SOCIEDAD › EL MINISTRO DE SALUD ANALIZA LA FLAMANTE LEY SOBRE GENERICOS

“Implica un cambio cultural enorme”

Diputados sancionó la ley que obliga a los médicos a recetar por genéricos. González García explica qué ocurrirá en adelante.

 Por Pedro Lipcovich

Ahora, la cuestión es que se aplique. La ley que ordena recetar medicamentos por su nombre genérico –permitiendo al consumidor elegir entre distintas marcas– fue sancionada en la Cámara de Diputados por abrumadora mayoría, en la madrugada de ayer. El acto legislativo consolida y extiende a todas las obras sociales la normativa que, en los últimos meses, adoptaron el Ministerio de Salud y la mayoría de las provincias argentinas. Completado así el dispositivo legal, su efectiva aplicación requerirá vastos cambios culturales, en la población general y entre los cien mil médicos que, al entregar cada receta a sus pacientes, deberán transmitir también la convicción de que esta forma de prescripción es la más adecuada. Página/12 dialogó con el ministro de Salud, Ginés González García, sobre el camino que se abre el día después de la Ley de Genéricos. La ley tuvo el respaldo del justicialismo, el radicalismo, el Frente para el Cambio y los partidos provinciales; ningún partido se opuso, y se abstuvieron los diputados de Autodeterminación y Libertad. El resultado de la votación fue: 183 a favor; 2 abstenciones; 2 en contra. Sólo habló la diputada menemista Marta Alarcia, quien manifestó su “disidencia total” y consideró “una aberración permitir los genéricos sin controles”.
La ley establece que toda prescripción médica deberá consignar el nombre genérico (científico, de uso internacional) del medicamento. Esa designación deberá figurar también en los envases y prospectos, con igual tamaño y realce que el nombre comercial. Los farmacéuticos son únicos responsables de comunicar al consumidor qué marcas comerciales contienen ese medicamento en la misma forma y cantidad, haciendo así posible la competencia por precios.
Las cámaras que reúnen a las empresas farmacéuticas (Caeme, Cilfa y Cooperala) habían enviado notas a todos los diputados manifestando su oposición al proyecto, que contaba con la media sanción del Senado desde abril. El martes pasado, más de 80 entidades, incluyendo a la mayoría de las organizaciones de consumidores, las confederaciones médica y farmacéutica, todas las centrales gremiales, la Cruz Roja y las facultades de Medicina y Farmacia se habían pronunciado en favor de la prescripción por genéricos.
La flamante ley acuerda con los lineamientos del decreto 486/02 y con las leyes que fueron aprobando 16 provincias, especialmente en los últimos tres meses. Así, esta normativa abarcaba ya al 86 por ciento de la población, pero en lo sucesivo las obras sociales nacionales, y en particular el PAMI, deberán adecuarse a sus disposiciones. Además, “la ley, sobre todo por haber sido tan mayoritaria la votación, da consistencia a la prescripción por genéricos ante cualquier eventualidad jurídica”, observó Ginés González García, ministro de Salud de la Nación.
Para González García, se está produciendo “un cambio en la estructura de la comercialización de los medicamentos. Según nuestros datos, el precio promedio de los 50 productos más utilizados bajó en las últimas ocho semanas. Hace un par de meses, dos laboratorios líderes publicaron avisos anunciando rebajas: la propaganda centrada en los médicos vira a dirigirse a los pacientes. Hasta ahora, los mismos fármacos, con distintas marcas, eran vendidos a alto precio por laboratorios con mucho poder de marketing sobre los médicos, y a bajo precio por laboratorios menos marketineros. Es bueno que esto cambie porque esa relación con los médicos no siempre era moralmente aceptable. Ahora, el argumento de la propaganda médica deberá ser: ‘Doctor, tengo un precio muy ventajoso para su paciente’”.
El ministro observó también que “el hecho de que cada paciente conozca el verdadero nombre del medicamento que toma trasmite información farmacológica: va aprendiendo, por ejemplo, que los que terminan con ‘...cilina’ son antibióticos; y, si viaja al extranjero, puede identificar el medicamento que tiene recetado en la Argentina”. No obstante, “como señalaba el filósofo Immanuel Kant, las leyes no pueden ir más allá de las relaciones sociales que procuran ordenar”, admitió el ministro. Esta ley, ¿será efectivamente aplicada por los médicos? “En rigor, una receta que no incluya el nombre genérico carecerá de validez. De todos modos, la idea es lograr su aplicación gradualmente, ya que implica un cambio cultural enorme para 100.000 médicos, 12.000 farmacéuticos y 37 millones de consumidores”, contestó González García. La ley no precisa sanciones para los profesionales que la infrinjan, a diferencia de legislaciones provinciales como la santafesina, donde se prohíbe al infractor trabajar en las obras sociales. En esa provincia, la prescripción por genéricos supera ya el 30 por ciento de las recetas.
A juicio del ministro, “los que más fácilmente se adecuan son los médicos jóvenes y los que trabajan en el sector público. También en los grandes hospitales privados y de colectividades se aplica ya la prescripción por genéricos. En cuanto a los médicos de consultorio, estamos trabajando con la Confederación Médica y los colegios médicos, que dan cursos de actualización. También las universidades acordaron en adecuar sus planes de formación y organizan cursos específicos”.

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La política sobre genéricos de González García recibió el apoyo de decenas de organizaciones.
 
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