[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

La ola de secuestros también sacudió a San Juan: la esposa de un conocido empresario cuyano se encontraba desaparecida anoche luego de haber sido raptada por seis hombres, quienes ingresaron a su casa de las afueras de la capital provincial con obvias intenciones de robo. La mujer fue sorprendida por los delincuentes mientras dormía, cuando estos aprovecharon la llegada de la empleada doméstica para entrar por la fuerza a la vivienda. Luego de maniatar a la mucama y revolver las habitaciones en busca de la caja fuerte de la familia, los hombres huyeron con la víctima a bordo de tres autos, uno de ellos el de la mujer. La policía, que apenas enterada del hecho armó un cerrojo en las calles de la provincia, confirmó a Página/12 que hasta las últimas horas de ayer no había novedades del paradero de la mujer y los secuestradores no habían realizado llamado extorsivo alguno. Sin embargo, las fuentes aseguraron contar con el identikit de uno de los secuestradores.
“Por favor llámenme. De alguna forma vamos a arreglar”, fue el mensaje desesperado del empresario Eduardo Jaime Barceló, esposo de la víctima, a los secuestradores, cuando la ausencia de noticias se volvía llamativa. En déshabillé de invierno y con los ojos aún entrecerrados por el sueño más allá de la sorpresa, los testigos vieron a María del Carmen López de Barceló, de 40 años, subir obligada a su propio auto, un Volkswagen Golf negro. López había sido despertada momentos antes, entre las 8.30 y las 9 de la mañana, por un delincuente que a punta de pistola y a los gritos le exigía la entrega de la caja fuerte familiar, mientras el resto maniataba a la empleada y revisaba las habitaciones en su búsqueda.
“Dejaron todo dado vuelta. Se llevaron varias joyas y una suma pequeña de Lecops. Antes de irse, ataron a la empleada en el baño”, detallaron fuentes de la policía sanjuanina, que explicaron que tanto los dos hijos de la mujer como su marido no se encontraban en el lugar al momento del hecho. Barceló es un empresario dedicado al transporte de cargas y dueño de 15 estaciones de servicio a lo largo y ancho de la provincia. Según la policía, justamente en una de estas estaciones es que se encuentra escondida la caja fuerte pretendida por los secuestradores.
Ya unos minutos después de las 9, la hija de la pareja regresó a la casa ubicada en la esquina de las calles Mendoza y República del Líbano, en un barrio de clase media y media alta del departamento de Rawson, 15 kilómetros al sur de San Juan capital. Una vez adentro descubrió la situación y tras liberar a la mucama avisó sobre lo sucedido a la policía. “Inmediatamente se ordenó un operativo cerrojo del Gran San Juan –la capital y sus alrededores– y de los caminos principales y alternativos de salida de la provincia”, aseguró a este diario el comisario general Carlos Alcayaga, a cargo de la búsqueda. Como resultado de la primera medida de rastreo una hora y media después fue hallado el coche de los Barceló abandonado en las inmediaciones del lugar.
Por la tarde, luego de pasadas más de 8 horas desde la desaparición de la mujer, Alcayaga detalló que la búsqueda se había “sistematizado” y los controles policiales incluían a todas las seccionales. “También se está realizando un rastrillaje aéreo con un helicóptero de la Gendarmería Nacional”, confirmaba entonces Alcayaga. Sin embargo, las horas continuaban y la falta de novedades preocupaba a los investigadores: “Creemos que la pueden soltar. Es evidente que buscaban la caja fuerte en la casa y eso les salió mal. Y ahora, como no tienen vías de escape hacia otras provincias, estarían escondidos decidiendo qué hacer”, sostuvo también en diálogo con Página/12, el comisario Jorge Arnáez, quien pidió “colaboración” a la comunidad para identificar los vehículos en los que se trasladaban los delincuentes y su víctima.
En concreto, los investigadores buscaban una camioneta Toyota 4x4 y un Renault 18, ambos vehículos vistos a primera hora frente a la casa del empresario. Barceló, por su parte, luego de pedir ante los medios locales que los secuestradores lo llamen, dijo indignado: “Esto nos sorprende porque me doy cuenta de que nos están observando a pesar de que hemostomado precauciones”. Entre ellas, la contratación de un custodio privado que acompaña al empresario y que estaba con él cuando tuvo lugar el asalto. El caso, caratulado como “robo y privación ilegítima de la libertad”, quedó a cargo del juzgado de Instrucción II de San Juan.

Producción: Darío Nudler