espectaculos

Viernes, 19 de agosto de 2005

LANZAMIENTOS

La casa de las dagas voladoras.
Zhang Yimou. Con T. Kaneshiro, A. Lau y Zhang Ziyi. 2004, 119 min. Transeuropa.

En su segunda incursión en las artes marciales, el refinadísimo Zhang Yimou continúa y a la vez provoca rupturas en relación con la anterior, que había sido Héroe. Como en aquélla, Yimou vuelve a convocar a un seleccionado de estrellas panasiáticas, integrado en esta ocasión por el nipón Takeshi Kaneshiro (ex Chungking Express), el hongkonés Andy Lau y la belleza china Zhang Ziyi, consagrada en El tigre y el dragón. Como de costumbre, la puesta en escena, la fotografía y, sobre todo, el tratamiento de color son de total exquisitez, así como las escenas de acción y espadeo dejan boquiabiertos hasta a los más curtidos en el género. Pero si Héroe era una suerte de policial de época, La casa... apuesta al espionaje, para entregarse finalmente al melodrama más operístico. Totalmente disfrutable.

Venga y vea.
Elem Klimov. Con A. Kravchenko, O. Mironova y L. Laucevicius. 1985, 142 min. El Cine del Mundo.

Realizada por el cineasta ruso Elem Klimov en los últimos años del régimen soviético –y estrenada en su momento en la Argentina–, Venga y vea trabaja sobre uno de los géneros oficiales de ese sistema, el drama bélico de la Segunda Guerra. Pero logra trascenderlo, dándole un impulso decididamente elegíaco. Como en el clásico tarkovskiano La infancia de Iván, la premisa consiste en la guerra vista por los ojos de un niño. El pequeño protagonista parte de la dacha familiar lleno de entusiasmo, pero terminará presenciando el horror en toda su dimensión. Puntuada, como todo relato de iniciación, a través de una serie de episodios, el más fuerte y perdurable es el de la quema de una aldea por parte del ejército alemán, que se vive como si el infierno hubiera tomado definitiva posesión del reino de este mundo.

El vuelo del Fénix.
John Moore. Con Dennis Quaid, Giovanni Ribisi y Miranda Otto. 2004, 113 min. Gativideo.

Remake de una película de los ’60 dirigida por Robert Aldrich, El vuelo del Fénix aggiorna la original, pero sin saber muy bien adónde ir. Dennis Quaid es el aviador profesional que no quiere involucrarse con nada ni con nadie, pero inevitablemente terminará haciéndolo, cuando la nave que conduce cae sobre el desierto de Gobi (en la original era James Stewart, en el desierto árabe). A bordo de la nave viajan un ejecutivo petrolero, la dueña de una concesión a quien acaban de revocársela (un pequeño gesto hacia el feminismo de la época) y un rubio sumamente sospechoso, que en la versión-Aldrich era un alemán filonazi. Como el avión que maneja Quaid, la película sufre una avería y cae en medio de la nada. La diferencia es que el avión al final remonta vuelo, y la película no.

Furia.
Fritz Lang. Con Spencer Tracy, Sylvia Sidney y Bruce Cabot. 1936, 94 min. B&N. Epoca.

Huyendo de Goe-bbels, Fritz Lang fue a parar a Ho-llywood. A poco de llegar se despachó con esta virulenta diatriba contra la sociedad, la ley, la justicia y hasta, se diría, la propia naturaleza del ser humano. Con una trama que va llevando al espectador hacia lugares cada vez más insospechados, el célebre realizador de M lo conduce de la normalidad a la pesadilla. Acusado de un crimen que no cometió en una ciudad que no conoce, Spencer Tracy es linchado por una turba, peligrosamente representativa de la ciudadanía en su conjunto. Pero a partir del momento en que trame una venganza, la víctima se igualará con los victimarios, mientras la ley y la justicia se muestran perfectamente inútiles. El happy end impuesto por la Metro no invalida esta obra ambiciosa, revulsiva e inquietante.

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