SOCIEDAD

Las dos primeras experiencias en el mundo

HOLANDA, PIONERA

Por Isabel Ferrer *
Desde La Haya
La aprobación de la ley que permite los matrimonios entre homosexuales en Holanda fue saludada hace cuatro años con aplausos y abrazos entre el público que siguió el debate desde las tribunas del Parlamento. La amplia mayoría lograda en la votación decisiva, 107 votos a favor y 33 en contra, evidenciaba el grado de consenso alcanzado por la entonces coalición de centroizquierda en el poder antes de presentar el proyecto. Hubo tres días de discusiones antes del sufragio, pero la oposición demócrata cristiana mostró un sereno rechazo y varios de sus miembros se manifestaron incluso a favor de la medida.
Para los pequeños partidos de inspiración religiosa, la medida resultó inaceptable, lo mismo que para las iglesias Católica y Protestante. De todos modos, algunas asociaciones de sacerdotes abogan por bendecir al menos la unión. Según el Ministerio de Justicia, en estos momentos “se trata de un fenómeno asumido por el que ya nadie alega”. La norma, en vigor desde abril de 2001, forma parte hoy de la rutina jurídica sin estridencias. Hasta las bodas, festejadas al principio como una victoria, se anuncian con la misma sencillez que el resto de los enlaces en las secciones dedicadas a la vida social en los diarios nacionales.
Sólo la adopción, también permitida, presenta dos requisitos singulares. La pareja precisa al menos tres años de convivencia y los niños deben tener la nacionalidad holandesa.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.



UNA BODA DIARIA

Por Gabriela Cañas *
Desde Bruselas
Bélgica, al igual que ha hecho con la eutanasia, siguió los pasos de Holanda en materia de matrimonio homosexual, legalizando las uniones civiles de personas del mismo sexo en enero de 2003. Dado que la ley que abre esta posibilidad excluye expresamente la adopción de niños, la propuesta obtuvo un amplio consenso político y salió adelante, por amplia mayoría, con los votos favorables de liberales, socialistas y verdes, pero también de los antiguos democristianos.
La ley entró en vigor el 1º de junio de 2003, fecha en la cual se celebró ya la primera boda homosexual. A partir de entonces, se puede aventurar que en Bélgica, un país de 10 millones de habitantes, se viene celebrando una boda de estas características cada día, ya que entre junio y diciembre de ese primer año de aplicación se han celebrado 165. El perfil mayoritario de los contrayentes es un hombre flamenco que vive en una gran ciudad, pues hay más bodas en Flandes (111 durante esos siete meses) que en Bruselas y Valonia (54 en el mismo período de tiempo). Esta enorme diferencia entre una parte y otra del país, con culturas y lenguas (el francés y el holandés) distintas, se reproduce también como un calco precisamente en la aplicación de la eutanasia. La mayoría de ellas se está produciendo en Flandes.
Dos de cada tres bodas homosexuales de las que se registran en Bélgica son de hombres y sólo un tercio es de mujeres. Y la mayoría de las ceremonias tienen lugar en grandes ciudades.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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