Resulta habitual escuchar a los funcionarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y muy especialmente a su jefe de Gobierno, Mauricio Macri, quejarse de que gran parte del gasto que tienen en educación y sobre todo en salud se origina en personas que provienen de la Provincia de Buenos Aires. Se basan por ejemplo, en un dato disponible de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad (2012) según el cual el 42,7 por ciento de los pacientes atendidos en los hospitales porteños provienen de la provincia.

Además de encerrar un tufillo a “civilización o barbarie” (madre de todas las batallas, según Jauretche), esto de que “los bonaerenses pobres se nos meten en nuestros hospitales y escuelas”, resulta una demostración acabada de lo que significa la solidaridad para quienes esto pregonan. Pero es una verdad a medias porque si bien estos datos son reales, omiten precisar que en toda ecuación presupuestaria se deben tener en cuenta no sólo los gastos sino también los ingresos. Y allí está lo que no dicen: se calcula que más de un millón de bonaerenses se traslada diariamente a la Ciudad Autónoma (según Clarín del 20/9/13 eran un millón doscientos mil). Y esta enorme cantidad de personas gastan en medios de transporte, comida, hacen compras y consumen servicios, por lo tanto generan ingresos muy importantes a la Ciudad vía recaudación impositiva originada en lo que facturan los comercios porteños. Si a esto le agregamos que además otra buena cantidad de bonaerenses concurren los fines de semana a centros comerciales, cines, teatros, recitales y otros espectáculos en la ciudad más lo que gastan en el traslado y casi seguramente acompañado por la parte gastronómica, esto no hace otra cosa que sumar más y más ingresos que los bonaerenses dejan en las arcas porteñas.

A esto se debe agregarle que gran cantidad de empresas radicadas en la Provincia de Buenos Aires o con sucursales aquí tienen muy habitualmente sus oficinas centrales y por lo tanto su dirección legal en la Ciudad Autónoma, lo que también las lleva a tributar allí buena parte de los ingresos generados en la provincia.

Entonces resulta claro que el gobierno de la Ciudad Autónoma pretende instalar que los bonaerenses le generan “pérdidas” cuando es exactamente al revés. Al margen, en el inicio de esta nota planteé el tema de la falta de solidaridad de los funcionarios porteños por los gastos que deben afrontar originados en los bonaerenses. A propósito de ello, ¿no tienen nada que decir sobre las toneladas de basura originada en la Ciudad que diariamente reciben los bonaerenses?.

* Docente UNLZ y UNQ.

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