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Según un informe de la Consultora Equis, el Plan para Jefes de Familia bajará el índice de indigencia al 16 por ciento.
–Nuestras estimaciones son más optimistas. Calculamos que el porcentaje de indigentes caerá al 10 por ciento en la próxima medición del Indec. Ya estamos entregando dos millones de subsidios mensuales, lo que nos da una cobertura del 91 por ciento de los hogares indigentes.
Este dato está tomando un 100 por ciento de eficacia en la distribución de los beneficios. ¿No hay desvíos?
–Por qué tengo que pensar que hay desvíos.
¿Por qué si consideraron a principio de año que la cifra adecuada era 150 lecop, ocho meses después, con un aumento del 67 por ciento en la canasta alimentaria, no la actualizan?
–Por una cuestión presupuestaria. El Estado no puede aumentarlos. No hay que olvidar que el plan lo estamos llevando adelante sin ningún tipo de apoyo de organismos internacionales. Son 280 millones de pesos mensuales que salen del erario.
¿Por qué en enero se consideró adecuados 150 lecop y hoy, que esa cifra nominal equivale a 89 lecop, no se actualiza?
–Esa es una apreciación política, yo le voy a dar una explicación técnica. Cuando se instrumentó el plan, la brecha entre el ingreso del hogar indigente y la canasta básica alimentaria eran 111 pesos, es decir que 150 sobraban. Hoy la brecha es 132 pesos, aún sobran. Seguimos cubriendo la brecha, a pesar de la inflación.
Usted está hablando de un ingreso promedio. La mayoría está por debajo de esa línea, por eso el plan no los saca de la indigencia.
–Obviamente todo es promedio. Nuestra meta era cubrir esa brecha media. No estamos proponiéndonos terminar con el hambre. Esa meta la vamos a lograr con pleno empleo. Pero no se puede desmerecer la inversión que todos los argentinos estamos haciendo para cubrir la brecha alimentaria de los hogares pobres. Usted puede decir que debería aumentarse el presupuesto del plan del año próximo de acuerdo con la inflación. Con ese criterio también deberían preverse aumentos de jubilaciones y salarios y no se hace porque no se puede.
¿Se prevé en algún momento hacer alguna diferenciación por cantidad de hijos?
–No, ése es otro programa un poco más específico que está en el área de desarrollo social, que diferencia por hijo. Se llama programa IDH.
¿A cuántas familias llega?
–A pocas, el programa recién comienza. Se están diseñando varios planes complementarios.
¿Se está trabajando para que los beneficiarios de los planes realicen una contraprestación?
–Es nuestra aspiración, pero primero fue la emergencia de darles un ingreso. Ahora esperamos avanzar fuerte con ese tema. Hay gente que está participando en proyectos comunitarios. Otros, como el convenio que firmamos con el gobierno de Santa Fe, están colaborando con la cosecha de algodón. El problema es que abrimos la posibilidad de que las empresas los tomen, utilizando el subsidio como parte importante del salario, y no lo aprovechan, porque se ven en la obligación de tomarlos en blanco y prefieren tomar gente en negro. Sólo pudimos colocar 9000 beneficiarios en estos planes.
¿A los que prestan una contraprestación mínima por su subsidio el Indec va a pasarlos de desocupados a subocupados?
–No, de ninguna manera.