SOCIEDAD › SERGIO SCHOKLENDER, DIRECTOR EJECUTIVO DEL PROYECTO

“Viviendas dignas y un proyecto social”

 Por Eduardo Videla

–¿A partir de qué circunstancias las Madres se metieron en la actividad de la construcción?

–Fue durante una toma de tierras en la Villa 20 (septiembre de 2006). Nosotros fuimos a apoyar a las familias. Ya conocíamos el sistema de construcción por paneles a través de los cubanos, y se lo propusimos al gobierno de (Jorge) Telerman. En la Villa 20 no se podía construir hasta que no se desocupara el cementerio de autos de la policía. Entonces nos propusieron empezar a construir en la Villa 15, donde un grupo de familias había sido afectada por un incendio.

–¿Por qué decidieron que la mitad del personal que trabaja en la construcción sean mujeres?

–Por una razón muy sencilla: en las villas, la mayoría de los hogares están a cargo de mujeres. Son ellas las que sostienen la familia. No es que no haya hombres suficientes sino que las que necesitan trabajar son en gran medida las mujeres. Y han demostrado tanta o más capacidad de trabajo que los varones.

–La fundación ingresó en la construcción a partir de un acuerdo con la gestión Telerman y con apoyo del gobierno nacional. ¿Cómo es la relación con la gestión de Macri?

–Al principio era mala. Había problemas con los pagos. Las obras son financiadas por el Plan Federal de Viviendas, del gobierno nacional, que canaliza los fondos a través de los institutos provinciales, en este caso, el Instituto de la Vivienda. Pero ahora se normalizó. Creo que fue más por ineficiencia que por mala intención. Hasta ahora, el macrismo ha mostrado sobre todo falta de gestión.

–¿Cómo evalúan el hecho de que sea una organización civil la que más construye en la ciudad y que el Estado porteño quede en un segundo plano?

–Detrás de Macri está Nicolás Caputo y los empresarios que hacen negocios con el Estado, acostumbrados a negocios inmobiliarios, a contratar en negro, no los veo haciendo viviendas sociales.

–¿Qué inconvenientes tuvieron al emplear a gente que nunca había trabajado bajo relación de dependencia?

–Al principio costó respetar los horarios, las normas de seguridad. Hay que tener en cuenta que el 90% de la gente incorporada nunca tuvo un trabajo formal. El 80% eran cartoneros. Al final pudimos desmitificar eso de que los villeros no quieren laburar.

–¿Cuál es la diferencia con la que la fundación saca ventaja respecto de las empresas constructoras tradicionales?

–El menor costo de producción, la reinversión de los excedentes en un proyecto social. Mientras todas las empresas construyen basura, nosotros entregamos una vivienda más digna.

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