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Miércoles, 18 de noviembre de 2009

ENTREVISTA A ZOOEY DESCHANEL, PROTAGONISTA DE 500 DíAS CON ELLA

Del cine indie a romper la taquilla

En el film de Marc Webb es la responsable de la ruptura de su pareja, pero eso no le impidió seducir al público estadounidense. “Es que todos conocemos a tipos con sus corazones rotos en la vida real, pero habitualmente no los vemos en las películas”.

Hace ya una década que Zooey Deschanel derrite corazones, desde su papel en Casi famosos, de Cameron Crowe, su segunda película tras la estrafalaria comedia Mumford, junto a Hope Davis y Jason Lee, en 1999. En 500 días con ella, que se estrena mañana, se muestra como una digna rompecorazones, lo que le provoca excitación por estar dando vuelta los tradicionales castings para varón/mujer, porque ella es la que lleva los pantalones en la relación. El Tom que interpreta Joseph GordonLevitt queda lamiéndose las heridas después de que lo abandona el personaje de Zooey, Summer. Lo remarcable es que, de acuerdo con la venta de entradas estadounidenses, el público masculino parece disfrutar de recibir su merecido. “Todos conocemos a tipos que quedaron con sus corazones rotos en la vida real, pero habitualmente no los vemos en las películas”, acuerda Deschanel. “¡Conozco por lo menos a diez tipos así!”

Más allá de una seguidilla de papeles de alto perfil en ¡Sí señor! y La guía del viajero intergaláctico, Deschanel todavía es considerada una chica del cine independiente y ésta es la clase de roles deliciosos que Hollywood habitualmente les reserva a las damas que más recaudan. Mientras aún se pellizca por el hecho de que el director debutante Marc Webb le haya dado el papel en 500..., una de las películas más celebradas por la crítica este año, la actriz dice: “Fue un gran halago. Para ser honesta, no es el modo en el que pienso sobre mí misma. Pero si él hubiera elegido a una de esas chicas hermosas, esas actrices de las que todos piensan ‘Mi Dios, es tan increíblemente hermosa’, y eso es lo suyo, no creo que hubiese funcionado. Porque esto, en parte, es idealizar un poco lo estrafalario, que es una de las características interesantes de la película. Summer es un personaje tan fascinante porque desde la perspectiva de Tom es la mujer ideal, cuando en realidad es sólo una chica interesante con su propia batería de problemas. Yo nunca quise ser ‘la chica’ y me niego a que la vanidad se meta en mi actuación, porque no creo que mi trabajo sea ser una persona hermosa”, insiste.

Sobre el cambio de roles en la película, Deschanel dice que no cree que tenga que ver con el género: “Creo que tiene más que ver con que, con nuestra generación, esos roles de género ya no son algo que exista. Hay muchos tipos con el corazón roto y muchas chicas cínicas respecto de eso. Otra cosa que dice esta película es que el hecho de que el amor no dure no significa que carezca de valor. Descubrirás cosas sobre vos mismo si estás en una relación romántica, incluso si no dura. El amor puede significar muchas cosas”. La actriz sostiene que el temor a perder el amor es el lado oscuro, pero que hay otro maravilloso, que es “el que sentís cuando te enamorás”. “Todo el mundo tiene esa decepción amorosa que lo moldea de tal manera que nunca puede volver a la inocencia que tenía antes. Hoy hay mucha polarización de los puntos de vista: la gente es muy cínica o demasiado romántica respecto del amor. Hay gente que un día está enamorada y al siguiente no, y cree que eso es una especie de cosa novedosa.”

Más allá del hecho de que Deschanel, de 29 años, está comprometida desde 2008 con el rockero indie Ben Gibbard, de Death Cab For Cutie, se pone pensativa cuando se le pregunta si cree en el amor a primera vista: “Creo que hay de todo. El amor es un tema universalmente atractivo. Sólo depende de tu punto de vista. En cierto sentido, existe en un forma de pensamiento. Si tiene un nombre, entonces vos lo estás creando. Me parece que la gente que intenta forzar una relación que no funciona está loca”. Sin embargo, está claro que ella ha pensado bastante sobre lo que es romántico y lo que no, y cree que Twitter, Facebook y las citas por Internet caen en la segunda categoría: “Creo que Internet tiene grandes cosas y también que hay beneficios en poder conectarse con la gente rápidamente, pero también es extraño que tu tarjeta de presentación sean tu gusto musical y las películas y libros que te gustan. A mí me gusta tal música y estoy de tal ánimo, y todo eso: no tiene nada que ver con quién sos como ser humano. No me resulta interesante”.

La actriz y cantante es hija del director Caleb Deschanel y la actriz Mary Jo Weir y su nombre se lo debe al personaje de Zooey Glass en la novela Franny y Zooey, de J. D. Salinger. Junto a su hermana mayor, Emily, que actúa en la serie de TV Bones–, fue educada en la intelectualoide Crossroad School de Santa Mónica, cuyos ex alumnos incluyen a Kate Hudson, Jake Gyllenhall y Jack Black. “Nuestros padres nos aconsejaban todo el tiempo, cosa que obviamente ignorábamos. Nos apoyaron para que hiciéramos lo que amamos y queremos hacer, así que nos largamos con un sentido de ‘hacé esto porque lo amás’, no un ‘hacé esto porque querés ser famosa’.” Siempre rebelde, abandonó a los siete meses sus estudios de teatro en la Northwestern University de Chicago: “Empecé a trabajar antes de entrar a clases y me resultó difícil manejar las políticas mezquinas de esa universidad. Tenías que ser muy chupamedias, y no sirvo para eso”.

Deschanel lleva el mismo tiempo actuando como cantante y música, y a menudo sus carreras coinciden: sus habilidades para el canto fueron una de las principales razones por las que la contactaron como cantante de grandes almacenes junto a Will Ferrell en Elf, y también cantó en el telefilm de Disney Once Upon a Mattress. Cuando se la carga diciéndole que quizás el hecho de que cante sea un requerimiento contractual, hace un mohín: “Intento evitarlo. Soy muy escéptica al respecto porque pasó muchas veces, tipo ‘¿No sería copado que cantaras tal cosa?’. Siempre sienten que necesitan imaginarse una oportunidad para que yo cante. Y no hay que hacerlo, a menos que sea un musical, porque se complica, ya que tenés que cantar interpretando al personaje y alguien tiene que decir algo sobre el modo en que cantás. Pero para Summer lo único que tuve que hacer fue karaoke”, dice la actriz, que el año pasado cosechó críticas entusiastas por su álbum debut, She & Him: Volume 1, hecho en colaboración con M. Ward. También apareció en los videos de “Idiot Boyfriend, Jimmy Fallon”, y “She’s Got Issues”, de The Offspring.

Aunque desdeña lo que ella misma describe como música pop, bromea con el hecho de que su primer disco fue Like a Virgin, de Madonna: “Fue durante los tiempos en que había problemas con Irán y pensé que decía ‘Como una persa’ (Persian)”. Fan de Ella Fitzgerald, Beach Boys y Marianne Faithfull, Deschanel toca el piano, banjo, xilofón y ukelele barítono y se ha presentado con el número cabaretero “If All the Stars Were Pretty Babies” desde 2001. Y aunque antes desdeñaba a los colegas actores que se embarcan en carreras musicales con la ayuda de sus trabajos regulares, ahora dice: “Siempre pensé que cualquier actor que publicara un disco debía ser un idiota, pero, al haber sido cantante toda mi vida, ahora cambié de opinión. Nadie critica a los músicos que se dedican a actuar, así que no veo ningún problema en que funcione en la dirección opuesta”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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“Yo nunca quise ser ‘la’ chica y me niego a que la vanidad se meta en mi actuación”, dice Deschanel.
 
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