SOCIEDAD › EL GOBIERNO CONFIRMO QUE FUE INTENCIONAL EL FUEGO EN EL EX ROCA

“Para generar sensación de caos”

Kirchner acusó a “gente que está tratando de desestabilizar”. La Justicia no descarta un autoatentado. La solución demorará meses.

 Por Carlos Rodríguez

El Gobierno confirmó anoche que el incendio ocurrido el domingo en la estación Constitución “fue un atentado” que tuvo como objetivo “generar una sensación de caos” y “complicar la tranquilidad ciudadana” al afectar el funcionamiento de los trenes del ex ferrocarril Roca, que transporta 400 mil personas por día. “Estamos en presencia de un hecho de enorme gravedad”, afirmó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien corroboró lo que había anticipado el presidente Néstor Kirchner, que atribuyó la autoría a “gente que está tratando de desestabilizar y que no acepta los cambios en el país”. Fuentes oficiales dijeron a Página/12 que se trata de “un hecho excepcional, dado que para encontrar algún antecedente similar habría que remontarse a sucesos ocurridos en los años setenta”. El informe oficial del Cuerpo de Bomberos de la Policía Federal determinó que hubo “tres focos de incendio totalmente independientes entre sí, lo que está indicando que en forma intencional se generó el fuego en tres puntos distantes entre sí, separados por varios metros”. Los inconvenientes en la ex línea Roca, a cargo de la concesionaria Metropolitano, podrían extenderse varios meses y nadie se explica “cómo los autores pudieron llegar al corazón del sistema de control de señales burlando la vigilancia interna a cargo de la propia empresa”.
La fuente oficial confirmó que el fiscal de la causa, Claudio Soca, “impidió durante 24 horas el ingreso de los directivos de Metropolitano” al lugar del incendio, hasta que concluyeron las pericias, lo que indica que en la investigación “no se descarta ninguna posibilidad, ni siquiera la de un autoatentado”. Voceros de Metropolitano rechazaron esa alternativa y aseguraron, en cambio, que la concesionaria “sufrió un atentado por parte de personas que sabían dónde golpear para producir el mayor daño posible”. En una escala de riesgo, del uno al diez, lo ocurrido “llegó al tope de diez”, dijeron fuentes de la Secretaría de Transporte. Según la pericia de los Bomberos, los tres focos de incendio fueron provocados “por un método totalmente casero que consistió en la utilización de fósforos y papel, como si se tratara de hacer un asadito de domingo”, comentó una fuente oficial.
Lo que nadie se puede explicar es “por qué estaban abiertas las puertas que llevan al sector donde está el complejo sistema de señalización y cómo hicieron los autores para llegar hasta el primer piso, superando la guardia privada que existe” en la planta baja del edificio de la calle Paracas y 15 de Noviembre de 1889. “Son tres los focos de incendio: uno ubicado a ocho metros de la puerta de entrada, el segundo está a 14 metros del primero y el tercero a diez metros del segundo. Y lo que demuestra que fue intencional es que no hay huellas de que las llamas hayan dañado ninguna parte del enorme espacio que hay entre cada uno de los tres focos.” El informe oficial de los Bomberos de la Federal dice expresamente que “se trata de un episodio intencional”.
Un ingeniero que participó en la instalación del sistema en el año 1984 sostuvo que la reparación del daño causado “llevará meses” y consideró que “no tienen idea los que hablan de una solución en una semana” (ver aparte), desestimando así la información difundida por Metropolitano, a quien se le podría cancelar la concesión, en caso de que el inconveniente se extendiera en el tiempo. “Desde octubre de 2002 hasta igual mes de 2003, las concesionarias ferroviarias pagaron 18 millones de pesos de multa por problemas en los servicios; Metropolitano tuvo que hacerse cargo del 90 por ciento del monto, ya que tuvo que abonar 16 millones de pesos.” En el ambiente ferroviario, el comentario generalizado que recibió el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, es que con el atentado “se rompieron todos los códigos, se fueron del ancho de banda”, término con el que se ilustra un descarrilamiento.
El presidente Kirchner fue el primero en denunciar la intencionalidad del incendio ocurrido el domingo en Constitución y por la noche, en una conferencia de prensa ofrecida en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, confirmó que fue “un atentado”. Fuentes allegadas a la investigación dijeron que para provocar los tres focos de incendio se utilizaron “fósforos y papel”, aunque también se mencionó la posibilidad de que para incentivar el fuego se hayan usado preservativos de látex cargados con ácido. Lo único concreto, al menos hasta anoche, es que en el lugar aparecieron, efectivamente, algunos preservativos. Los voceros eludieron confirmar si habían sido usados “para los fines naturales o para otros fines”.
Fernández se limitó a confirmar que hubo tres focos de fuego diferenciados y simultáneos. El jefe de Gabinete admitió que es curioso que los autores hayan podido ingresar al recinto donde está el sistema de señalización, sin ser vistos por los custodios privados de la empresa. Kirchner dijo que el atentado fue provocado por “gente que está tratando de desestabilizar y que no acepta los cambios en el país”. El problema volvió a generar ayer demoras en los servicios hacia el sur del conurbano y Metropolitano tuvo que fletar colectivos para tratar de frenar una ola que puede hundirla como al Titanic (ver nota aparte). El secretario de Transporte admitió que podría llegarse “a la rescisión del contrato”, pero dijo que ahora su mayor preocupación es “regularizar el servicio” del ex ferrocarril Roca.

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Las largas esperas y congestionamientos siguieron ayer durante todo el día en la ex línea Roca.
 
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