SOCIEDAD › EN SAN FERNANDO LE QUISIERON ROBAR, SE INTERPUSO Y LO MATARON

Aplastado para robarle el auto

Un vigilador privado murió atropellado al intentar impedir que dos delincuentes le robaran el auto en la puerta de su casa, en el partido bonaerense de San Fernando. La víctima, de 77 años, se dirigía a su trabajo cuando fue interceptado por dos hombres que simulaban un control policial. Los asaltantes abordaron el vehículo y el hombre, para evitar que se lo llevaran, se puso por detrás, siendo embestido en dos oportunidades y recibiendo graves heridas que le provocaron la muerte. Como no pudieron apropiarse del auto, los ladrones salieron corriendo y a metros del lugar robaron otro vehículo con el que escaparon. Uno de los hijos de la víctima afirmó que la comisaría 3ª se encontraba “cerrada con llave” y que los agentes estaban “durmiendo” cuando fue a denunciar el homicidio de su padre.

El sábado por la noche, frente a una vivienda situada en avenida Carlos Casares al 3200 de la localidad de Victoria, en la zona norte del Gran Buenos Aires, Jorge Fernández salió de su casa rumbo al trabajo y subió a su Renault 9. En ese momento, dos sujetos llegaron en un auto robado y pretendieron engañar al vigilador privado para sustraerle el automóvil. El hombre se resistió colocándose detrás de su propio vehículo, y los atacantes lo pasaron por arriba al menos dos veces. Fernández quedó tirado debajo del auto y fue auxiliado por vecinos y familiares, que lo trasladaron a un centro asistencial de la zona, donde falleció. Según testimonios de vecinos, los delincuentes desistieron de llevarse el Renault 9, dieron la vuelta “y quisieron robar el Ford K de otro hombre que recién llegaba y que también la pasó mal porque tenía a la nena adentro del auto y querían llevársela”. Aunque ambos resultaron ilesos y el Ford K robado luego fue abandonado en Bancalari, partido de Tigre.

Por otra parte, uno de los hijos de la víctima, Damián Fernández, contó que concurrió a las 8.15 a la comisaría de San Fernando para hacer la denuncia del asesinato de su padre y que la misma “estaba cerrada con llave” por motivos de “seguridad”, según le dijeron allí, situación que calificó como “desalentadora”. “No había ningún oficial en el mostrador para que me atienda y tuve que golpear durante diez minutos para que alguien me abriera la puerta”, relató con indignación, agregando que en la comisaría “había tres personas durmiendo”.

El comisario mayor Fabián Blanco, jefe de la Departamental Conurbano Norte, se presentó al lugar de los hechos para asegurar que se estaban realizando las pericias correspondientes y que trabajaban “en el relevamiento de las cámaras de seguridad de la DDI (Delegación Departamental de Investigaciones) San Isidro y San Fernando” para dar con los autores del crimen. Tras descalificar la denuncia realizada por la familia de la víctima sobre la falta de atención en la comisaría, el jefe policial se acercó hasta la casa de los Fernández y allí fue increpado por Damián, quien lo desafió a constatar que en la seccional no fue debidamente atendido, al grito de “¡laburen!”. En su descargo, Blanco pretendió aclarar que “la comisaría tiene una puerta de acceso a la guardia que está permanentemente abierta y una segunda puerta que da al sector de calabozos que está cerrada por cuestión de seguridad”, aunque confirmó que no obstante iniciará las “actuaciones administrativas que corresponda”. La causa por la muerte de Jorge Fernández quedó a cargo de Bibiana Santella, fiscal descentralizada de San Fernando.

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