SOCIEDAD › DOS DéCADAS DE CONDENA Y CAYó OTRA VEZ EL JEFE DE LOS NIñOS BIEN

Veinte años no es nada

Guillermo Alvarez, conocido como el Concheto, se hizo famoso a fines de los 90, cuando lo detuvieron por ser el jefe de una banda de jóvenes de buena posición que robaban y mataban. En libertad tras veinte años de prisión, cayó ahora acusado de robo.

Guillermo “Concheto” Alvarez, el múltiple homicida que mató a cuatro personas entre 1996 y 1998, una de ellas un agente de la Federal, excarcelado en diciembre último tras pasar 20 años en prisión, fue detenido acusado de robarle a mano armada un morral con dinero a un ciudadano colombiano, en el barrio de Monserrat.

El hecho ocurrió el miércoles alrededor de las 11, en la puerta de un edificio situado en avenida Belgrano 360, hasta donde Alvarez (38) presuntamente siguió a la víctima desde un banco del que había sacado más de 60.000 pesos.

Las autoridades recibieron un llamado al sistema de emergencias 911, por lo que dos uniformados de la comisaría 2ª, con jurisdicción en la zona, se trasladaron hasta Balcarce al 600, esquina México, a poco más de dos cuadras del lugar del hecho.

Hasta allí corrió detrás del Concheto el colombiano, identificado como Gustavo Adolfo Gallo (22), quien lo alcanzó y, con la asistencia de otros transeúntes, consiguió detenerlo.

Gallo les explicó a los uniformados que acababa de salir de un banco del que había retirado una importante suma de dinero, que al llegar a la puerta de su casa, en Belgrano 360, Alvarez lo abordó con un arma de fuego, lo amenazó con matarlo y le arrebató el morral de color gris en el que llevaba la plata.

El joven colombiano dijo que momentos después persiguió al ladrón y logró contenerlo con asistencia de otras personas.

En el lugar, los policías incautaron el mencionado morral gris en cuyo interior había 67.435 pesos en efectivo, además de otro morral de color negro que contenía un revólver calibre .32 con seis municiones en el tambor y otras 42 municiones del mismo calibre.

Los policías detuvieron a Alvarez por el delito de “robo a mano armada” y lo dejaron a disposición del Juzgado de Instrucción Nacional en lo Criminal y Correccional 13, a cargo de Luis Zelaya, quien ordenó alojarlo en el penal de Devoto.

El padre del Concheto, Antonio Alvarez, contó ayer que en un breve contacto que pudo tener con su hijo, éste le relató que en realidad él fue la víctima del asalto, es decir que el propietario del dinero era él y que Gallo era un “arbolito” que lo llevó engañado hasta el domicilio de la avenida Belgrano y le robó.

Siempre de acuerdo con los dichos de su padre, Alvarez hijo le contó que el miércoles por la mañana se dirigió hasta la zona bancaria del microcentro porteño con una suma importante de dinero, con la intención de comprar dólares.

En la puerta de las Galerías Jardín, en Florida al 500, se encontró con un “arbolito” –que sería Gallo– que le dijo que le cambiaría el dinero pero que debían completar la operación en su casa, en el departamento de la avenida Belgrano.

Una vez en el hall del edificio, Alvarez descubrió que otras personas, que según él eran allegadas al joven colombiano, lo esperaban en el lugar y le arrebataron su morral con el dinero.

Alvarez estuvo preso desde los 17 años, desde agosto de 1996, y fue liberado en diciembre pasado luego de que la Sala II de la Cámara de Casación Penal dictaminara que la pena de “prisión perpetua” no podía superar los 25 años y que por el tiempo que estuvo preso sin condena efectiva se le computaban cumplidos más de 26.

El líder de la banda de Los Niños Bien, como se la conoció mediáticamente hace 20 años, fue condenado por primera vez en 1998, cuando la Cámara de Apelaciones de San Isidro lo sentenció a la pena de 25 años de cárcel por el homicidio de un empresario llamado Bernardo Loitegui.

El crimen ocurrió el 27 de julio de 1996, cuando Alvarez y dos cómplices abordaron a Loitegui para robarle su Mercedes-Benz, en Martínez, y el Concheto lo mató de dos tiros en el pecho delante de su hija.

Al día siguiente, la banda irrumpió en el pub Company, de Migueletes 1338, en Belgrano, y allí Alvarez mató a tiros al subinspector de la PFA Fernando Aguirre, que había herido a uno de sus cómplices, y a la estudiante María Andrea Carballido.

Por esos homicidios el Concheto fue condenado en 1999 a la pena de reclusión perpetua.

Finalmente, en 2000 recibió una nueva condena de 18 años de prisión por el asesinato de Elbio Aranda, un compañero de pabellón al que mató en la vieja cárcel de Caseros en 1997, cuando tenía apenas 17 años.

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Guillermo “Concheto” Alvarez, durante el juicio que lo condenó a perpetua en 1999.
 
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