SOCIEDAD › DOS PADRES DE CROMAÑON VUELVEN A LA CARGA CONTRA TRES JUECES

Desmintiendo una amenaza con otra

Intentaron bajar los decibeles de las amenazas contra los camaristas y terminaron por amenazarlos en lugar de la desmentida.

 Por Raúl Kollmann

Dos de los padres de víctimas de Cromañón, a quienes se les atribuye una amenaza contra los integrantes de la Sala V de la Cámara del Crimen, intentaron ayer una especie de desmentida, aunque al mismo tiempo ratificaron que intimidaron a los magistrados. Página/12 reveló en exclusiva que durante un encuentro con los jueces, Luis Fernández, padre de Nayla, y Norma Bonomini, madre de Sebastián, habían dicho a los magistrados que matarían a sus hijos para que vieran lo que se siente. Ambos padres empezaron por negar lo sucedido, pero terminaron admitiendo la amenaza. “Lo único que le dije es que va a ver a los hijos como yo veo a mi hija. Se lo dije de entrada”, aseguró Fernández. Bonomini, en cambio, dijo que “sólo se trató de un intercambio de palabras”. Las furias del grupo reducido pero muy belicoso de padres de Cromañón están dirigidas, en especial, contra el camarista Gustavo Bruzzone: “Si voy preso por las amenazas, cuando salga, entonces sí lo voy a matar a Bruzzone”, sentenció Fernández.

Los integrantes de la Sala V, Gustavo Bruzzone, María Laura Garrigós de Rébori y Rodolfo Pociello Argerich, en realidad no hicieron la denuncia contra los padres por las amenazas, pero sí dejaron constancia en un acta que fue incorporada a la causa Cromañón. Los camaristas habían aceptado dialogar con distintos grupos de padres para explicarles su última resolución, en la que revocaron el procesamiento de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad por el delito de homicidio, y dejaron en pie únicamente la acusación por incumplimiento de los deberes de funcionario público.

En diálogo con Radio Provincia, Fernández advirtió que “el día que quiera matar a Bruzzone, no lo voy a hacer público. Yo no le tengo miedo. Estoy muerto desde el 30 de diciembre. Nos enfermó a todos los padres con la payasada que hizo de dejarlo en libertad a Chabán. Bruzzone es el contacto con Chabán, con Alberto y Aníbal Fernández y con toda la mafia que tenemos dentro del tema Cromañón”.

En realidad la postura de que Chabán podía esperar el juicio oral en libertad fue sostenida por Bruzzone y Garrigós de Rébori. A raíz de ese fallo, fueron denunciados en el Consejo de la Magistratura y en una sesión en la que ambos expusieron sus fundamentos jurídicos, los miembros de la Comisión de Acusación rechazaron la imputación contra los jueces. Más significativo aún fue que el plenario del Consejo de la Magistratura, es decir los 20 miembros que incluyen legisladores de los distintos partidos, jueces, abogados y catedráticos, votaron por unanimidad desestimar los cargos contra Bruzzone y Garrigós.

En el fallo que renovó las iras de ese grupo de familiares, los magistrados consideraron que los funcionarios debieron controlar mucho más los boliches como Cromañón, que aparecían como un peligro, pero sostuvieron que una inspección no hubiera llevado a la clausura porque no existían las normas adecuadas que establecieran las causales de clausura. Cromañón –según el fallo– tenía el certificado de bomberos vencido desde hacía tres semanas y un inspector sólo hubiera intimado a Omar Chabán a que lo renovara en un plazo perentorio.

En su resolución, Bruzzone, Garrigós y Pociello consideraron que los responsables de las muertes fueron los actores directos, Omar Chabán y el grupo Callejeros, ya que tuvieron que ver con la puerta de emergencia sellada, el exceso de espectadores, la falta de control para la entrada de bengalas y la incitación a utilizar pirotecnia dentro del local. Para los camaristas, Chabán y Callejeros ya habían visto dos veces los peligros de un incendio y no hicieron nada para prevenir el tercer incendio, el que produjo el desastre. Al mismo tiempo, los jueces ordenaron profundizar la investigación sobre la forma ilegal en que el boliche fue habilitado en1998, con planos truchos y un trámite en el que sugieren que hubo una coima de por medio.

Norma Bonomini dio una versión distinta a la de Fernández sobre el encuentro con los jueces. “En un momento les mostramos las fotos de nuestros hijos y les dijimos: ‘Vos, porque no tenés a ningún hijo muerto, porque si lo tuvieras estarías pensando de otra forma’. Fue sólo un intercambio de palabras y no hubo amenazas”, dijo la madre de Sebastián.

Lo cierto es que los camaristas suspendieron de inmediato el encuentro, labraron el acta y dejaron constancia en el expediente principal. Al mismo tiempo, en el mismo texto adelantaron que no recibirían más a los familiares de las víctimas para evitar situaciones imprevisibles.

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Tras la reunión en que fueron amenazados, los camaristas incorporaron un acta en la causa Cromañón.
 
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