SOCIEDAD › AL MENOS 105 MUERTOS EN LAS COSTAS DE JAVA, INDONESIA

El día en que regresó el tsunami

El episodio no alcanzó la magnitud del ocurrido en 2004. Tras un terremoto registrado en el Océano Indico, una gran ola arrasó zonas turísticas de la isla. Hay por lo menos 127 desaparecidos. Hasta ahora no se reportaron argentinos entre las víctimas.

Indonesia volvió a ser epicentro de otra catástrofe. Al menos 105 muertos, además de la destrucción de hoteles, restaurantes, viviendas, barcos incrustados en edificios y huidas de gente hacia las tierras más altas, fueron algunas de las consecuencias de otro tsunami que se produjo ayer en la isla de Java, Indonesia. Según cifras emitidas por Cruz Roja Internacional, además de los muertos, hay 148 heridos y 127 desaparecidos. Se considera que esas cantidades pueden incrementarse con el transcurrir de las horas. El cónsul argentino en la zona indicó que en principio no hay víctimas argentinas.

El episodio remite de inmediato al tsunami que a fines de 2004 causó 280 mil muertes en el sudeste de Asia y al terremoto de fines de mayo de este año, que sacudió una de la ciudades de la isla de Java provocando 5 mil muertos.

Ayer, el movimiento de tierra que antecedió al maremoto ocurrió bajo el Océano Indico, con una magnitud de 7,7 grados en la escala de Richter, según el Instituto Nacional de Geofísica Norteamericano (USGS). El temblor ocurrió a las 3.24 hora argentina. Duró menos de un minuto, pero generó una ola gigante que provocó la destrucción de edificios y viviendas de la capital de Indonesia, Yakarta, y la parte occidental de la isla de Java.

Los fallecidos eran habitantes de tres provincias: Java occidental, Yogyakarta y Java central. Los expertos descartaron la amenaza de que se produzca un tsunami de la envergadura del registrado el 26 de diciembre de 2004.

El fenómeno había sido alertado ayer mismo en algunas regiones de Indonesia y de Australia, después del sismo registrado frente a las costas de la capital indonesa, Yakarta, anunció el Centro de Alerta de Tsunamis para el Pacífico, situada en Hawai (EE.UU.). Las agencias habían advertido que el terremoto podía generar una ola mortal que se abatiría sobre Indonesia, pero los habitantes no recibieron a tiempo los avisos, porque la isla carece de un sistema de difusión adecuado.

El titular de la Cruz Roja Internacional en Indonesia, Putu Suryawan, dijo a última hora que la cantidad de muertos ascendía a 105, pero la perspectiva era que el número de decesos aumente con el correr de las horas. También indicó que, según los habitantes de la región, unos 40 obreros que construían una presa se encuentran desaparecidos.

Según fuentes locales, las olas arrastraron puestos comerciales y construcciones de madera que poblaban la popular playa de Pangandaran, muy visitada por extranjeros, mientras que la mayoría de la gente huyó hacia una colina.

Miles de personas escaparon a terrenos más altos en un tramo de 180 kilómetros de la costa austral, densamente poblada, al grito de “¡tsunami, tsunami!”. Trepaban a árboles o se congregaban en las mezquitas para rezar.

Un campesino que fue testigo del desastre en la playa de Pangandaran dijo: “Cuando las olas llegaron, sentí los gritos de la gente y un ruido similar a un aeroplano que se estrellaba cerca de mi casa”.

Nasyirudin al Mansyur, un funcionario de la región sureña de Kebumen, informó a la prensa que el tsunami destruyó 440 barcos pesqueros, en tanto autoridades nacionales no informaron sobre extranjeros entre los muertos.

El cónsul de Argentina en Indonesia, Diego Alonso Garcés, afirmó que en principio “no hay” compatriotas damnificados, tras precisar que no existen registros de “residentes” argentinos en la zona afectada. También refirió que “la información, por el momento, es muy poca y confusa”.

Por su parte, el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, declaró que “la búsqueda está avanzando para hallar a los desaparecidos”. Hasta ayer por la tarde no se había informado que el fenómeno hubiera afectado a otras zonas o países o causado estragos como el ocurrido en 2004.

La isla de Java no fue afectada por el tsunami anterior, pero cientos de habitantes y turistas huyeron a terrenos altos por miedo a que una ola similar avanzara en esa dirección. “Creo que hallaremos muchos muertos. Ahora están sepultados bajo los desechos llevados por las olas”, dijo un policía local. El titular de la Cruz Roja de Yakarta, Robert Simatupang, dijo al respecto: “Necesitamos tiendas, alimentos y ayuda médica para los heridos”.

“Numerosos pequeños hoteles quedaron destruidos”, agregó una testigo que trabaja para una empresa turística y acompañaba a un grupo de holandeses. “Cuatro personas de mi grupo están desaparecidas”, relató. “Las fachadas de los hoteles que se encuentran frente al mar de Pangandaran fueron golpeadas” por una gigantesca ola, relató otra testigo.

A fines de 2004 fueron afectados once países del sudeste de Asia por el tsunami. Esta catástrofe, por el número de víctimas, se acerca al peor desastre de la historia moderna: el ocurrido en 1976, que devastó a la provincia china de Tangsan y dejó al menos a 242 mil muertos.

Los sismos son frecuentes en Indonesia. En mayo pasado, un terremoto en la ciudad de Yogyakarta, en el centro de Java, mató a más de 5700 personas. Fue un terremoto de 6,2 grados de magnitud en la escala de Richter y provocó, además de los decesos, unos 12.500 heridos y 200 mil desplazados.

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Un grupo de rescatistas intenta salvar a un niño, en un lugar arrasado por una ola gigantesca.
 
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