SOCIEDAD › ALDO RICO, OTRA VEZ A LOS TIROS CON LADRONES

“Sacá el arma que nos roban”

El ex carapintada fue advertido por su hijastra de que había un intento de robo en su casa de Bella Vista. El hombre salió a los disparos. Los ladrones respondieron y terminaron huyendo.

Ya se sabe, Aldo Rico es un varón temerario. Uno de esos tipos que no se amilana, al menos cuando tiene el arma al alcance de la mano. Así, como siempre, calzado, estaba el ex carapintada y ex ministro de Seguridad bonaerense cuando ayer intentaron asaltarlo, por tercera vez en su vida. Salía de su casa para llevar al colegio a las dos hijas adolescentes de su nueva esposa. Fue una de ellas quien, según el relato que hicieron luego ante la policía, le avisó que había sospechosos en la puerta de su casa de Bella Vista. La chica, de nombre Melina, se nota que conoce a su padrastro. No dudó. “Aldo, sacá el arma que nos roban”, le dijo, con la frescura que cualquier chico podría advertirle a su padre que saque un celular. Ante su pedido, Aldo, presto, desenfundó su pistola Glock con balas encamisadas y disparó tres veces. Alguno de los cinco ladrones respondió sin puntería. Todos escaparon.

Si bien inicialmente no se descartaba ninguna hipótesis, los investigadores creen que se trató de un asalto al voleo. Eran las 7.30 de la mañana y el ex intendente de San Miguel se disponía a salir de su casa de la calle O’Higgins 247, en el noroeste del conurbano bonaerense. El abogado de Rico, Emilio Moreira, explicó que “Aldo y sus hijas Melina, de 17 años, y Marlen, de 13, habían salido de la casa y se aprestaban a subir a la camioneta cuando notaron que había un auto estacionado afuera”. “Pensaron que se trataba del remís de la niñera del bebé que Aldo tiene con su esposa Marisa Guilenea y por eso abrieron el portón, pero en realidad eran los delincuentes”, dijo. Luego Melina, de 17 años, contó ante una radio que en ese momento vio a “cinco o seis hombres” y le dijo a su padrastro: “Aldo, sacá el arma que nos roban”.

Rico reaccionó al instante. Se aseguró de que las dos chicas se escondieran detrás de la camioneta, y con su Glock hizo entre cuatro y cinco disparos, describió su abogado. El capitán Marcelo Páez, titular de la comisaría de Bella Vista, explicó luego que Rico primero “puso a resguardo a su familia” y luego salió con un arma para enfrentar a los delincuentes que “evidentemente tenían intenciones de robo porque exhibieron un arma”. “El señor Rico pudo repeler esta situación en la cual hubo una serie de disparos intimidatorios”, explicó el capitán.

La buena relación de Rico con las armas, proviene, claro, de su vida como militar. “Que no me amenacen, que vengan; no se la van a llevar de arriba. No les tengo miedo, me enfrenté con enemigos de mayor entidad: los guerrilleros, los subversivos y los ingleses”, lanzó en 1998 el mismo hombre, tras un incidente parecido. Aquella vez, el 24 de febrero, cuando iba hacia su casa en el country Los Fresnos, de la misma Bella Vista, Rico y su anterior esposa, Noemí Crocco, sufrieron un intento de asalto. Iban en una 4x4 marca Nizzan Pathfinder. Regresaban de un acto en el que Rico se había afiliado al PJ. Dos jóvenes, contó en su momento, lo abordaron a ambos lados del vehículo. El que se paró junto al conductor apuntó con un revólver calibre 32. Rico aseguró que gatilló dos veces y que las balas no salieron. En esa oportunidad Rico no tuvo un arma al alcance. Sólo atinó a poner primera y acelerar.

A principios de noviembre de 2002 la situación fue similar, aunque de manera inversa: quien se cruzó en el camino del otro no fueron los ladrones, sino el propio Rico. Tres jóvenes habían robado un comercio de Bella Vista y escapaban en un Fiat Duna. En la Gaspar Campos chocaron un Passat en el que iban un ex juez, su hija y el chofer. Trataron de escapar en ese coche, pero apareció Rico que venía en sentido contrario. Iba con un custodio. Clavó los frenos. Bajó con el arma en la mano y gritó una frase que quedó para la historia: “¡Alto, intendente!” El guardaespaldas de Rico disparó al piso. El ladrón soltó un tiro que le raspó la mejilla al ex juez. Los tres pibes chorros fueron presos. Aquéllos no lograron huir, como los cinco de esta semana, perseguidos por el mismo fuego.

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La de ayer fue la tercera vez que el ex intendente de San Miguel sale a los tiros.
 
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