SOCIEDAD › CASOS SIN RESOLUCION QUE CONMOCIONARON A LA CIUDAD

Trece razones para la bronca

Este nuevo crimen no tiene sólo un antecedente. Los habitantes de Cipolletti enlazan los nuevos asesinatos a una densa cadena de crímenes que sigue sin condena en la ciudad. Allí se origina la bronca y las manifestaciones espontáneas que nuclearon a buena parte de la ciudad cuando apenas se difundió la noticia. “Esto hace que nos aumente el dolor tremendo que sentíamos y la sensación de impotencia”, le decía ayer a este diario Ulises González, el padre de una de las tres jóvenes asesinadas en noviembre del ‘97. La lista de muertos sin condena está integrada por trece casos de crímenes brutales. En ninguno de los casos el proceso terminó con una condena a los responsables directos, y en la mayoría los detenidos quedaron en libertad o fueron absueltos por falta de pruebas. Para los familiares, la falta de resolución no es casual sino una de las características centrales de un sistema judicial, político y policial seriamente cuestionado.
- Yanet Opaso. Apareció muerta el 26 de junio de 1993 en un pasaje del barrio La Braña. La mataron desde una bicicleta con un disparo mientras caminaba por una senda con una amiga. Su ex novio fue uno de los sospechosos. Estuvo detenido y luego fue desprocesado por el juez Juan Torres de General Roca.
- Daniela Calfupan. La mataron durante la madrugada del 31 de diciembre al 1º de enero de 1995. El cuerpo apareció con varios golpes y un disparo en el estómago. Tenía 14 años y vivía en Fernández Oro, a diez kilómetros de Cipolletti. El caso tuvo a tres jóvenes imputados, pero fueron absueltos durante el juicio realizado a mediados del ‘96.
- El triple crimen. Las hermanas María Emilia y Paula González y Verónica Villar desaparecieron el 9 de noviembre de 1997 luego de un paseo por la zona de chacras. A las tres las violaron y las asesinaron a balazos o cuchilladas. El 5 de julio del 2001, los jueces de la Cámara del Crimen de General Roca condenaron a reclusión perpetua y a 18 años de prisión a Claudio Kielmasz y a Guillermo González Pino. Ambos fueron acusados por el secuestro de las víctimas, pero no fueron imputados por el homicidio. Quienes aún no fueron juzgados son los miembros de la policía que encubrieron el caso y desviaron la investigación, a quienes en el pueblo señala como los verdaderos culpables.
- Carlos Aravena. Era el jornalero que vio la detención de Hilario Sepúlveda, uno de los que apareció como asesino de las chicas del triple crimen. Su cuerpo apareció sin cabeza y con un brazo cortado. La causa está en manos del juez Rubén Norri de General Rocca. En la investigación no han aparecido responsables ni imputados.
- Ana Zerdán. Era una bioquímica mayor de edad que apareció sin vida en su laboratorio particular el 18 de septiembre de 1999. Tenía varios golpes en el cuerpo y heridas múltiples. El caso está en manos del juez Juan Torres. Dos personas vinculadas con la víctima, entre ellas una ex pareja, estuvieron detenidas hasta que se les otorgó la libertad por falta de pruebas.
- Jorge Ortiz. Era un estudiante de 17 años, apareció muerto el 18 de marzo de 2001. Se sospecha que se trató de una muerte por encargo o de un crimen pasional. El caso está en manos del juez Rubén Norris de General Rocca. Su ex novia es la única procesada.
- Diana del Frari. Fue uno de los últimos crímenes de la ciudad. Del Frari era kinesióloga y tenía el consultorio en la propia casa, donde la mataron en las primeras horas de la noche del 14 de agosto de 2001. El cuerpo tenía marcas de armas blancas y estaba brutalmente golpeado. Ese mismo día, la policía de la provincia estaba acuartelada por reclamos salariales. El caso está en manos del juez Juan Torres. Aún no hay imputados.

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