SOCIEDAD

Canadá y España adhieren a los matrimonios gays

Ya son ley en Canadá y hoy los diputados españoles darán su aprobación. Protestas de los opositores.

Canadá se sumará la semana próxima al lote de cuatro países donde son legales los matrimonios entre personas del mismo sexo. La Cámara de Diputados aprobó el martes el proyecto que blanquea una situación que ya se venía dando merced a fallos judiciales y en una semana el Senado, con un simple trámite, lo convertirá en ley. Con esta sanción, el país se suma a Holanda y a Bélgica, donde ya estaba vigente esa posibilidad, mientras que en España, Diputados hoy ratificará la iniciativa del gobierno socialista.
En rigor, en ocho de las diez provincias y uno de los tres territorios en los que está dividido Canadá, los matrimonios homosexuales han sido legales desde hace meses gracias a las decisiones de los tribunales supremos territoriales, que han dictaminado que excluir del derecho al matrimonio a las parejas homosexuales es anticonstitucional.
En este tiempo, alrededor de 3000 parejas homosexuales –de las 34.000 que oficialmente se registraron en el censo de 2001– se han casado e incluso ya se ha producido el primer divorcio de un matrimonio entre personas del mismo sexo, entre la indiferencia general de la opinión pública, que lo acepta ya como algo hecho.
Una de las últimas encuestas sobre el matrimonio homosexual señalaba que un 39 por ciento de los canadienses apoya su equiparación a los matrimonios heterosexuales, un 32 por ciento considera que debería ser permitido, pero no tener el mismo peso, y un 27 por ciento se opone a su aprobación. Además, centenares de parejas de otros países, principalmente de Estados Unidos, han acudido a ciudades como Toronto o Vancouver para celebrar sus uniones y pronunciar el deseado “sí, quiero”.
Incluso entre los contrarios a definir el matrimonio como la unión de dos personas sin importar su sexo, la reacción a la aprobación parlamentaria de la ley –por 158 votos a favor y 133 en contra– ha sido moderada. Pero no piensan quedarse con los brazos cruzados. El líder del Partido Conservador (CPC), Stephen Harper, afirmó que aunque la batalla por la legalización de los matrimonios homosexuales estaba perdida, la guerra continuaba. “Habrá una oportunidad para volver a estudiar esto en un futuro Parlamento”, aseguró Harper. Ayer, uno de los grupos que más se ha opuesto a las bodas entre personas del mismo sexo, la Liga Católica de Derechos Civiles, se hacía eco de las palabras de Harper y dejaba claro que el asunto no estaba terminado. Joanne McGarry, vocero de la Liga que aglutina a diversos grupos católicos conservadores, afirmó que la entidad “está mirando al futuro”.
Del otro lado del Atlántico hoy se dará un paso en un sentido similar. La Cámara de Diputados de España sancionará la ley que reconoce a los matrimonios entre personas del mismo sexo los mismos derechos que a los de heterosexuales, hasta incluso la posibilidad de adoptar hijos. Unos días atrás, la iniciativa había sido rechazada por el Senado con mayoría del Partido Popular.
La oposición a este tipo de normas es más fuerte en España que en Canadá. Días atrás hubo una multitudinaria marcha en la capital contra la ley convocada por el Foro Español de la Familia, con el apoyo de la Iglesia Católica y el Partido Popular. La misma entidad llamó a otra protesta en la Puerta del Sol de Madrid, luego de presentar ayer cerca de un millón de firmas contra la aprobación de la norma. E instó al jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a que convoque a un referéndum, ya que considera que esta ley “no ha escuchado a la mayoría” de la sociedad.
Los sectores más conservadores reclaman que el Código Civil establezca que el matrimonio está compuesto “legalmente sólo por la unión entre un hombre y una mujer”. Pero la iniciativa de los socialistas, que según las compulsas previas tiene asegurada para hoy la cantidad necesaria de votos para su aprobación, establece en el artículo 44 que “el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.
La adopción conjunta es uno de los aspectos que más rechazo provoca entre los opositores a la ley. Según un sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas de junio de 2004, el 66 por ciento de los encuestados apoyaba el matrimonio de homosexuales y 48 por ciento era favorable a la adopción. Los diputados del Partido Popular (PP, derecha), favorable a las leyes de parejas de hecho, votarán en contra como ya hicieron el 21 de abril, junto con los diputados del partido catalán Unión Democrática de Catalunya.

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