SOCIEDAD › EL MER-A COMIENZA ESTA NOCHE A EXPLORAR LA SUPERFICIE DE MARTE

Primeros pasos en suelo marciano

Comandado desde la NASA, el robot recorrerá unos 40 metros por día. Buscará rastros de agua en un cráter que habría sido un lago.

Por Federico Kukso

Todo está listo. Hoy a la noche, el MER-A –el robot explorador de la NASA parecido a un avestruz con ruedas, del tamaño de un carrito de golf y que hace casi diez días (terrestres) se encuentra posado sobre suelo marciano– empezará a rodar y a escudriñar los alrededores del lugar donde se encuentra, el enorme cráter Gusev –de 153 kilómetros de ancho y a 15º al sur del Ecuador marciano– que, según se cree, alguna vez fue el fondo de un lago.
Entonces, desde el Jet Propulsion Laboratory de la NASA mandarán la orden de cortar el último cable que lo ata a la plataforma y descenderá por la rampa del Spirit, la nave que lo transportó al cuarto planeta del sistema solar, apoyará sus 180 kilogramos de peso y sus seis ruedas sobre el pedregoso, seco y rojizo (por el polvo de óxido de hierro de las rocas) suelo marciano y comenzará a andar.
Así, propulsado por energía solar, el robot marchará –a una velocidad de tres centímetros por segundo– hacia una depresión (bautizada por los ingenieros estadounidenses como Sleepy Hollow, “Valle durmiente”), un cráter de 200 metros de diámetro ubicado a 250 metros de la zona de descenso donde los científicos esperan encontrar sedimentos que, según creen, pudieron ser depositados por el agua líquida que corría a través de un sistema de canales que desembocaba en el cráter. Y allí buscarán con su miniespectómetro de emisión termal (que “ve” radiación infrarroja emitida por los objetos), su cámara microscópica y su herramienta de abrasión de rocas (capaz de moler rocas y analizar su interior), “evaporitas”, minerales que se forman cuando el agua se seca. Una vez terminada la inspección, el robot girará y se encaminará hacia unas colinas situadas al este del lugar de aterrizaje, a unos tres kilómetros.
Por ahora, la comunicación con la Tierra es excelente, con una transmisión de información de 170 megabits promedio por día. Al parecer, los científicos también están interesados en una curiosa placa, situada cerca del robot, bautizada “Magic Carpet” (alfombra mágica) debido a su aspecto plano que destaca en el paisaje marciano repleto de pequeñas rocas angulosas.
Este prodigio de la ingeniería irá despacio, muy despacio. Hay una razón: el robot será teledirigido desde la Tierra, ahora a 170 millones de kilómetros de distancia, y en diferido. Y aunque está programado para sortear irregularidades del terreno, esquivar obstáculos, poner punto muerto cuando encuentre un problema insalvable y esperar instrucciones de casa, no hay manera de saber en tiempo exactamente real (las señales tardan 20 minutos en ir y venir de planeta a planeta) si la maniobra que está haciendo no puede hacer que se dé vuelta y quede patas para arriba. Con las fotos que vaya mandando el robot con su cámara navegacional (que funcionan como sus ojos), los científicos de la NASA de a poco le irán dando órdenes como por ejemplo a qué rocas acercarse, fotografiar y analizar su composición. Se prevé que ése será el cronograma de este “robot geólogo” en el cráter Gusev (cráter sólo comparable con el lago Bosumtwi en Ghana) durante los próximos 90 días a unos 40 metros por jornada y que va a superar con creces el desempeño del pequeño vehículopatineta Sojourner que en 1997 recorrió en sus tres meses de funcionamiento una distancia equivalente a la longitud de un campo de fútbol.
En verdad, el MER-A tenía que empezar a moverse el lunes, pero algunas de sus airbags, que no terminaron de desinflarse del todo, le bloqueaban la salida. Como en este asunto es mejor andar con mucha cautela, los científicos prefirieron postergar su partida triunfal para evitar errores y empezaron a rotarlo sobre su eje mientras las airbags se deshinchaban completamente.
Con todo el revuelo causado por este robotito, y sin contar la Opportunity, que amartizará el 24 de este mes, ya se escuchan proyectos denuevas misiones: la Mars Reconnaissance Orbiter (2005), que hará mapas desde muy cerca de la superficie, el Phoenix Mars Scout (2007), una nave que se posará sobre una región rica en hielo al norte del planeta, el Mars Science Laboratory (2009), que llevará un robot capaz de andar por un año, y el Mars Telecomunication Orbiter (2009), cuyo objetivo primordial será mejorar las comunicaciones con otras misiones. Pero sin duda la más espectacular será la que se cree que George W. Bush anunciará por estos días: la que lleve al hombre a suelo marciano, presumiblemente en el año 2015.

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El MER-A está programado para esquivar obstáculos.
 
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