SOCIEDAD › CARRASCOSA DIO SU VERSION DESPUES DEL FALLO DE LA CORTE

“Que se sepa quién mató a mi esposa”

Carlos Carrascosa, el viudo de María Marta García Belsunce, sostuvo que además de la posibilidad de recuperar su libertad, después de estar cinco años y medio preso sin condena firme, el fallo de la Corte Suprema determina que se haga “una revisión de la causa” por parte de la Suprema Corte bonaerense. En este sentido, aseguró que cuando la Cámara de Casación lo condenó por el crimen de su mujer “no hubo pruebas, no hubo móvil, no hubo arma, no hubo nada”. En cuanto a la posibilidad de que el asesinato de María Marta haya tenido que ver con un cartel de la droga o con el lavado de dinero, como señaló en su momento el fiscal Diego Molina Pico, Carrascosa respondió en forma tajante: “Qué carteles, lo que sucedió fue mucho más sencillo: en mi casa vinieron a robar”.

Carrascosa, preso en la Unidad 41 del Pabellón 6 de la cárcel de Campana, fue entrevistado por Radio Vorterix. Dijo que se había enterado el jueves por la tarde, luego de comunicarse con su familia, de la resolución de la Corte Suprema. “Ahora habría que pedir la excarcelación”, señaló el entrevistado, en alusión a la posibilidad de recuperar su libertad en el corto plazo, porque con la sentencia de la Corte su condena a perpetua sigue sin estar firme y ya lleva “cinco años como procesado y esto es un disparate”, desde el punto de vista legal.

De todos modos, analizó que lo más importante del fallo es que “se tiene que hacer toda una revisión de la causa”. Señaló que cuando la Cámara de Casación lo condenó por el crimen, dos años después del juicio oral donde lo habían sentenciado sólo por encubrimiento, lo hizo “sin pruebas, sin arma, sin nada, porque no hubo ninguna prueba nueva” respecto del fallo del Tribunal Oral.

“Esta es la primera vez que Casación hace una cosa así y por eso se tiene que hacer toda una revisión de la causa”, por parte de la Suprema Corte bonaerense, tal como lo resolvió la Corte nacional. Según Carrascosa, la fiscalía presentó ante Casación “toda una historia distinta de cómo había sido el hecho y Casación lo tomó”. Apuntó, en el mismo sentido, que “ahora se están resolviendo un montón de casos por el ADN; si no está el ADN (en la escena del crimen) no se puede condenar. En mi casa (el lugar donde fue asesinada María Marta) hay tres ADN, pero no está el mío y nadie investigó esos tres ADN”.

Puntualizó que “eso es lo que habría que hacer ahora” y que “por eso, aparte de la esperanza de salir en libertad (excarcelado por el tiempo que lleva detenido sin condena firme), me abre la posibilidad de abrir la puerta para que se revise la investigación y se sepa quién mató a mi mujer”. En ese momento, la periodista de la radio le recordó que cuando lo condenaron por el encubrimiento, se tuvo en cuenta “la alteración del acta de defunción” y el hecho de que “no vieron que el cuerpo tenía orificios de bala” que corroboraban que había sido un asesinato y no un accidente, como había dicho la familia.

“Eso sería revisar toda la causa –respondió Carrascosa–. Tenía los orificios (de bala) tirados a muy corta distancia, al parecer, según las pericias, con balas viejas y no había orificio de salida... la misma agua (de la bañera en la que apareció el cuerpo) cerró los agujeros, por eso no se los veía a simple vista. Además, los que los revisaron fueron los médicos y los médicos no los vieron.”

–Y usted tampoco –insistió la periodista.

–No, por supuesto que no –replicó Carrascosa.

–Tiene idea, después de tanto tiempo, quién mató a María Marta.

–Siempre hay una idea, pero lo que pasa es que eso va a quedar reservado a la investigación.

–¿El problema estuvo vinculado a la familia, al dinero que ella (la víctima) manejaba...

–No, nada que ver.

–Se habló de carteles (de la droga), de lavadores de dinero...

–No, no, señora. No se vaya por las ramas, esto es mucho más sencillo. En mi casa vinieron a robar, qué carteles. En mi casa vinieron a robar, quédese tranquila.

–Usted sostiene después de tantos años que fue un robo común y corriente.

–Lo que pasa ahora todos los días, también en aquella época pasaba.

–¿Usted confía en que se puede producir un cambio radical sobre su situación procesal?

–Por supuesto. Lo que tiene que hacer la Justicia es ver de quiénes son los tres ADN que hay en mi casa, mezclados con la sangre de María Marta. No es que se trate de alguien que estuvo un tiempo atrás (alude a después del hecho), los ADN están mezclados con la sangre de María Marta.

–¿Cómo está su salud, porque su abogado dice que no está bien?

–Se lo resumo en dos palabras: estoy jodido.

–¿Va a volver a su casa si llega a salir en libertad?

–No sé nada todavía, señora. No nos adelantemos. ¿Okay? Si se revisa la causa, no le va a hacer bien sólo a la Justicia, sino al país.

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