empresa cuando le cruzaron un auto y se lo llevaron cautivo en su propio vehículo, el cual apareció horas más tarde abandonado en La Matanza.

Minutos después, uno de los captores realizó una primera llamada a la familia en la cual dijo que tenían secuestrado a Rebagliati y exigió dos millones de dólares como rescate para liberarlo.

Desde entonces, comenzó una negociación con uno de los hermanos del empresario que se extendió durante ocho días y que concluyó el martes, cuando acordaron el pago de un millón y medio.

Según los investigadores, durante el cautiverio se realizaron al menos 20 llamadas extorsivas, las cuales nunca duraron más de un minuto para evitar que pudieran ser rastreadas por los investigadores de la policía bonaerense que estaban trabajando desde el primer día del secuestro.

Además, se registraron tres o cuatro pruebas de vida, en las cuales Rebagliati le pedía a su hermano –por exigencia de los captores– que no llamaran a la policía y les decía que estaba bien.

Finalmente el pago del rescate se concretó la noche del martes último, cuando el hermano del empresario fue obligado a arrojar un bolso con el dinero desde un tren en movimiento en la zona de Caseros.

Rebagliati fue liberado cerca de las tres de la madrugada de ayer en proximidades de una remisería, en el barrio San José, de Almirante Brown, en el sur del conurbano.

El empresario caminó hasta la remisería y pidió un teléfono para comunicarse con sus familiares, quienes lo fueron a buscar minutos más tarde junto a las autoridades policiales.

Los investigadores sospechan que la banda que concretó el secuestro es “muy profesional” y que sus integrantes “no son improvisados”, y no descartan que esté compuesta, entre otros, por “algún miembro de la policía o de Inteligencia”.

Por su lado, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, deseó que se “descubra a los responsables” y pidió que “sea quien fuere, pague” por ese “deleznable hecho”. El funcionario nacional realizó estas declaraciones en su habitual encuentro con periodistas a su llegada en la Casa de Gobierno.

Según las hipótesis de los investigadores, la banda podría ser la misma que secuestró el 14 de abril al dueño de una empresa de distribución mayorista de alimentos y que vive en el country San Diego, partido de Moreno. Fue secuestrado en La Matanza cuando salía de su empresa. El pedido de rescate fue de medio millón de pesos. Pero al parecer una interna de la banda impidió que se cerraran las negociaciones, cuando estaba todo dispuesto para la entrega del dinero.

En este caso los secuestradores también dieron muestra de contar con un alto conocimiento de los aspectos de una investigación. El alojamiento donde fue instalado el empresario estaba preparado con exclusividad y lo fueron rotando de lugares. En el caso de Rebagliati, incluso le quitaron los zapatos para que no quedaran en la suela rastros del piso en el que estuvo.

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Daniel Rebagliati dijo a los medios que agradecía el hecho de estar vivo.
 
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