SOCIEDAD › RESCINDEN LA CONCESION DEL TATTERSAL DE PALERMO

Final de un insólito contrato

Lotería Nacional había otorgado un predio a un grupo empresario por una suma irrisoria. El nuevo directorio pidió el desalojo.

 Por Eduardo Videla

Con la concesión de un predio en el Hipódromo de Palermo, un grupo de empresarios parecía haberse sacado el premio mayor de la lotería: durante 15 años pagarían 12 mil pesos mensuales por el edificio Tattersal, ubicado en una de las zonas más caras de la ciudad. El contrato se había firmado diez días antes de la asunción de Néstor Kirchner como presidente. A tres años de ese momento, el nuevo directorio de Lotería Nacional decidió rescindir ese contrato e inició un juicio de desalojo contra las empresas Tattersal de Palermo y el restaurant Kansas y contra la Asociación de Fomento Equino, todas contratistas y ocupantes del predio, propiedad del Estado, según reveló a este diario una fuente vinculada con el caso.

La resolución la adoptó el directorio de Lotería Nacional en la reunión 439, el 11 de abril último. La rescisión del contrato se resolvió después de un dictamen de la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, del cual depende Lotería.

El contrato de concesión había sido firmado tras una audiencia de mediación, el 15 de mayo de 2003, por el directorio de Lotería designado por el entonces presidente Eduardo Duhalde. Ese acuerdo otorgaba en concesión ese predio por quince años, sin licitación previa, a la empresa Ta-ttersal de Palermo SA, cuyo titular es el arquitecto Jorge Bernstein. La firma debía pagar mensualmente la módica suma de 12 mil pesos a la compañía estatal por la explotación de un predio que incluye un lujoso edificio que funciona como salón de fiestas. A su vez, Bernstein subalquila un sector al empresario gastronómico Carlos Dermidjian, dueño de los restaurantes Kansas.

El nuevo directorio de Lotería, encabezado por el contador Roberto López, se puso a investigar el asunto, a partir de la denuncia presentada por un particular, el ex legislador porteño Marcelo Gey. Se pidió entonces una tasación del predio a la Onabe –el organismo que administra los bienes del Estado– que determinó que el alquiler del lugar no puede ser inferior a los 70 mil pesos mensuales.

A partir de ese dato, Lotería inició un reclamo que terminó en una nueva audiencia de conciliación, en diciembre último. Como no hubo acuerdo, se resolvió la rescisión del contrato y el inicio de una demanda por desalojo y para el cobro de la diferencia entre los 70 mil pesos reclamados y los 12 mil pagados durante los casi 36 meses que lleva de vigencia el contrato.

La concesión aparece viciada desde el comienzo: en 1994, durante la presidencia de Carlos Menem, se le otorgó el lugar sin licitación a la Asociación de Fomento Equino. La idea original era que el espacio iba a ser destinado al remate de caballos, pero la Asociación sólo instaló allí una oficina y subalquiló el resto a Tattersal SA, que explota un salón de fiestas y convenciones. El lugar fue reformado, pero la mayor parte de la inversión corrió por cuenta de Casa FOA, que en 1998 realizó su exposición anual en el Tattersal. Para colmo, en el lugar fue demolida una edificación histórica, construida en 1876, para la construcción de Kansas. El permiso de demolición, se denunció, habría sido falsificado.

El caso fue publicado por Página/12 en noviembre de 2004. En ese mes, Gey presentó una denuncia ante la Oficina Anticorrupción y en el juzgado federal a cargo de Sergio Torres, para que se investigue un presunto acto de corrupción. “Las maniobras, imputables a las autoridades del directorio de Lotería, podrían afectar los recursos económicos del Estado”, advirtió el denunciante.

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El Tattersal, un salón de fiestas en un lugar exclusivo.
 
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